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Alrededor de las cinco de la tarde de ayer, un vecino de la calle Alt del Carme alertaba a los miembros de la entidad vecinal de la okupación de un piso en el número 43. Al parecer, los okupas habían reventado la puerta que hay en la calle hacía pocos instantes y ya habían cambiado la cerradura, impidiendo a este propietario poder acceder a su casa situada en la primera planta. Acto seguido, los residentes hicieron acto de presencia al lugar de los hechos. También llegaron dos patrullas de los Mossos d’Esquadra para mediar en la situación.
Según explicaban los propios vecinos, los okupas terminaron saliendo a la calle tras los requerimientos de los agentes de policía. Fue entonces cuando éstos lograron acceder al piso que intentaban habitar y se encontraron con que todavía no habían cambiado la cerradura. Fuentes consultadas de los Mossos, manifestaban que su función se limitó a realizar tareas de mediación y que las personas se marcharon de la vivienda «de forma voluntaria». De hecho, durante un buen rato estuvieron bajando a la calle todo el material que habían estado subiendo con anterioridad. Tras su marcha, la propiedad del inmueble llamó a un cerrajero que cambió la cerradura.
Tapiar los accesos
No es la primera ocasión en que los vecinos del barrio del Carme actúan para frustrar la okupación ilegal de una vivienda. El presidente de la asociación de vecinos L’Harmonia del Carme, Josep Machado, manifestaba ayer mismo que en el barrio están hartos de las okupaciones y pedía una solución. «Es uno de los problemas que más nos afectan en estos momentos. Necesitamos un cambio urgente de la legislación actual», subrayaba Machado.
Desde esta entidad vecinal llevan tiempo actuando para evitar que se produzcan nuevos episodios. Sin ir más lejos, hace varias semanas ya actuaron ellos mismos para tapiar los accesos de distintos inmuebles y evitar que fueran okupados de nuevo. También hace meses actuaron de forma parecida para evitar que unos okupas accedieran en un piso de la calle del Vent. En el barrio del Carme, sus residentes también están a la espera de que empiece la demolición de los dos bloques de viviendas situadas en las calles Sant Francesc y Sant Benet que también se habían convertido en un serio problema de convivencia.
