Las reformas aumentan en Reus más de un 40% respecto a 2020

El sector habla de «recuperación» y el aumento de rehabilitaciones lo achaca a la demanda de alquileres en el centro

19 junio 2021 17:00 | Actualizado a 20 junio 2021 10:23
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El sector de la construcción en la capital del Baix Camp ha mantenido su actividad desde el comienzo de 2021 a pesar de haber pausado muchos de sus proyectos por la pandemia; la remontada, por otro lado, la están asumiendo con mucha energía. Desde el Col·legi d’Aparelladors, Arquitectes Tècnics i Enginyers d’Edificació de Tarragona (COAATT), comienzan a hablar de «recuperación».

«Vemos que todo lo perdido se ha ido recuperando. La salud del sector, ahora mismo y en este primer semestre, es buena», expresa desde el gabinete técnico del COAATT, Ramón Rebollo. En lo que a proyectos de reforma se refiere, por ejemplo, la ciudad ha acogido «un 42% más (de enero a junio) si lo comparamos con 2020 en los mismos meses», apunta. Aunque dicho cotejo no es del todo realista. «El año 2020 no se puede tomar como referencia, pues no se trata de un año normal», distingue. La comparación más plausible sería hacer el paralelismo con 2019, donde Rebollo señala que «nos encontramos con cifras similares, aunque empezaban a ir un poco a la baja (10% menos)», dice.

Las licencias de obra para rehabilitar son, según comenta, otro indicativo a tener en cuenta, pues interfieren en el progreso de los proyectos de reforma: «Este año y de momento, ha habido 40 licencias solicitadas, según su complejidad se van atorgando con más o menos celeridad; esto es algo que también afecta en su puesta en marcha y avance».

Por lo que se refiere a obra nueva, respecto a 2020, «ha habido un crecimiento del 188%, aunque nos encontramos con lo mismo de antes; con lo que, si tomamos 2019 como referencia, observamos que la obra nueva en la ciudad ha crecido», manifiesta. Ofrece cifras concretas: «En 2019, 50 y en lo que llevamos de 2021, 75». Destaca otro factor que refuerza la recuperación que observan en el sector: «Respecto a 2019, la petición de certificados de habitabilidad para alquilar apartamentos turísticos ha crecido un 25% en lo que llevamos de año. El sector se ha salvado muy bien de la crisis».

En el caso de obra nueva, prosigue, «este 2021, han habido nueve licencias solicitadas, que se traduce a 75 viviendas», expone. De hecho, consultando las cifras públicas en Habitatge de la Generalitat de Catalunya, en Reus y durante el primer trimestre, hubieron 52 viviendas empezadas y 44 se acabaron.

La inspección de edificios

Rebollo pone en relieve una última cuestión por su parte: la inspección técnica de edificaciones. «Se trata de una cifra que, con el paso del tiempo, va más a la baja y es muy importante en el caso de los edificios antiguos, ya que se ha de analizar su estado y los elementos comunes para evaluar si hay arreglos que hacer», constata. De hecho, explica que en la ciudad se deberían de haber hecho «100 inspecciones, pero sólo se han llevado a cabo 30».

La situación económica, sin duda, «tiene mucho que ver», recalca. Y es que ya no es el hecho de sufragar una inspección, que «puede suponer entre 400 y 500 euros (y puede repartirse entre vecinos en el caso de un edificio de pisos), sino que el coste mayor se lo lleva la posible aparición de problemáticas a reparar», apunta.

Por otro lado, el presidente del Gremi de la Construcció del Baix Camp, Antoni Sentís, encuentra que dentro del sector aún se tienen que mejorar muchos asuntos. «Desde el gremio, miramos de luchar contra la economía sumergida, el instrusismo y la competencia desleal. A eso se le añade la falta mano de obra cualificada; hemos perdido una generación de gente joven, que cuenta con poca formación», expone.

Hace relativamente poco que Sentís tomó posesión del cargo como presidente en el gremio y las problemáticas expuestas son líneas de trabajo que tiene sobre la mesa y que trabajará junto a su equipo. «Queremos crear un programa de formación», aporta.

Dicho esto y preguntado sobre la situación del sector, asegura que «nosotros, a raíz de la pandemia, hemos notado cierto revulsivo con las rehabilitaciones, especialmente, con las de fachadas y la eliminación de barreras arquitectónicas». Una de las actuaciones más habituales (y con la que se encuentran a menudo) es «la instalación de ascensores en la zona del casco antiguo, porque no suelen haber», afirma.

El panorama, no lo niegan, «es incierto, la administración se está endeudando para ofrecer ayudas; aunque tenemos esperanza con los fondos europeos Next Generation», comenta. El Gremi de la Construcció del Baix Camp encara el verano con buenas sensaciones. «Entre tres y cuatro promotoras empezarán a trabajar. Será una temporada provechosa la que viene y esperamos un futuro muy luminoso», completa.

Desde la empresa constructora y promotora R.Y.C.S.A., Montse Solé dice observar cierto movimiento en el sector. «Nosotros hemos conseguido acabar el stock y los clientes finales están interesados en saber qué promociones hay. Estamos viendo cierta remontada», comunica. El ámbito de influencia de R.Y.C.S.A. abarca Reus, Tarragona y la zona costera, como La Pineda. «Nos dedicamos a la obra nueva y hemos pasado meses en los que no había suficiente obra. No nos agobiamos; simplemente, vamos haciendo. Sí que es cierto, por otra parte, que hemos notado un cierto auge en rehabilitaciones, aunque no sea especialidad nuestra», resuelve.

El factor de la seguridad

Pausar las obras durante el confinamiento supuso una paralización del sector que le sumó «mucha incertidumbre», declara el gerente del grupo promotor inmobiliario Unifamiliar Sant Jordi, Daniel Roig. Ellos reemprendieron la actividad poco a poco y «las obras han ido muy bien, aunque hubieron problemas de suministro de materiales», indica. A nivel de clientes y ventas no han percibido «ninguna inquietud»; al contrario: «El perfil con el que tratamos es familiar, uno consolidado económicamente, con hijos y que busca una vivienda de obra nueva bien situada en la ciudad, amplia y confortable». Dicho público actúa con seguridad, pues la «decisión está meditada» y ya cuentan «con experiencia, porque ya han tenido una casa anteriormente», añade.

Ser joven e independizarse

«La rehabilitación ha aumentado porque hay demanda de alquiler en la zona del casco antiguo, que es donde están las viviendas antiguas. Es la alternativa, sobre todo, para la gente joven, para independizarse. Las condiciones y el contexto actual no permiten que se hipotequen; para ello, es fundamental tener estabilidad y un trabajo seguro», dice.

En este momento, tienen en marcha cinco promociones, cuatro de las cuales están en la capital del Baix Camp. «La pausa durante el confinamiento nos la tomamos como un paréntesis. En la ciudad, aun así (si la comparamos con otras) hay poca actividad. Ahora mismo, hay entre dos y tres empresas que se dedican a la obra nueva; lo normal es que hubiera más, pero hay poco terreno para edificar», añade.

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