Los huertos urbanos de Reus se abren a toda la ciudadanía para fomentar la cohesión

La voluntad del consistorio es que se conviertan en espacios intergeneracionales donde se creen dinámicas sociales

24 febrero 2020 10:30 | Actualizado a 25 febrero 2020 19:14
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Hace ya más de cinco años que el Ayuntamiento de Reus empezó a gestionar huertos urbanos, con la intención de ofrecer parcelas a vecinos de la ciudad donde poder cultivar sus propios productos agrícolas. Surgieron dos proyectos: el del barrio Gaudí, con diez parcelas destinadas específicamente a gente mayor; y el de Sol i Vista, con 25 parcelas para vecinos del propio barrio. Pasados estos años, se abre ahora un nuevo reto: que se conviertan en espacios de cohesión social, intergeneracionales. Un punto de encuentro entre personas de distintos perfiles donde se establezcan nuevas relaciones y dinámicas.

«El proyecto ya nació para fomentar la cohesión, pero ahora queremos dar un mayor impulso», detalla el concejal de Salut i Ciutadania del Ayuntamiento de Reus, Òscar Subirats. Para conseguirlo «se tendrán que replantear los actuales proyectos». Que los huertos del barrio Gaudí sean exclusivos para gente mayor y los de Sol i Vista, para vecinos, impide, precisamente, que se creen estas sinergias, por lo que la intención, según explica Subirats, es cambiar, a corto plazo, las bases y que toda la ciudadanía pueda optar a un hurto urbano.

«No obstante, el primer paso será abrir una nueva convocatoria para encontrar hortelanos para tres parcelas del barrio Gaudí que actualmente están vacías. Después, estudiaremos la fórmula para que abrir el proyecto a toda la ciudadanía», puntualiza el concejal. Otra cuestión que también se quiere trabajar es la agilización del proceso para poder ocupar un huerto. «El reglamento es complejo y se tienen que abrir convocatorias. Quizás sería mejorar crear un mecanismo tipo lista de espera», añade Òscar Subirats.

Huertos con carácter solidario

Los proyectos municipales conviven con iniciativas privadas y solidarias, donde el contacto intergeneracional y entre culturas ya se da. En la avenida de Tarragona, justo al lado del campo de futbol del Reddis, se encuentran treinta parcelas del programa 3C (Conreem el Clima i la Comunitat), impulsado por la ONG Humana. «Todo lo que cultivan los usuarios es ecológico», señala Pep Vidal Sardà, el técnico encargado de este huerto de Reus. Él es un joven payés, dedicado a la agricultura ecológica y su función en el programa 3C es guiar a los usuarios. De hecho, muchos de ellos, cuando accedieron al proyecto –puesto en marcha en 2018– tenían pocos o ningún conocimiento sobre agricultura. Eduardo, uno de los usuarios, recuerda que anteriormente únicamente había hecho alguna cosa de jardinería. «Pep nos instruye y poco a poco se va aprendiendo. No es que sea complicado, pero se tienen que tener en cuenta muchos factores», detalla Edaurdo.

Los usuarios coinciden en señalar que se necesita constancia. «Trabajo y vivo cerca de aquí, así que me paso prácticamente todos los días», dice Nati, otra hortelana. Ella asegura que se trata de un «regalo». Y es que valora disponer del espacio justo para poder cultivar sin tener que comprar una parcela. Este es también el caso de Ana Maria que, tras una infancia muy ligada a la tierra, asegura que durante años había estado buscando algún espacio para conrear un huerto. En 2018 encontró la oportunidad, pero no sólo eso, sino que ha vuelto a los orígenes. «Justamente estas tierras son las que cultivaron mis padres. Es un sueño hecho realidad volver aquí», dice con emoción. Según detalla Pep Vidal, los motivos por los cuales los usuarios han entrado en el proyecto son variados: «Para algunos es una distracción y para otros, cultivar sus propios alimentos».

«Es una forma de estar en contacto con la naturaleza», también señala Màxim Blasco Font de Rubinat. El reusense puso en marcha hace nueve años un proyecto de huertos urbanos, conocido como Forques Velles. El objetivo era sacar provecho de una finca que estaba infrautilizada. «En América y Europa hace tiempo que existe este modelo, y pensé que era una buena fórmula», detalla Blasco, que vive a Barcelona y todos los fines de semana viene a Reus. Tiene 50 huertos, «y ahora estamos preparando 25 más». Una ampliación que se debe a la gran demanda. Según Blasco, el perfil ha ido cambiando. «Al principio, había mucha gente joven y, ahora, hay muchos jubilados. Lo interesante es el ambiente que se crea», asegura.

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