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El proyecto educativo ‘Una escola, un parc’ surgió el curso pasado como plan piloto por la Covid, para cubrir la necesidad de uso de espacios exteriores por parte de los centros de infantil y primaria llegado el recreo. A través de dicho plan, el Ayuntamiento cedió el uso preferencial, y en horario lectivo, de determinados parques y otro tipo de espacios de Reus.
La iniciativa, impulsada por la Xarxa d’Escoles Públiques de Reus (XEPR), permitía ampliar, por tanto, el espacio educativo de los colegios. «Contribuía a espaciar los grupos de estudiantes en el patio para garantizar la distancia social y el mantenimiento de los grupos burbuja», cuenta Francesc Xavier Torrell, en representación de la XEPR.
Diferentes centros escolares de la ciudad probaron a poner en marcha este plan y encontraron resultados «satisfactorios», acota. Tanto fue así, que desde la concejalía de Educación del Ayuntamiento de Reus dieron luz verde a su continuidad para el próximo curso mediante decreto el verano de 2021.
«La educación tiene que ser entendida con una mirada 360, desde donde se quiere hacer realidad el reto de aprender más allá de los centros educativos. La pandemia ha puesto en evidencia la necesidad de abrir espacios al exterior que minimicen el riesgo de contagio», dice, por su parte, el concejal de Educación del Ayuntamiento de Reus, Daniel Recasens.
Así pues, habiendo superado el plazo del plan piloto y habiendo preguntado a los cinco centros adheridos (Montsant, Alberich i Casas, General Prim, Pompeu Fabra y Misericòrdia) si, actualmente, aprueban el proyecto, exponen que registran «buenos resultados». «Está siendo una experiencia muy positiva para todos y creemos que ha sido una idea con la que estamos poniendo en valor muchos rincones de la ciudad. Los más pequeños la disfrutan mucho y trabajamos en potenciar el uso de muchos parques», prosigue Torrell, también director de la Escola Doctor Alberich i Casas. Y es que la cantidad de alumnos que se benefician de este proyecto es numerosa: 793 estudiantes, según las cifras facilitadas por la concejalía. Torrell destaca como importante esta iniciativa para los colegios que «tienen poco espacio, pues no es lo mismo para los que están más a las afueras que para los que se encuentran en pleno centro de la ciudad».
Conocer mejor los barrios
Desde la XEPR esperan que se siga difundiendo información sobre ‘Una escola, un parc’ y que más centros escolares se sumen. «No tiene ningún coste e incluso las familias están sacándole mucho partido. Muchos pequeños que han estado en un parque durante la hora de recreo vuelven con sus padres de nuevo, fuera del horario lectivo», señala.
La directora de la Escola Pompeu Fabra, Mar Cervantes, está de acuerdo con dicha afirmación. «Vemos que los alumnos sienten respeto por el lugar al que van y eso hay que tenerlo en cuenta. Como es el segundo año que lo aplicamos, nosotros lo tenemos todo organizado con los diferentes grupos». En su caso, hacen uso de la plaza Morlius y la calle Barceloneta durante el periodo lectivo escolar de este curso y realizan un recorrido que va de la calle Sardà hasta la Travessera d’en Sardà, unos 200 metros.
«El proyecto nos ha dado un poco más de libertad y espacio, porque en nuestras instalaciones hay pistas cimentadas y disponer de otro entorno al aire libre como patio nos está viniendo muy bien. Se ha ido más allá con esta iniciativa, porque como centro nos abrimos al barrio y los alumnos desarrollan un sentimiento de pertenencia, por así decirlo», hace hincapié Cervantes.
Como apuntaban Torres y Cervantes, las familias frecuentan los parques gracias a que los más pequeños les piden volver una vez han terminado las clases. «Está siendo positivo para todos», concluyen ambos directores.
