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Hace días que las obras que se estaban realizando en la vía pública quedaron paralizadas en Reus. El Estado prohibió de forma explícita este tipo de actividad el pasado sábado, ante el anuncio de la prolongación del estado de alarma hasta el día 11 de abril y el endurecimiento de las restricciones, permitiendo únicamente los empleos considerados como esenciales. No obstante, en Reus hacía días que los operarios no se veían trabajando en las obras: el lunes 16 de marzo, el consistorio anunciaba nuevas medidas, entre ellas: la suspensión de todas las obras públicas y privadas que se estaban realizando en Reus en la vía pública. Las que no se desarrollaban en vía pública pudieron seguir su curso hasta este pasado lunes, tras el anuncio del Gobierno del Estado.
Esto afecta a un gran número de obras, al menos una decena, y que todavía no se sabe exactamente cuándo podrán retomarse y hasta qué punto esta paralización afectará en el calendario.
Entre las principales obras municipales que han quedado congeladas hay la remodelación del paseo de la Boca de la Mina, que empezaron en octubre. Desde entonces, esta zona está completamente cerrada. La previsión era reabrir en un año, es decir, a finales de 2020, pero ante la actual situación, el escenario es incierto. Cabe recordar que este es uno de los principales proyectos del equipo de gobierno. Con una inversión de más de dos millones de euros, la voluntad es adecuar este espacio rodeado de naturaleza y donde muchos reusenses van a pasear y hacer deporte. Actualmente se estaba trabajando en la primera fase, referente a las obras del paseo y la creación del Parc de les Olors. Además, precisamente este mes de marzo se había licitado la segunda fase de las obras: la ejecución del Jardí Agrari del Camp.
Otro de los proyectos municipales que está paralizado es la construcción del polideportivo vinculado a la escuela Joan Rebull. Por un importe de 1.210.321,99 euros, los trabajos empezaron a finales del pasado mes de agosto con previsión de que las instalaciones estuvieran listas para el curso 2020-21. Y es que el plazo previsto para realizar los trabajos era de diez meses.
El frontispicio de Casa Navàs
La suspensión de obras anunciada por el consistorio reusense el 16 de enero ya afectaba también a las de iniciativa privada. Uno de los trabajos más destacados que se preveía para estas semanas era la recuperación del frontispicio que, originalmente, coronaba la fachada de Casa Navàs, el edificio icónico del Modernismo en Reus, obra de Lluís Domènech i Montaner. En diciembre se anunciaba la futura actuación y, a finales de enero, se instalaba el andamio con previsión de que para Semana Santa (es decir, justamente estos días) los trabajos pudiesen estar terminados. Pero el calendario marcado inicialmente ha sido imposible cumplirlo.
«Las obras todavía no se estaban realizando directamente en Casa Navàs, los canteros trabajaban en su taller, en Solsona», explicaba a principios de semana la directora de Casa Navàs, Sílvia Sagalà. En este sentido, aunque el andamio ya estuviese colocado, todavía no se estaba trabajando in situ en la colocación del frontispicio, sino que se estaba en la fase de crear cada una de las piezas de este elemento arquitectónico. Es por este motivo, que los trabajos habían podido continuar a pesar del estado de alarma, aunque, ahora, con la prohibición expresa de desarrollar cualquier actividad que no sea esencial, el futuro es incierto. No obstante, Sagalà es positiva y confía en que se recupere pronto la normalidad, con la esperanza de terminar las obras antes de la temporada de verano.
Otras obras privadas paralizadas en Reus son las del futuro hotel del Pallol que, tras 17 años de espera, el pasado año empezaron a andar; o la promoción de pisos que se está levantando en la avenida Onze de Setembre. También están afectadas las obras de ampliación del Centre de Lectura de Reus, en el número 12 de la calle Concepció.
