Las misioneras claretianas crean en Reus un museo sobre su fundadora

Se trata de un espacio expositivo que prevé poner en valor la figura de Maria Antònia París. Sus restos descansan en la ciudad

19 mayo 2017 17:44 | Actualizado a 21 mayo 2017 15:29
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Reus cuenta ahora con un amplio museo que divulga la figura y la labor llevada a cabo por Maria Antònia París, fundadora en 1867 de la congregación de las Religiosas de Maria Inmaculada Misioneras Claretianas. Sus restos, de hecho, descansan precisamente en la capilla de la Casa de Santa Maria Immaculada, ubicada en la calle que lleva su mismo nombre, en el barrio reusense de Horts de Miró. «Queremos dar a conocer la figura de la Madre París. Vivió aquí y desarrolló una importante obra, muy vinculada a la vida de la ciudad. Pero hay mucha gente que todavía no la conoce», explica Jolanta Kafka, coordinadora del proyecto museístico y miembro del consejo general de la congregación.

Ya contaban con un espacio expositivo. Pero ahora realizan una apuesta hacia esta dirección y lo han ampliado a dos plantas. «Estará abierto a toda la ciudadanía», explica Kafka. También subraya su labor como centro de espiritualidad, acogida y silencio. «Las personas que quieran tener una reunión en un lugar pacífico, pueden venir», dice, remarcando que hay habitaciones de acogida.

Las obras se iniciaron en 2012 y el proyecto se fue alargando en el tiempo. Ahora al fin ponen en marcha el museo, que ofrecerá al visitante la posibilidad de conocer el contexto en el que vivió la fundadora de la orden, a principios del siglo XIX, «un momento un poco agitado y convulso», señalan desde la congregación. Se trata de una comunidad de religiosas procedentes de toda España. Son 500 en el mundo. En Reus, seis, explica Jolanta Kafka, procedente de Polonia.

El visitante también podrá conocer en primera persona cómo vivían en aquella época, y cómo decoraban las viviendas, además de realizar un recorrido por las distintas etapas de esta congregación misionera a lo largo de la historia. Incorpora también una biblioteca sobre la vida de París, con piezas originales y fotocopias.

Hace algunos años dejaron atrás la labor con jóvenes menores de edad en situaciones personales complejas. Pero el personal de la congregación no podía responder a las exigencias de una misión cada vez más difícil, explican. Aun así, las monjas claretianas siguen instaladas en la casa de siempre como una comunidad «que gestiona el centro y acoge». La comunidad, que en 2017 cumplirá 150 años, también tiene su proyección pastoral y social en la ciudad, a través de las parroquias.

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