Los técnicos piden conservar la muralla liberal del siglo XIX

La construcción, pendiente de ser catalogada, no perjudica los planes urbanísticos en la zona

17 agosto 2018 09:02 | Actualizado a 26 agosto 2018 10:58
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El fragmento de la muralla liberal descubierto recientemente durante el derribo de Mas Magrané, entre el Camí de Valls y la calle del Roser, podría mantenerse en pie. Es lo que piden algunos técnicos del Departament de Cultura y también del Ayuntamiento de Reus, que prefieren no ser citados. 

De momento, el fragmento de la muralla resta a la espera de los informes pertinentes que aconsejen o desaprueben su catalogación, el trámite definitivo para salvaguardar la estructura. 

Desde el Departament de Cultura, aseguran al Diari que «la inercia en los últimos años es no catalogar todo lo que se encuentra. Simplemente aquello que pueda tener relevancia monumental o histórica». Las declaraciones provienen de un alto cargo en el Departament de Cultura que explica que, recientemente, se ha considerado que en los útlimos años se han catalogado demasiadas construcciones medio destruidas o literalmente en ruinas, por lo que la tendencia ha cambiado radicalmente. El fragmento de la muralla, pero, según los expertos, tiene un valor patrimonial considerable, al ser, con toda probabilidad, el último vestigio en la ciudad.  

En el fragmento de la muralla que se ha conservado se aprecian algunas aspilleras 

No catalogarla permitiría que el propietario del solar, promotor de varios edificios de pisos, en caso de quererlo, pudiera derribarla. Un escenario que, según explican fuentes del Ayuntamiento de Reus, no está en las previsiones. De hecho, las mismas fuentes aseguran a esta redacción, el promotor estaría rediseñando el proyecto para garantizar que la muralla quedase en pie. 

«No molesta»
Los expertos aseguran que el fragmento hallado «no afecta» en nada a las intenciones del promotor y del Ayuntamiento. El primero podría continuar construyendo los más de cien pisos que están proyectados en la zona. 

El segundo, podría desarrollar urbanísticamente la pastilla sin necesidad de ver alterados sus planes. Y es que, en un principio, el temor a que la muralla obstaculizase el proyecto de mejora urbanística de la zona encendió la alarma a más de uno. El planeamiento general contempla la apertura de una nueva calle entre el Camí de Valls y la calle del Roser. Concretamente, el POUM recoge el alargamiento de la calle de la Pirotècnica Gasull. «La muralla es paralela a la calle», dice un técnico del consistorio reusense. Él mismo insiste que «la calle de la Pirotècnica Gasull deberá hacerse prácticamente nueva, porque entre el Camí de Valls y la calle del Roser hay una pendiente considerable que deberá salvarse para conectarlas». 

La muralla, a la vista
El derribo de Mas Magrané ha permitido descubrir el fragmento de la muralla. Una edificación diseñada en 1837 para proteger la ciudad ante la posible irrupción de partidas carlinas. 

Se trataba de una construcción que no estaba preparada para asedios de grandes ejercitos, armados con cañones, si no para ahuyentar asaltantes armados con fusiles y pistolas. 

Lo que puede apreciarse en la actualidad son las aspilleras de la muralla, los resquicios que se ideaban en las murallas para lanzar flechas o balas contra los invasores. Además, los expertos no descartan que la muralla, al menos en este lugar, hubiera dispuesto de foso. «La parte exterior de la muralla es mucho más alta que la interior. 

Ello se debe a un desnivel importante que existía en la zona, aunque no puede abandonarse la idea de un foso que protegiera la ciudad». Un extremo complicado de demostrar. 

Un mapa del Arxiu Municipal, recogido por Ezequiel Gort i Josep Maria Gort en el libro ‘Reus: del passat al present’, publicado el pasado 2017, permite identificar el perímetro que ocupó la muralla a mediados del siglo XIX. 

En él se aprecia la ubicación del fragmento de la muralla, ubicado en lo que se conocía como la Illa el antiguo Barri del Roser. El fragmento de la muralla corresponde a la parte más exterior de dicho apéndice de la muralla, separada del resto de la ciudad por la actual Riera de Miró. Según los estudiosos, entre ellos los hermanos Gort, de la muralla salía un puente fortificado que permitía conectar con el Barri del Roser. 

La liberal fue la segunda muralla de la ciudad después de la medieval, que abarcaba lo que ahora es el Tomb de Ravals. 

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