Los candidatos a la alcaldía de Reus apuestan por más vivienda pública

Los siete partidos con representación en el consistorio coincidieron en la necesidad de crear más vivienda pública

30 abril 2019 08:17 | Actualizado a 30 abril 2019 18:31
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¿Cuál tiene que ser el modelo urbanístico de Reus? A esta pregunta es a la que intentaron dar respuesta, ayer a última hora de la tarde, las siete candidaturas políticas que actualmente tienen representación en el consistorio reusense. Se trataba de un debate organizado por la Demarcació de Tarragona del Col·legi d’Arquitectes de Catalunya (COAC), conjuntamente con el Centre de Lectura de Reus, en el marco de las elecciones municipales del 26M. Moderado por el vicepresidente de la Demarcació de Tarragona del Col·legi de Periodistes, Esteve Giralt, participaron Marc Arza, de Junts per Reus; Edgar Fernández, de la CUP, Débora Garcia, de Cs; Josep Abelló, del PSC; Marina Berasategui, de ERC; Sebastià Domènech, del PP; y Daniel Rubio, de Ara Reus.

Fue difícil encontrar un punto en común entre los distintos portavoces, aunque se encontraron algunas líneas, como la necesidad de incrementar el parque de vivienda pública para afrontar las emergencias sociales. «Estamos muy lejos del 10-15% de la vivienda», reconoció Marc Arza, mientras que Débora Garcia subrayaba que «ante un desahucio, es muy difícil encontrar una vivienda alternativa». «Reus no llega ni a las 1.000 viviendas sociales», criticaba Edgar Fernández.

El POUM (Pla d’Ordenació Urbanística Municipal) fue el punto de partida de un debate celebrado ante una Sala Emili Argilaga del Centre de Lectura de Reus desbordada de espectadores y que se alargó más de una hora y media. «El POUM es únicamente una herramienta», empezaba diciendo Marc Arza. Según su punto de vista, a nivel urbanístico se trabaja con una «buena línea de consenso». Las primeras críticas llegaban desde la CUP. Édgar Fernández exigía un modelo de ciudad «donde podamos vivir en nuestros barrios, huir del centrismo». El crecimiento de la ciudad fue defendido, sobretodo, por Sebastià Domènech, del PP. Su apuesta pasa por la creación de empleo para que el número de habitantes aumente. Aunque otros candidatos, como Débora Garcia, de Cs, defendía un crecimiento moderado, «recuperando las zonas degradadas», subrayaba.

Josep Abelló, desde el PSC, apostó por «una ciudad saludable y sostenible», pensando en el envejecimiento de la población, mientras que Marina Berasategui, de ERC, criticó que «el desarrollo de las personas sea distinto en función de la zona  donde se viva». Daniel Rubio, de Ara Reus, quiso tirar la piedra lejos y puso en duda la utilidad del POUM. «Se tarda mucho tiempo a elaborarlo y después deben hacerse tantas modificaciones. Tenemos que mirar adelante», decía Rubio, quien, en materia de movilidad, hizo bandera del modelo de smart city y los coches eléctricos.

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