Los restauradores de Reus hacen un balance positivo a pesar de la pandemia

Los restauradores de la ciudad hacen un balance positivo a pesar de la llegada de la pandemia. Tras la desescalada y la reapertura correspondiente de negocios con terraza se están registrando buenas sensaciones comparado con lo que se esperaban, al menos según los profesionales consultados por el Diari. Veámoslo con detenimiento.

«Hemos aumentado la actividad y eso se lo debemos a las terrazas, aunque no es como antes, claro», expresa el restaurador y presidente de la Associació d’Empresaris d’Hostaleria de Reus (AEHR), Xavier Salvat, entidad a la que pertenecen una cuarentena de establecimientos. Siguen intentando reducir gastos y Salvat dice haber notado un cambio en las rutinas de la clientela, que se han vuelto «totalmente impredecibles, estamos predestinados a verlas venir», dice. «Al menos en mi caso, observo que hay poca estabilidad en la llegada de clientes. Antes del Covid-19, conseguías pronosticar incluso qué volumen de trabajo tendrías, pero hoy trabajas mucho y, al día siguiente, nada de nada», expresa su realidad tras la barra. Por suerte, añade, en la capital del Baix Camp «tenemos la ventaja de vivir no solo del turismo, sino del público local, aunque sobre todo se concentra en la zona del casco antiguo».

Preguntado sobre cómo han interiorizado los usuarios los protocolos de seguridad contra posibles contagios, expresa que «hay de todo, sabemos que es complicado, pero no hay que relajarse». De la misma manera responden los demás empresarios consultados. «Nosotros los establecimientos hacemos un gran esfuerzo e inversión para cumplir con los criterios de seguridad, los clientes tienen que responder respetándolo», establece Salvat.

Los meses venideros

El presidente de la AEHR explica que su intención es seguir con la programación de actividades que tenía en mente al acceder al cargo. «Preparamos proyectos y nos vamos reuniendo, atendemos las demandas de los empresarios, pero el asunto está aún bastante parado», manifiesta.

De cara a septiembre y en adelante pronostica –como es habitual a lo largo del año– una «parada del trabajo». «Esperamos que no haya rebrotes más fuertes y que podamos mantener la actividad en la medida de lo posible», continua. «Intento ser optimista, pero veo menos gente que el año pasado», resume.

A quien también le produce incertidumbre la llegada de los próximos meses es a la restauradora Bénéndicte Ronco, a cargo de la crepería Kenavo y el restaurante Le Bistrot, ambos ubicados en el centro de la ciudad. «Mientras dure el buen tiempo, sé que todo irá bien. Tener terraza en la crepería, a pesar de la limitación de aforo, ha funcionado. En el interior de los locales, aun así, hemos perdido unas cuantas mesas», describe. Ronco también apostó por volver con la carta renovada e incorporó (en el caso de la crepería) nuevas elaboraciones de carácter vegano. «Han tenido muy buena acogida y puedo decir que tengo una clientela nueva gracias a ello», reconoce contenta.

La llegada de los meses de frío es una de las cuestiones que más la preocupa. «La gente tal vez se haya vuelto más casera y prefiera no salir tanto. Por eso, elaboré una carta pensando en el servicio a domicilio. Es una de las cosas que trabajé durante el confinamiento», recuerda.

Por su parte, el empresario Roger Murtró, de Tapes i Tapes y Més que tapes, hace un buen balance. «Mantenemos un ritmo de trabajo semejante en comparación con el verano pasado, estamos muy satisfechos», apunta. Uno de los factores que le han ayudado mucho es prescindir de las comidas del mediodía en uno de sus locales.

Como alternativa para potenciar la oferta también han mantenido el ‘Komando Tapes’, el servicio de recogida de comida en el local y de reparto a domicilio. «Nos organizamos muy bien con reservas, aunque prevemos también que el ritmo bajará de cara a los próximos meses, siempre lo hace», concluye Murtró.