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El valor humano, la atención personalizada y mostrar las ofertas más increíbles son los tres ingredientes que empujan a una persona a decantarse por una agencia de viajes u otra. Eso y la confianza, claro. Aunque parezca mentira, el boca a boca sigue siendo la herramienta más poderosa y, lo que verdaderamente cuenta, es que al cliente se le garanticen la mayor tranquilidad y previsión posibles.
«Hay que estar siempre atento a cualquier imprevisto. Si te llaman tus clientes –estando en el destino– por un vuelo cancelado, hay que solventar la situación cuanto antes», aporta Mara González, directora y fundadora de Nuevos Destinos Ahuel. Así pues, bajo todas estas premisas se han movido –durante estos últimos años– las agencias de viajes de la ciudad consultadas por el Diari. La mayoría de ellas dice haber sabido sacar partido a los altibajos de la crisis y observa un futuro tranquilo en el que se ven reforzadas y, ¿cómo? Muy sencillo: seguirán trabajando para «marcar la diferencia».
Cada agencia, de hecho, tiene un mercado muy bien repartido. El equipo trabajador de cada oficina, además, tiene muy claro cuál es su competencia. «Llevamos 15 años como agencia y funcionamos mucho por recomendaciones. Conseguir la mayor satisfacción es siempre fundamental. También es imprescindible tener presencia en internet, hoy es obligatorio. Nuestra trayectoria ha estado llena de aventuras, siempre hemos querido apostar por el futuro del negocio. Justo cuando empezó la crisis, elegimos reubicarnos de Riera Miró a avenida Sant Jordi, dónde trabajamos desde hace ya diez años. Fue un cambio positivo y quisimos luchar por nuestro producto principal: el viaje de gran distancia», continua González. Y es que tal y cómo relata, «lo que verdaderamente cayó, a nuestro entender, fue el viaje de pequeña y media distancia». La crisis permitió a Nuevos Destinos Ahuel profundizar en ese sector específico y con un público que, «aunque resentido, no estaba del todo deprimido», dice la emprendedora. «Quisimos posicionarnos en una franja muy amplia y formarnos para dar un servicio más exigente y personalizado», añade González.
La batalla con la esfera virtual
La batalla con las numerosas plataformas virtuales que han ido surgiendo no han supuesto una alarma por lo general. Fina Anglès, al frente de Viatges Alemany manifiesta que «con el tiempo, los precios se han igualado y competimos en las mismas condiciones, aunque el valor humano tiene mucho más peso». Viatges Alemany, tiene una prolongada trayectoria en la capital del Baix Camp –25 años–, y auguran un futuro «estable». «Hemos sorteado cómodamente la crisis, el cliente sabe que con nosotros siempre estará amparado. Además, situados en pleno centro de la ciudad, nos pueden venir a visitar y preguntarnos cualquier duda», acota Anglès. El tipo de cliente, con el tiempo, también ha cambiado y viene informado a la agencia. Hay personas que se dejan aconsejar y otras que no.
La confianza
«El factor de la confianza es importante. Muchos vienen a mirar las ofertas que hay. Con lo que nos dejan manga ancha para explicarles qué productos tenemos. Por otro lado, hay otros que vienen con todo elegido, a partir de ahí buscamos lo mejor», sostiene Alessandra Vigliotti, de B The Travel Brand. Encargada del departamento de grupos y en el cargo desde 2003, también expone que «las agencias de la ciudad tienen una parcela bastante diferenciada y está todo muy bien repartido». En su caso, el equipo de trabajo se divide diferentes tipos de público, para así ser más efectivos y especializarse en un campo en concreto. «Creemos que con el tiempo el número de agencias ha ido a la baja. De hecho, no todas se dedican específicamente a grupos y empresas, que es básicamente lo que te mantiene toda la época de invierno. El secreto de sobrevivir es tener muchas opciones, no cerrarse sólo en hacer mostrador con la persona que te entre por la puerta», resume Vigliotti.
