Las entidades de Reus detectan un repunte de la emergencia social este otoño

Creu Roja atiende a 150 familias y teme que la situación empeore con las nuevas medidas 
de la Generalitat. La pandemia atrae a jóvenes voluntarios al Banc dels Aliments

17 octubre 2020 09:20 | Actualizado a 22 octubre 2020 08:23
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Las entidades sociales han detectado un repunte de la emergencia social en Reus. Y es que la crisis económica, derivada de la pandemia, está afectando cada vez a más familias. Desde la Creu Roja, Càritas de Reus o el Banc dels Aliments temen que la situación se agrave con el cierre de bares y restaurantes durante 15 días y con las nuevas medidas decretadas por la Generalitat para frenar la expansión de la Covid-19.

Desde Creu Roja señalan que, en estos momentos, están atendiendo a 150 familias y, según le consta al coordinador de la Creu Roja en Reus, Joan Aragonés, esta demanda va «en aumento». Aragonés explica que en marzo, cuando se decretó el primer confinamiento, entraron «en colapso» porque pasaron de atender de 30 a 180 familias en una semana. «No tuvimos tiempo de reaccionar», recuerda. Durante junio y julio, la situación se suavizó, en agosto se mantuvo y en septiembre han vuelto a notar un repunte. El perfil de las personas que solicitan ayuda también está cambiando. Antes de la pandemia el 80% de las familias atendidas eran recién llegados. Y ahora, cada vez son más las personas que trabajaban en el territorio, se han quedado sin empleo y necesitan ayuda.

Creu Roja ha tenido numerosas solicitudes de material escolar este septiembre y, para ello, han preparado 120 lotes para Reus y las poblaciones de su alrededor. Esta semana les han llegado 120 tarjetas monedero financiadas por el ‘Plan Cruz Roja RESPONDE’, que ha estado recaudando fondos para ayudar a las personas en situación de vulnerabilidad.

Los usuarios de estas tarjetas disponen de 100 euros para comprar productos de primera necesidad. «Se ha hablado mucho de alimentación, pero hay una serie de productos esenciales, de higiene personal, como gel, champú, de alimentación infantil; o de higiene para el hogar, que son imprescindibles», asegura Aragonés. Desde Creu Roja, por otro lado, se encargan de repartir los menús del comedor social a aquellas familias vulnerables que están confinadas o a la espera de los resultados de una prueba PCR. En estos momentos, están atendiendo a cuatro personas.

Aragonés teme que la situación pueda empeorar la semana que viene con el cierre de los bares y restaurantes, pero asegura que están «preparados y en contacto permanente con Serveis Socials, Càritas de Reus y el Banc dels Aliments de les Comarques de Tarragona» y expone que, durante todo este tiempo, ha habido una coordinación de 10. En estos momentos, son 35 entre técnicos y voluntarios de Creu Roja los que trabajan a diario en la ciudad. Aragonés reconoce que empiezan a estar «agotados», porque llevan varios meses trabajando con «esta presión, que es muy fuerte», destaca.

Incremento de la necesidad

El grueso de voluntarios es, en su mayoría, gente jubilada y de edad avanzada. «Al llegar la pandemia, muchos nos asustamos, había gente que se estaba arriesgando y tuvimos que tomar precauciones, prescindiendo en algunos casos, de efectivos. Luego reaccionamos y nos hemos organizado satisfactoriamente», resuelve el secretario del Banc dels Aliments, con sede en Reus, Antonio García.

Un par de variables «destacables», describe, son el aumento de voluntarios jóvenes que ha venido a sumarse a la causa, por un lado; y, por el otro, hay «sectores nuevos, de los que no lo hubiéramos dicho nunca, que nos están pidiendo ayuda», expone. Ahora, son entre 35 y 40 las personas que colaboran cuando pueden.Otro rasgo a destacar, «no sabemos si producido por la situación de la Covid-19», dice García, son las donaciones ingresadas a la cuenta de la entidad, que van recibiendo. «Nos mostramos esperanzados. Sin pedirlo, nos han elegido para hacer donativos. Podemos seguir ayudando, pero no sabemos hasta cuándo», continua.

Este próximo noviembre, se acerca una gran cita solidaria, la del Gran Recapte, que «este año seguirá en marcha, aunque online», recuerda. «Estaremos atentos a los cambios de las normativas», añade. Una cuestión preocupante para García, por otro lado, es el aumento de personas necesitadas. «Si antes de la crisis atendíamos a entre 24.000 y 25.000, con el coronavirus, se ha incrementado el 50%. Por suerte, hay organismos que nos apoyan. Esta situación está siendo nueva para todos», manifiesta.

Desde Càritas Interparroquial de Reus, su presidente Miquel Aragonès, afirma que el equipo de voluntarios está dando la talla, y «la demanda, crece», sostiene. Lo ven materializado en uno de sus proyectos, el del reparto de comida en las parroquias (Xarxa d’Aliments), tarea en la que intervienen 56 personas. «Donde antes ayudábamos a 569 familias (más de 1.600 personas), ahora hay 890. Se dirigen directamente a nosotros o a través de las redes de asistencia social del ayuntamiento», expresa.

El volumen de voluntarios de Càritas de Reus también sufrió un revés. «Antes éramos 300, pero los mayores tuvieron que protegerse. Quedamos 102. Aun así, hemos aumentado un 20/25% en voluntarios. 15 se dedican al comedor social (atienden 200 fam./semana) y 31 en el resto de proyectos ubicados en nuestro centro, como el de apoyo pedagógico o el taller geriátrico», declara.

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