Las comisarías de policía en los barrios de Reus estarán cerradas hasta que mejore la pandemia

Vecinos piden que se reabran estos espacios de proximidad entre ciudadanía y Guàrdia Urbana. En zonas como Sant Josep Obrer aseguran que ha aumentado la inseguridad

16 enero 2021 18:26 | Actualizado a 20 enero 2021 08:20
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Las comisarías externas de proximidad de la Guàrdia Urbana de Reus están inoperativas desde marzo de 2020, cuando empezó la pandemia. Según comentan fuentes municipales, están cerradas por cuestiones sanitarias, «porque en general son espacios pequeños» y no estarían correctamente ventilados como para garantizar la seguridad ante la Covid-19. Tras diez meses cerradas, vecinos de algunos barrios de Reus están inquietos. Consideran que se ha perdido presencia policial y que la sensación de inseguridad ha aumentado entre los vecinos. Y no se trata solamente de que haga ya prácticamente un año que están inoperativas, sino que, además, no hay previsiones de cuándo volverían a estar en funcionamiento. Así también se expresa desde el consistorio, con previsión de que vuelvan a funcionar, pero «cuando mejore la situación sanitaria». Por lo que, de momento, el horizonte es totalmente incierto. Lo que sí se destaca desde el Ayuntamiento de Reus es que se trata de un «buen servicio», garantía de que la voluntad es que vuelvan a estar operativas. 

Las comisarías externas de proximidad son puntos de recogida de denuncias y de información para facilitar el acercamiento de la policía a la ciudadanía y a los barrios. Hay en la estación de autobuses y en el antiguo Hospital, y cinco más son itinerantes en los distintos centros cívicos de la ciudad. Además, también hay una comisaría en el Aeropuerto de Reus, que habitualmente está en funcionamiento coincidiendo con los horarios de los vuelos.

«Las comisarías externas de proximidad de la Guàrdia Urbana son muy importantes para los barrios. Es esencial que vuelvan a entrar en funcionamiento», explica el presidente de la Federació d’Associacions de Veïns de Reus (FAVR), Marcos Massó, quien subraya que desde algunos barrios se están quejando de la situación, y considera que con razón, «porque aportan seguridad y es importante que los vecinos vean la policía en sus zonas».

Entre los que están más inquietos por esta situación: los vecinos de Sant Josep Obrer y Mas Abelló. «La comisaría que hay en el barrio es de unos 40 metros cuadrados. ¡Es suficiente! Sólo ponen excusas», exclama Eduardo Navas, presidente de la Associació de Veïns Primer de Maig. Recuerda que, al fin y al cabo, la comisaría de proximidad solo abría dos horas a la semana, «pero es un servicio muy útil, porque da mucha tranquilidad a los vecinos, que saben que al menos durante unas horas tienen unos agentes al barrio, y más aún en una zona como esta, en la que hay mucha delincuencia», relata Navas. El presidente vecinal subraya que desde que en marzo cerró la comisaría, «la gente mayor se siente indefensa, y no hay para menos. Los maleantes hacen lo que quieren y nadie les dice nada porque no hay vigilancia de ningún tipo». De hecho, cabe recordar que hace años que los repartidores a domicilio se niegan a adentrarse en esta zona de Reus, precisamente por la inseguridad. Incluso el repartidor de bombonas de butano, las deja en el local social para evitar problemas. Preguntado por esta cuestión, Eduardo Navas explica que la situación no ha cambiado, y que los repartidores siguen sin entrar en el barrio. Tampoco considera que las cámaras de videovigilancia instaladas en Mas Abelló estén dando resultado, «y la muestra es que siguen pasando droga en medio de la calle. Serían útiles si realmente se usasen las imágenes», opina.

Desde el barrio del Carme, Josep Machado, presidente de la Associació de Veïns Harmonia del Carme, también subraya que lo preferible sería que la comisaría estuviera abierta. En su caso, la más cercana al barrio es la del antiguo Hospital, en la calle Sant Joan. «Los vecinos sí que usan este servicio, y la gente quiere que esté operativa», relata Machado. Aun así, el presidente vecinal se muestra, a la vez, comprensivo con la situación, y añade: «Cabe entender que estamos en pandemia y que la gestión es complicada». A pesar de todo, considera que el barrio mantiene mucho contacto con la Guàrdia Urbana.

Cori Balanyà, presidenta de la Associació de Veïns del Barri Fortuny, Cori Balanyà, también subraya la buena sintonía con Guàrdia Urbana de Reus. Relata que la comisaría externa de proximidad que da servicio al barrio está ubicada en la Riera de l’Escorial, «y aunque nos dé servicio, está en otro barrio el Juroca». Por ello, la presidenta vecinal explica que tienen contacto directo con Guàrdia Urbana y que a través de un grupo de WhatsApp con los vecinos gestionan las cuestiones de seguridad «y llamamos directo a la policía», sin pasar por la comisaría de proximidad. Por todo ello, asegura no haber notado su cierre, «pero evidentemente, es un servicio que siempre es bueno que esté. Sé que algunas personas del barrio sí que han hecho en ocasiones gestiones en dicha comisaría», destaca.

También en cuestión de seguridad, cabe recordar que hace ya un año en Reus se inició una nueva estrategia de proximidad, dividiendo la ciudad en 48 zonas policiales. A través de este plan, se designaron a 12 cabos, convirtiéndose en referentes en cada una de estas zonas (cuatro barrios por cabo).

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