La controvertida Ordenanza de Civismo regresará de nuevo este viernes al pleno municipal. En esta ocasión será para votar un documento surgido tras la celebración de un proceso participativo que ha contado con la colaboración de ciudadanos, grupos municipales y entidades de la ciudad. Entre ellos han realizado una treintena de aportaciones para un balance final alejado de lo que se esperaba en un principio.
La nueva Ordenaza de Civismo presenta un texto más compacto y, según el propio gobierno municipal, «tiene una vocación más pedagógica». Entre las principales novedades destaca que las multas se adecuarán a la capacidad económica del infractor y, de forma especial, en conductas ya reguladas por la ley como el consumo de drogas o las prácticas sexuales en la vía pública. También resulta reseñable la inclusión de una disposición adicional referente a la posibilidad de sustituir una sanción por trabajos en beneficio de la comunidad. En este caso «se está a la espera que la legislación superior recoja esta opción legal».