Los vecinos recelan de la reforma de la plaza Comte de Reus para eliminar la delincuencia

La Associació de Veïns del Barri Horts de Simó asegura que era una reivindicación vecinal. La entidad iniciará una ronda de consultas para conocer la opinión de los residentes

12 enero 2021 20:20 | Actualizado a 14 enero 2021 08:58
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El ámbito que comprende la plaza Comte de Reus y la calle Sardana, en el barrio Horts de Simó, es de las zonas más problemáticas de la ciudad. Droga, prostitución, y la delincuencia derivada, es lo que vienen denunciando desde hace años los vecinos que viven en esta zona. Para intentar disuadir el vandalismo, el consistorio instaló cámaras de videovigilancia en este punto, dispositivos que entraron en funcionamiento el pasado mes de diciembre. Ahora, el Ayuntamiento prevé actuar en la plaza Comte de Reus –que actualmente es una rotonda entre las calles Wad-Ras y de O’Donell, pero que, a la vez, es peatonal y hay varios bancos instalados– para que su uso exclusivo sea el circulatorio.

Según se detalla en la memoria del proyecto, ya aprobado de forma inicial, la eliminación de la plaza se realizaría «porque es un punto en el que se concentra gente en horas de descanso del vecindario y, como que está rodeada de edificios, el ruido origina muchas molestias». También se subraya que los trabajos responden al envejecimiento de esta zona, por lo que se procederá a modernizarla, actuando también en las aceras perimetrales, con un presupuesto previsto de 181.038 euros.

Desde la Associació de Veïns del Barri Horts de Simó explican que la reforma de la plaza Comte era una reivindicación vecinal desde hace ocho años porque había una ocupación de la plaza que «no era la que tocaba». La entidad se reunió ayer con la concejala de Urbanisme, Marina Berasategui, para conocer de primera mano todos los detalles del proyecto.

«De entrada no lo vemos mal pero lo tenemos que acabar de estudiar», asegura el presidente de la AVV Horts de Simó, Gustau Duran que se mostró prudente a la hora de hacer valoraciones. Durante los próximos días quieren consultar qué piensan los vecinos de la reforma para poder tener una opinión más bien formada, pero por el momento asegura que hay disparidad de opiniones.

Algunos residentes explican que hay gente que se está marchando del barrio

«La reforma de la plaza será una chapuza porque no van a conseguir que cambie nada. La zona de en medio de la rotonda está llena de personas haciendo ruido, vendiendo droga, también hay prostitución y peleas, en general muchísima delincuencia», dice contundente un vecino que vive en la misma plaza, y que prefiere mantenerse en el anonimato. Se muestra convencido de que, cuando terminen las obras y la plaza deje de ser peatonal, «se pondrán en nuestros portales». De hecho, esto ya está sucediendo. Otra vecina, también en el anonimato por miedo, explica que desde que las cámaras de videovigilancia se pusieron en marcha, «los delincuentes se han trasladado a los porches, donde están los portales de las viviendas, y han causado destrozas. Ahora estamos incluso peor que antes».

En uno de los portales, rompieron todos los timbres del portero automático y, en otro, rompieron el cristal del portal. «A raíz de esto, hemos puesto cámaras de vigilancia en la entrada del edificio», explica otra vecina, quien valora que se intente dar una solución, pero que no confía que sirva de nada. «La policía se ha presentado en muchas ocasiones, pero todo sigue igual. Y en cuanto las cámaras, no hacen nada», opina. En esta línea, una vecina explica que «cuando rompieron el portal automático de uno de los bloques, los vecinos pidieron que se usasen las imágenes de las cámaras para saber quiénes habían sido. Resulta que Guàrdia Urbana les dijo que el procedimiento marca que, para acceder a las imágenes, tiene que haber una denuncia».

Los problemas de convivencia se producen tanto en verano como en invierno. «Ahora ha disminuido por el confinamiento, por las restricciones en los bares y el frío, pero la actividad sigue igual. En invierno los ves un rato al mediodía, a última hora de la tarde y a partir de las 22 horas, a pesar del toque de queda, hay gente igual por la calle», se quejan.

Los vecinos con los que ha hablado el Diari coinciden en que parte de la solución pasaría por una presencia real y constante de la policía en la zona, sin bajar la guardia. Recuerdan que este pasado verano sí que se reforzó la vigilancia durante un tiempo, pero aseguran que, con la activación de las cámaras de videovigilancia, se ha bajado la guardia y los problemas no han cesado. Uno de los vecinos recuerda que lo que ya se ha pedido, y que cree que podría cambiar la situación, es establecer un centro cívico o un punto de información de la Guàrdia Urbana, «que ayudaría a que hubiera un mayor control de la zona».

«También hemos intentado que hubiera patrullas permanentes en este ámbito, pero nos dijeron que no era posible», comentan los vecinos, que incluso se plantean crear sus propias patrullas. «Las cámaras y la reforma de la plaza son sólo parches», lamentan.

Una de las vecinas explica que se va del barrio «porque no se puede ni salir a la calle». Dice que, igual que ella, muchos están intentando vender o alquilar su piso para irse. Un hecho que lamenta porque, precisamente, destaca que la zona está bien situada, «pero en los últimos 15 años se ha convertido en un gueto y vamos a peor. Y todo porque no se ha actuado de forma contundente y se ha ido dejando pasar todo hasta que la situación es ya insostenible», denuncia. Otro vecino detalla que, a la vez que se va gente del barrio, «no están llegando nuevos inquilinos por el mismo motivo». «Seguramente si esto ocurriera en zonas más céntricas buscarían soluciones rápidamente, pero en nuestro caso no. El Ayuntamiento dice que el barrio es seguro, pero los vecinos vemos que ya no lo es», añade.

Una nueva rotonda

En cuanto a los trabajos, éstos consistirán en derribar la actual plaza, construir una nueva rotonda, modificar las aceras perimetrales y también cambiar el alumbrado, los jardines e instalar nueva señalización. La acera perimetral de la zona norte, la previsión es que se ensanche, alcanzando los 4,25 metros de ancho y que se incorporen árboles.

Desde la AVV Horts de Simó esperan que haya margen para hablar e incluir alguna modificación en el proyecto si fuera necesario. Duran cree que aunque se pierda el espacio en medio de la plaza, se complementará con bancos y árboles en las aceras. «Lo que sí que hemos pedido es que no talen los árboles actuales, sino que los trasplanten».

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