Los Armats de la Sang de Reus hacen historia a golpe de lanza

Con más de 300 años de tradición, los Armats de Reus siguen marcando distancias con otras agrupaciones religiosas, adaptándose a los nuevos tiempos

11 abril 2022 17:40 | Actualizado a 12 abril 2022 11:32
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Unas de las agrupaciones más antiguas y emblemáticas de Reus y, sobre todo, de su Semana Santa, los Armats de la Reial Congregació de la Puríssima Sang remonta sus inicios a principios del siglo XVIII. Conocidos popularmente como los Armats de Reus, encabezan todas las procesiones de las que participan: el Capitán Manaies guía la cohorte romana, con el Caporal Corneta –quien trasmite las órdenes a la formación– a su derecha y otros cuatro Caporales detrás.

Mientras el resto de «soldados» les siguen, ataviados con la reconocida capa roja, el escudo y el sello distintivo del grupo reusense, una lanza en forma de Alabarda.

Tradicionalmente, el conjunto siempre ha sido homogéneo, homogéneamente masculino. Y eso cambió, por primera vez en más de 300 años, en 2019, cuando Laura Sánchez se convirtió en un armado más. Fue algo inaudito porque, aunque no había ninguna norma escrita, las mujeres nunca habían podido acceder a la cohorte.

«Desde pequeña, que mi padre ya salía a desfilar cada año, yo había tenido en mente que quería hacerlo también, pero siempre me habían dicho que las chicas no podíamos», cuenta la reusense que, en cuanto cumplió los dieciséis años –uno de los requisitos para entrar– hizo su solicitud a los Armats de Reus.

Toni Sánchez, padre de la joven y actual Capitán Manaies, le animó a apuntarse porque, además, ella ya conocía qué era formar parte de la agrupación. Ser un «Armat» conlleva asistir a los ensayos y cumplir con una cierta disciplina. También, recientemente, se ha sumado el tener que ser congregante, «profesar la religión católica, no hace falta ser un devoto, pero sí genéricamente», señala el Capitán.

En el Reglamento de la Real Congregación no se indica que una mujer no pueda formar parte de los Armats de la Sang o de cualquier otra sección, aunque «sí que, veladamente, siempre se había dicho que era una cosa de hombres», añade Toni Sánchez. Por ello, Laura fue la primera mujer y abrió el camino para las demás, incluso, expresa que «sintió que estaba rompiendo con un rol establecido, que estaba haciendo algo bien».

Al año siguiente, el paso de Laura Sánchez le sirvió a otra aspirante, Elisa Hurtado, para decir «esta es mi oportunidad de salir». La pandemia lo ha impedido en dos ocasiones consecutivas, pero, finalmente, este 2022 será el primer año que salga, junto a otros armados «principiantes». Hurtado destaca sobre todo su ilusión, pues siempre había querido salir –como hacían su hermano y su marido, ahora también su hijo– y recorrer las calles de Reus con el escudo y la lanza, aunque fuese cerrando la cohorte.

Y es que los que salen por primera vez, siempre van detrás, porque no solo el rango –el Capitán y los Caporales– determina el orden de la formación, sino que «según los ensayos y el tiempo se suman puntos, hay una tabla y se suma un punto por cada ensayo y otro cada cinco años», explica Toni Sánchez. De este modo, se premia más la dedicación y el esfuerzo que la veteranía. Al final, como él añade, «uno de los motivos para ensayar es “hacer brazo” para poder aguantar toda la procesión el peso de las lanzas».

Una pequeña familia

La gran preocupación de los Armats de la Sang, sin embargo, es llevar a cabo correctamente las alineaciones, que no haya equivocaciones en los cambios de posición y estar todos coordinados. Es más, la agrupación reusense ha desarrollado un movimiento característico que es el de golpear las lanzas contra el suelo al compás de la corneta –unas 100 veces por minuto–, desplazándola con el pie derecho y arrastrando a continuación el izquierdo.

Esta variante en su procesión como armados, a la que llamaron «paso de cadens», surgió hace algunas décadas, cuando el Capitán Manaies de entonces pensó que era buena idea finalizar el ensayo y bajar hasta la Sang para dejar las lanzas, improvisando un ritmo percutido por las mismas aceras de Reus.

Así, el acto consiste en un recorrido por Reus que parte de Santa Llúcia y termina en la plaza de la Puríssima Sang, donde hacen una exhibición de sus movimientos presentan armas al clavario de la Real Congregación y en el interior del templo muestran el opúsculo de los Armats, junto a otros homenajes y actos de la congregación.

La concentración que esta sincronización requiere, las horas que deben aguantar en Semana Santa y la inmovilización que supone llevar armadura, casco y sandalias genera un vínculo especial entre los armados durante la bajada de lanzas. Son como una pequeña familia en la que todos estánperfectamente integrados.

A su vez, el Capitán Manaies señala que «la situación actual de los Armats de Reus es atípica respecto a su historia, porque antiguamente siempre se nutrían de los jóvenes». En cambio, ahora, la cohorte es bastante pequeña y la mayoría son hombres mayores. «Si no se apunta la gente, con el tiempo se perderá la tradición», valora Elisa Hurtado.

No se trata solo de fomentar una paridad necesaria –«el futuro de los Armats pasa por una cohorte mixta», escribe Toni Sánchez en el opúsculo de este año–, porque otras agrupaciones de armados ya cuentan con mujeres; sino que se debe impulsar a los jóvenes para que los Armats de la Reial Congregació de la Puríssima Sang tengan continuidad.

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