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Los clientes de Naturgy que llaman por teléfono y quieren hablar en gallego serán atendidos, a partir del próximo 15 de noviembre, desde el call center que la empresa Unitono puso en marcha en el edificio Cepid del Tecnoparc de Reus. Según publica La Voz de Galicia, hasta ahora, Unitono prestaba el servicio de atención al cliente de Naturgy desde dos centros de trabajo en Galicia, concretamente en Ourense y A Coruña, con 130 trabajadores. Pero el contrato ha finalizado y la empresa energética convocó un nuevo concurso para adjudicar el servicio, al que se presentaron tres empresas, entre ellas la propia Unitono, que ha logrado la adjudicación del mismo.
La diferencia es que, en unos días, las llamadas en gallego no serán atendidas desde Galicia, sino desde el call center ubicado en la capital del Baix Camp. Por lo que respecta a las llamadas en castellano, serán atendidas desde Colombia, según explica también este rotativo gallego.
Fuentes de Unitono confirmaron al Diari que desde que se puso en marcha este servicio en Reus trabajan para diferentes empresas del Estado, tanto en castellano, como en catalán y en gallego.
Unitono aterrizó en Reus en marzo de este año, con la inauguración de su centro de atención telefónica en el edificio Cepid. Fuentes de la empresa explicaron que el call center crearía más de 150 puestos de trabajo que podrían ampliarse hasta 200 y ocuparía casi 750 metros cuadrados de la primera planta del Cepid, propiedad de Redessa. El de Reus era el primer centro de atención telefónica que Unitono ponía en marcha en Reus.
El grupo Avanza, al que pertenece Unitono, está presente en varios países, cuenta con más de 200 clientes y tiene una plantilla de más de 6.000 trabajadores.
Precisamente, el sindicato UGT ha denunciado que los 130 puestos de trabajo que Unitono tenía en sus centros de Ourense y A Coruña están en el aire, ya que existen dudas sobre si la compañía recolocará a estos trabajadores o los despedirá.
La preocupación en el comité de empresa de Unitono en Ourense habría empezado hace meses, cuando la empresa empezó a desviar a Reus y Colombia llamadas que hasta entonces se concentraban en su totalidad en el centro ourensano. De hecho, la plantilla protagonizó movilizaciones y llegó a mantener un encuentro con el consejero de Industria, Francisco Conde, ante el temor de que estos cambios precediesen a la deslocalización.
