Los comercios de Reus se movilizan para lograr la conciliación familiar

Desde el pasado mes de enero, un grupo de joyeros de la ciudad cierra la tienda media hora antes para racionalizar las jornadas laborales. Animan al resto de sectores a hacer lo mismo

10 febrero 2019 09:03 | Actualizado a 12 febrero 2019 09:22
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Más calidad de vida, beneficio para las empresas y una mejor conciliación familiar. Estos tres puntos son los que defienden un grupo de empresarios del sector de la joyería de Reus, quienes desde el 15 de enero quisieron cambiar sus horarios. Se trata de una medida totalmente voluntaria.

La propuesta parte de reducir el horario de cierre de las joyerías durante los periodos de menor actividad para así sacar un mayor partido de la jornada. La iniciativa, apoyada por el Col·legi Oficial de Joiers, d’Orfebres, de Rellotgers i de Gemmòlegs de Catalunya (JORGC), propone que el horario de tarde se avance media hora pasando a ser de las 16.30 a las 20 horas. Este tipo de horario se mantendrá hasta el 31 de marzo y del 1 de octubre al 30 de noviembre. En el caso del fin de semana no cambia, se continúa cerrando a las 20.30 horas.

Esta propuesta tiene también como meta unificar los intereses de negocios de otras naturalezas, puesto que contempla incluir al resto de sectores comerciales de la ciudad a la reforma de horarios. «La iniciativa a la que nos hemos sumado unas cuantas joyerías pretende que el comerciante aproveche mucho más el tiempo y sea más productivo.

Nosotros en la joyería, nos hemos dado cuenta que desde que empezamos con el cambio, sacamos más rendimiento del mediodía. Simplemente, hay que acostumbrar a los clientes y que vean el negocio abierto. Aquellos que entren a trabajar a las cinco y les venga de paso, sabrán que pueden venir la próxima vez», explica Isaac Rovira, de la Joieria Rovira Fusté. Cabe decir, que según Rovira, «el futuro de la propuesta depende de los clientes por completo, puesto que siempre hay un día en el que has de atender al cliente y dedicarle tiempo, y más tratándose de elegir joyas». 

Entre las joyerías que participan en los cambios horarios está la Joieria Rovira Fusté, la Joieria Solanes, la Joieria Prats, la Joieria Santi Pàmies, Joiart y la Joieria Serrano. Por su parte, el presidente territorial del JORGC y presidente del comité ejecutivo del mismo organismo, Carles Tubella dice que «es una decisión con buen criterio, puesto que es más coherente generar consenso entre los miembros de un mismo sector para empezar con la reforma. Además la unión será beneficiosa de cara al consumidor final. A pesar de que se trate de una propuesta no vinculante, creo que puede tener bastante éxito». 
 

La medida horaria propone a las joyerías cerrar a las ocho en punto los día laborables

Los otros sectores

«El tema de extenderlo a otros sectores ya es mucho más complejo, puesto que hay que batallar con los horarios de las grandes superficies, que dividen sus jornadas con turnos prolongados. Igualarse a esa infraestructura horaria es incompatible con un cambio de horario que te haga cerrar antes», prosigue el presidente territorial del JORGC, Carles Tubella. Pero es que ya no se trata sólo de encontrar una conciliación familiar, sinó que «se trata de encontrar también nuestro propio tiempo libre, sentir que no sólo vivimos para trabajar y nada más, porque los horarios te acaban marcando la vida», añade Tubella. 

El presidente territorial del JORGC, también comerciante en el núcleo comercial de Reus, distingue que «con el tiempo, el consumidor se ha vuelto más tolerante, tal vez porque es consciente de la precarización del mundo laboral». «Aunque para cambiar los hábitos del cliente y del empresario de servicios hay mucho que hacer, y más cuando muchas personas empiezan a disfrutar de su día cuando han salido de trabajar»», resume Tubella. 

¿Qué tiene que pasar?  

«Yo creo que no ha trascendido mucho la propuesta. Estamos hablando de acortar el horario media hora. Como se trata de un acuerdo a nivel local, tal vez necesite algo de promoción, aunque en un principio cuesta medir si tendrás más o menos clientes en la tienda a según qué horas. Habría que dejar que el cliente se acostumbrara a los cambios», dice la presidenta del Tomb de Reus, Gemma Molner

La comerciante también ha confesado que «no sabemos si la iniciativa tendrá continuidad». «Por el momento, la experiencia no está teniendo demasiada repercusión. Hay de límite hasta marzo», dice Molner, quien habla de una concienciación «global e integral». «Hay que replantear nuestra forma de vida y adaptarla a unos horarios nuevos y empezar de cero. Eso es complicado, porque habría que reconvertir las dinámicas sociales en primer lugar y luego ahondar en las laborales, las escolares y extraescolares, las comerciales, las administrativas, las de las fábricas y el ocio, entre muchos otros aspectos. Significaría un cambio en nuestra forma de hacer, pensar y ser», ha acabado valorando Molner sobre un cambio estructural. 

Por su parte, el presidente de Unió de Botiguers, Àlfred Pitarch, ha reconocido que «la capacidad de cambio global queda muy lejos, y no será por lo intentos que se han hecho». «A pesar de querer llegar a la conciliación, la oportunidad de vender por parte del comerciante se traduce a abrir el negocio más tiempo. Eso no se puede controlar. Además, ya sea por el clima o por nuestra cultura, es difícil compararse con el resto de países europeos», ha continuado Pitarch. 

Consenso y unidad

El presidente de Unió de Botiguers aplaude la propuesta en nombre del colectivo comercial al que representa, pero «al tratarse de una propuesta voluntaria, no se sabe si todos los joyeros la acabarán secundando a largo plazo». «Hemos trasladado la iniciativa a nuestros asociados, porque un día nosotros queremos tratar el tema también. Siempre con el objetivo de crear una acción conjunta que vaya bien a todos los comercios y apostar por unos mejores horarios.

De hecho, quedó un proyecto aparcado que abordaba todos los organismos en general, pero por ahora, parece que cuesta unificarlo todo. No sirve de nada que nosotros cerremos antes si la gente no se puede organizar la vida para ir a comprar antes», opina Pitarch. Pone énfasis y coincide con Tubella dicendo que «los horarios de los grandes comercios no ayudan, puesto que si los pequeños cierran antes perderán oportunidad de venta».  

A modo de repaso, en 2016, la Reus se convirtió en banco de pruebas para la reforma horaria. A pesar de que la iniciativa de cierre de comercios una hora antes de lo habitual (19h) no fuera multitudinaria, hubo un organismo que pudo disfrutar del beneficio de acortar su jornada laboral, al menos por un tiempo. En el mismo año, la dirección del Mas Carandell propuso a los trabajadores acortar de forma voluntaria su jornada los días que trabajaran por la tarde a cambio de tener una pausa para comer sólo media hora. En el caso de la jornada intensiva, se facilitó a los empleados trabajar hasta las 13 horas, para después alargar el horario de salida media hora como compensación. 

Las medidas tuvieron buena acogida y, al menos hasta el febrero de 2018, se siguieron aplicando con extensión al resto de días de la semana, ya que inicialmente  se aplicaban los lunes. Las valoraciones, según aseguraron fuentes municipales por aquel entonces, fueron positivas e incluso el número de trabajadores acogidos a la reforma iba al alza. 

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