Matilde, el águila que asusta estorninos en Reus

La rapaz realiza vuelos contenidos durante las horas de puesta de sol. Su objetivo es disuadir la plaga que hay en la plaza de la Llibertat

19 mayo 2017 17:04 | Actualizado a 21 mayo 2017 15:59
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El águila Matilde trata de acabar con la plaga de estorninos de la plaza de la Llibertat. Su función no es cazarlos, sino asustarlos, disuadirlos y conseguir que se vayan a otro lugar, a las afueras de la ciudad. Este martes se ha llevado a cabo su primera salida, la de reconocimiento. Pasaban pocos minutos de las cuatro y media de la tarde y Matilde ha alzado el vuelo ante una gran expectación mediática y ciudadana. Lo ha hecho bajo la tutela de Antonio, que la ha controlado en todo momento.

Estos días, los operarios de la empresa Soma, concesionaria del servicio de control y prevención de la población de aves salvajes urbanas de la ciudad, realizan vuelos contenidos de rapaces durante las horas de puesta de sol. Probablemente se repetirá el jueves. Y así hasta poder acabar con la plaga, que lleva días acechando la zona de la Llibertat y que tiene difícil solución.

Los estorninos llegan cuando oscurece y van buscando sitio para pasar la noche. Son centenares. La hora más problemática en lo que a lluvia de excrementos se refiere es la primera de la mañana, antes de que alcen el vuelo. Y ante todo ello el Ayuntamiento ha tenido que incrementar las acciones de limpieza en la zona para poder dar respuesta a la situación de forma urgente mientras no se solucione definitivamente.

La semana pasada se instaló un sistema de sonidos, pero de momento solo ha dado los primeros resultados en el Passeig Prim. En la Llibertat, la plaga es mucho mayor y ha hecho falta una acción complementaria con aves rapaces. Así lo ha explicado Àlex Tomàs, de Soma, quien ha insistido en que «aquí hay muchos estorninos, y con los sonidos no había suficiente. Hacía falta ir más allá». También ha explicado que, si estos pájaros han escogido esta zona de la ciudad para afincarse, seguramente es por sus características, en un entorno con árboles espesos y edificios altos, que cuenta con temperaturas más altas que otros lugares. Anteriormente, explica, llevaron a cabo actuaciones similares en otros sitios, como por ejemplo en Valls.

Las aves rapaces y los aparatos sonoros se suman a otros sistemas de control de pájaros que tiene en marcha el consistorio , como redes en los surtidores de agua que funcionan como abrevaderos; capturas manuales de animales con redes; cierre de casas viejas o abandonadas; protección de fachadas; y gavias, ya sean fijas, móviles o palomares de madera.

Una zona en plena actividad

El concejal de Medi Ambient, Dani Rubio, subraya la importancia de esta medida para tratar de minimizar la plaga en una zona en la que genera problemas tanto a vecinos como a comerciantes, y donde estos días hay una gran afluencia de personas debido a la pista y el tobogán de hielo. Este lunes tuvieron una reunión para tratar el tema. Y decidieron probar con las rapaces. «La idea es ir repitiendo esta acción, ver qué reacción conseguimos y, si hace falta, repetirla cuando sea necesario», afirma Rubio. También recuerda, sin embargo, que se trata de un problema prácticamente nuevo, ya que no es habitual que la ciudad reciba movimientos migratorios de esta envergadura.

El servicio de control y prevención de la población de aves salvajes urbanas de la ciudad tiene como objetivo principal el control del número de palomas en las zonas más conflictivas. También atiende a problemas provocados por otras especies de aves como estorninos, torcaces, garzas, tórtolas o cotorras.

Se llevan a cabo actuaciones centradas en la identificación y cuantificación de la problemática de las aves en Reus; acciones centradas en el control, captura y eliminación; y otras para limitar los lugares de reposo y nidificación.

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