Los hallazgos del Pallol, piezas clave para dibujar la sociedad de Reus de los siglos XVI-XVII

Los pozos y los silos llenos de restos de cerámica típica de Reus no afectarán la futura construcción del hotel 

10 agosto 2019 08:47 | Actualizado a 14 agosto 2019 10:51
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Hace un par de semanas, las obras previas del longevo proyecto del hotel del Pallol descubrieron unas piezas de cerámica. Estas hicieron parar las máquinas porque podían revelar nuevos conocimientos históricos e implicó la intervención de un equipo de arqueólogos que empezaron, el pasado lunes, las excavaciones en el solar de la plaza Evarist Fábregas, donde tiene que situarse el futuro edifico turístico. Con la excavación más avanzada, y a falta de terminar el próximo martes, se confirma lo que avanzó el Diari, los restos de cerámica hallados pertenecen a los siglos XVI y XVII

En el solar se han descubierto ocho estructuras, dos de ellas aún pendientes de excavar. De momento, han estudiado tres pozos y varios silos (espacios donde se almacenaba el trigo). Estos espacios pasaron de cumplir su respectiva función a ser vertederos y es, en sus cavidades, donde se han hallado centenares de piezas de restos de cerámica típicas de Reus y fabricadas entre mitades del siglo XVI y XVII. 

Jaume Massó, arqueólogo vinculado al Museu de Reus, explica que aquella fue la época dorada: «El barrio de la cerámica constaba de 130 artesanos ceramistas, maestros alfareros. Fueron cien años de mucha producción y exportación». En este sentido, Massó recuerda que con la excavación en 1999 de la Muralla del Pallol también se encontró una gran cantidad de hornos que recuerdan la importancia que tenía el oficio de alfarero en la ciudad.

Estilo reusense 

El arqueólogo y director de esta excavación, Damià Griñó, explica que muchas veces se ha encontrado cerámica de Reus en otros lugares de Catalunya, sobre todo en Barcelona. «¿Como sabemos que es de aquí? Primero por la tonalidad amarillenta de su pasta (que proviene de la piedra característica de Salou del mismo color), después por la decoración de la aureola de las piezas, con un estilo de dibujo característico de la ciudad y, por último, porque en varias ocasiones tiene dibujado el símbolo de la ciudad: la Rosa de Reus». 

Entre los trozos destacan las piezas de cerámica ‘de lujo’. Estas permiten conocer los tres estilos que se utilizaban en la época. Por un lado, la policromática azul, amarilla y verde, del que destaca el amarillo. «Era algo novedoso, inspirado en la cerámica italiana», apunta Damià. Después están las de reflejo metálico, barnizadas de un modo que con la luz del sol brillan y, por último, las policromadas azul y blanco, típicas del estilo catalán. «Tenemos la certeza que se construían en este mismo solar o a pocos metros porque hemos encontrado marcas de tres pies, piezas que se utilizaban para separar las cerámicas que salían del horno, para que no se pegaran –añade el director–, las tiraban en los pozos y silos porque estaban rotas o defectuosas».

Definir el pasado

Estos hallazgos no van a afectar en la construcción del hotel, pero eso no le quita un gran valor documental para conocer cómo vivía y qué hábitos tenía la sociedad de Reus.

«No sólo por la cerámica. También hemos encontrado macrofauna. Huesos de animales consumidos, principalmente cabras y ovejas, que permiten saber cuál era el alimento más usual de esa época y, además, gracias al corte de algunos huesos, definir que, posiblemente, en esta zona  había una carnicería», explica el miembro del equipo arqueolegs.cat.

«Esto es muy importante, porque carecemos de mapas de esa época que definan exactamente como estaba constituida la ciudad. Con estos hallazgos podemos imaginar qué tipo de casas había en y como distribuía el urbanismo y la propia sociedad de esos siglos», añade Massó. 

Las excavaciones del solar se han concentrado en una zona: la más alejada de la calle Hospital, donde están ubicados los pozos y silos a pocos metros el uno del otro. Esto se debe a que las construcciones querían seguir la veta del agua. «Reus es una ciudad que históricamente ha sufrido mucha escasez de agua, por eso hay tantas fuentes en la ciudad», explica Jaume Massó, quien añade que «es una pena que no queden restos de las estructuras de las casas. Reus crecía por los lados, pero también por arriba y por eso puede que las estructuras más modernas hayan reventado las estructuras de siglos más antiguos». 

De momento, el material encontrado pasará a ser estudiado y documentado por el equipo de arqueólogos para después formar parte del Museu de Reus y seguir construyendo, así, la historia de la ciudad.

 

Dieciséis años esperando el hotel

El pasado mes de mayo empezaron los trabajos previos para la construcción del hotel. El proyecto se anunció hace dieciséis años y no ha tenido el camino fácil. En 2009, el proyecto cambió de promotora, pasando de la cadena hotelera Faderson a Ginkoplanet.  No fue hasta el año 2015 cuando se empezaron a derribar todas las casas que configuraban la manzana de viviendas afectadas por el proyecto hotelero. Todas menos la número 26-28 de la calle Hospital. Ginkoplanet tuvo que negociar tres años con su propietario para que, finalmente, el solar quedara totalmente vacío en 2018. Con la excavación del terreno, el hotel del Pallol está más cerca que nunca de ser una realidad.
 

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