«Nos obligan a los presidentes vecinales a hacer de policía»

La Guàrdia Urbana cierra de nuevo sus comisarías externas de proximidad, ahora por la sexta ola, y varios barrios lamentan que «perdemos servicios» y reclaman que vuelvan a abrir

06 enero 2022 17:10 | Actualizado a 07 enero 2022 06:36
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El 21 diciembre, el Ayuntamiento cerró las comisarías externas de proximidad de la Guàrdia Urbana «a causa del aumento de la Covid» y comunicó, a través de redes, que «reabrirán cuando la situación sanitaria lo recomiende». El sindicato CSIF había exigido recientemente clausurarlas por «falta de medidas de higiene y seguridad». Estos puntos de recogida de denuncias y de información, desplegados hace años para acercar la policía a la ciudadanía y a los barrios, ya habían quedado inactivos anteriormente una vez, coincidiendo con la declaración del Estado de Alarma en marzo de 2020, y no regresaron hasta octubre de 2021. Ya por aquel entonces, algunas asociaciones de vecinos reclamaron su recuperación. Ahora, de nuevo en la misma situación, critican que «cerrando, nos obligan a los presidentes vecinales a hacer de policía» y lamentan que «perdemos un servicio útil para la gente». Piden reabrirlas.

«Queremos que estén las comisarías porque no vemos ningún impedimento para que no abran», explica Eduardo Navas, presidente de la Associació de Veïns i de Maig, que lamenta que «yo no cobro nada, ni tengo ninguna protección como ellos, pero tengo que estar dando la cara porque cierran, y los presidentes recibimos represalias». «Al menos en Mas Pellicer, el espacio es amplio, tiene varias salidas y se puede trabajar allí perfectamente sin problemas aunque haya Covid», añade, y se pregunta «¿para qué pagamos impuestos si tenemos que asumir también esta función?».

En una línea similar se expresa la presidenta de la Associació de Veïns del barri Immaculada, Esperanza Torrijos, que sostiene que «el problema no es la pandemia, porque mucha gente hemos seguido trabajando, también cara al público; el problema es que hay pocos policías». «Es verdad que, si las comisarías de proximidad faltan, los vecinos recurren a la asociación cuando hay algún problema y tenemos que dar los avisos nosotros porque hay cierto miedo; con las comisarías es distinto, la gente tiene más confianza».

Al frente de la Associació de Veïns del barri Montserrat, Domingo Martínez apunta que «siempre hay alguna queja de los vecinos y las comisarías son útiles para eso» y añade que «es un servicio que la ciudadanía necesita, y está bien que se encuentren cerca en lugar de tener que ir a la avenida Marià Fortuny».

En cambio, la presidenta de la Associació d’Amics del barri Fortuny, Pepita Roig, precisa que «para mí, lo que cuenta es que los agentes patrullen por la zona, porque la gente no denuncia así como así». Pese a todo, «lo que sí pienso es que deberían mantenerse al menos las del Mercat Central y la estación de autobuses, porque son lugares de mucho paso de personas mientras que en algunos barrios probablemente tienen poco uso; además, por fiestas los Centres Cívics han estado cerrados y ya hay que ir a la comisaria principal». Y para Josep Machado, que preside la Associació de Veïns L’Harmonia del Carme, «es lógico cerrar por seguridad, lo veo correcto en el momento de pandemia en que estamos y se puede ir a Marià Fortuny sin ser una cosa complicada ni rara». «Además, si llamas la policía también baja hasta el barrio», añade.

La concejala de Seguretat Ciutadana, Dolors Vázquez, explica que «el cierre de las comisarías de proximidad es una medida provisional que se ha tomado por la actual situación sanitaria provocada por la Covid». «Una vez pase esta oleada de contagios, se valorará la reapertura en el momento más adecuado», detalla.

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