«Nos echaron del mercadillo de Reus de un día para otro y sin ninguna alternativa»

Los marchantes volvieron a Reus el 6 de julio con una ocupación del 75%, para garantizar la seguridad. El consistorio dice que el criterio fue dejar sin parada a los que tenían deudas

14 agosto 2020 07:41 | Actualizado a 15 agosto 2020 07:39
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El pasado 6 de julio, Reus volvía a tener mercadillo: el lunes y sábados en los alrededores del Mercat Central; y los miércoles en el Mercat del Carrilet. Volvían los marchantes, pero no lo hacían todos. Según se anunciaba en aquel momento desde el Ayuntamiento de Reus, la apuesta era reducir la superficie de venta al 50% y volvían el 75% de paradistas. «Esto es posible por la generosidad de parte de los paradistas, que reducirán sus actuales puestos», se añadía desde el consistorio. Más de la mitad de marchantes volvían a la carga, pero para el 25% (una treintena) que se quedó fuera para nada era una buena noticia. «Nos echaron de un día para otro, sin ningún aviso y sin derecho a reclamar», expone un grupo de afectados, que ahora han decidido alzar la voz para denunciar su mal estar ante lo que consideran que ha sido una mala gestión de la situación en Reus. Y es que aseguran que lo que ha sucedido en la capital del Baix Camp «no ha pasado en ninguna otra ciudad».

El colectivo afectado relata que en junio fueron citados en una reunión con Reus Mobilitat i Serveis en la que, después de explicarles todas las medidas de seguridad que se tomarían en los mercadillos, «nos dijeron que nosotros perdíamos la parada porque teníamos deudas». Admiten que todos ellos deben alguna mensualidad, «y si nos hubieran dado alguna opción para arreglar la situación, habríamos encontrado la fórmula para devolver lo que debemos». Pero aseguran que no fue así: «De repente, sin avisar de nada, nos dicen que ya no tenemos parada y que si, ahora, pagamos, nos ponen en lista de espera para que cuando haya alguna baja, recuperar el sitio... Es indignante. ¿Saben los años que pueden llegar a pasar para que esto ocurra?».

Los afectados son marchantes de generaciones, con parada en Reus desde hace décadas, por lo que les duele todavía más lo sucedido. Además, todos ellos muestran su licencia de Reus actualizada con fecha de este 2020, por lo que no entienden cómo, teniendo licencia, les han podido echar. «Se podrían haber buscado otras fórmulas para adecuarse a la nueva normalidad y, a la vez, mantener todos los puestos. Pero querían hacer limpieza... El 90% de afectados son gitanos», denuncian.

Fuentes municipales consultadas detallan que el criterio que se acordó para poder cumplir con las distancias de seguridad fue prescindir del 25% de los paradistas, y que el criterio usado fue acogerse al reglamento de los mercados, en el que se marca que se tiene que estar al corriente de pago. Por todo ello, los que tenían deudas fueron echados. «Aunque esto no es verdad, porque hay quien también tiene deudas y sigue teniendo parada, pero resulta que les han permitido llegar a algún acuerdo, y a nosotros, nada», relatan, a lo que añaden: «Nos dijeron que los que echaban era por tener deudas anteriores a 2019». Consideran que esto es una «injusticia». Uno de ellos se pone como ejemplo y dice que debe dos mensualidades de 2018, mientras que puede haber alguien que deba más dinero de 2019. 

Denuncia en los juzgados

Una de las afectadas decidió presentar una queja formal en el Ayuntamiento en fecha de 27 de julio. La respuesta de Reus Mobilitat i Serveis –a la que ha tenido acceso el Diari– recordaba que en el reglamento se establece como requisito «haber obtenido la autorización municipal correspondiente y estar al corriente de pago de los tributos municipales inherentes al ejercicio de la venta no sedentaria, extremo este último que actualmente no se cumple». Al recibir esta respuesta, la paradista decidió seguir y presentar una denuncia en el Juzgado de Guardia de Reus, el 4 de agosto.

De momento, el resto de paradistas no ha emprendido acciones, pero se están planteando realizar alguna denuncia o actuación conjunta, aunque aseguran que temen sufrir represiones. «Nos van a vetar, pero tenemos que denunciar esta injusticia», concluyen.

Por su parte, desde el Ayuntamiento de Reus se recuerda que, ante la crisis provocada por el Covid-19, el consistorio aprobó la exención del pago de la tasa de ocupación de la vía pública a los marchantes durante tres meses, hasta el 30 de septiembre de 2020. La medida forma parte del Pla de Reactivació Econòmica i Social de la ciudad y supone un coste de 63.695 euros. A pesar de todo, los marchantes consideran que es insuficiente, teniendo en cuenta que estuvieron cuatro meses totalmente parados y, ahora, están intentando remontar, aunque con la caída del turismo, está costando todavía más.

En Falset se apostó por ampliar el espacio destinado a mercado

El mercadillo de Falset fue de los primeros que reabrió con el 100% de los marchantes. En este caso, el Ayuntamiento de la capital del Priorat optó por multiplicar los metros destinado al mercado con la voluntad de dar cabida a la totalidad de las paradas habituales. Esto permitió que, a principios del mes de junio, doce paradas se sumaran a las ocho de alimentación que ya en ese momento acudían al mercado, ubicándose en la prolongación de la calle Josep Campàs y dejando de lado la plaza de la Quartera. Plaza que quedó apartada del nuevo trazado por cuestiones de seguridad.

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