Los comicios más concurridos

Análisis. #Reus-26M A los siete partidos con representación se le suman cinco aspirantes más y muchas incógnitas tras unas generales que ganaron ERC y PSC

10 mayo 2019 09:05 | Actualizado a 15 mayo 2019 08:37
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Las elecciones municipales del 26-M en Reus serán las más concurridas de la historia. A los siete partidos que actualmente tienen representación municipal se le suman otros cinco aspirantes, algunos de ellos con posibilidades de poder acceder al plenario. Pero más allá de la enorme fragmentación de siglas que existe, los comicios arrojan también otras incógnitas en función de los condicionantes que se pueden dar. Una elevada participación, el peso del municipalismo o un voto centrado en el eje nacionalista-constitucionalista puede tener una u otra traslación en las urnas.

A pesar de que unos comicios no son comparables con los otros, la cercanía de las generales hace que su resultado tenga más peso de lo habitual. Con cerca de 13.000 sufragios, ERC fue la formación más votada de la ciudad seguida del PSC con unos 800 electores menos. Entre los dos se repartieron todos los barrios y situando a Noemí Llauradó y Andreu Martín entre los favoritos este 26-M. Unos resultados, además, que ven como un punto de partida inmejorable. 

Pero en unas municipales, el factor local puede tener más importancia que las propias siglas del partido. En el campo de la marca propia, el actual alcalde y alcaldable de Junts per Reus, Carles Pellicer, parte con ventaja. El incansable trabajo de proximidad que acumula le convierten en el rostro más conocido y con más bagaje. 

 
 

Otro termómetro para analizar la situación de los partidos es el número de seguidores movilizados. Hasta ahora, tanto Pellicer, como Noemí y el alcaldable de Ara Reus, Dani Rubio, se llevan la palma. Y es que si el municipalismo cuenta como marca personal también lo hace como partido. 

Ara Reus tiene dos concejales en el plenario y este mandato ha formado parte del gobierno de la ciudad, demostrando que tienen éxito aplicando la fórmula municipalista. De los que no tiene representación, Entre Veïns es la formación que más apuesta por el factor local y menos en la marca.

Una incógnita más es la que concierne a Cs y lo debilitado que puede estar el partido tras la descarnada crisis ocurrida las últimas semanas. El despido de sus anteriores concejales por parte de la cúpula del partido les ha dejado sin la etiqueta de favoritos que tenían anteriormente. Además, su exlíder, Juan Carlos Sánchez, junto con otros dos exconcejales, se presentan con dCIDE y aspiran a robarle un buen puñado de votos al partido naranja. 

Entre los partidos constitucionalistas, el Partido Popular de Sebastià Domènech tampoco pasa por un buen momento con los resultados de las generales en las manos. Vox, por pocos votos, pasó por delante de los populares quedando en sexta posición. Aún así, el enorme currículum y experiencia de Sebastià Domènech no lo reúne su homónimo de la otra formación. 

¿Y la CUP?
Los cupaires fueron la gran sorpresa en las municipales del 2015 consolidándose como la segunda fuerza en el consistorio con seis concejales. Un número que parece difícil que puedan repetir tanto por el momento político actual como por la competencia que les ha surgido en parte de su electorado con En Comú Podem Reus

Para terminar, está el efecto que pueda tener la participación. Históricamente, el número de votantes en las municipales se ha situado alrededor del 50-60%, muy lejos del 75% de las pasadas generales. Aún así, los ciudadanos vienen demostrando en los últimos años que responden masivamente ante las urnas. En caso de suceder algo parecido, los más beneficiados serían las grandes siglas o, como Primàries Reus, que tienen cuestiones nacionales como grandes banderas. 

Por todo ello, es muy difícil aventurarse a proclamar un ganador o atreverse a dibujar cómo quedará el consistorio. Un triple empate Junts x Reus, ERC y PSC, victoria de los partidos nacionalistas, auge de las formaciones municipalistas... Todo está abierto. Lo único seguro es que, sean uno u otro resultado, tras el 26-M empezará otra campaña igual de decisiva: la de los pactos para gobernar.

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