Nuevas movilizaciones en el CMQ de Reus para exigir el cobro íntegro de las DPO

El Comité lamenta que el centro y su plantilla se volcaron en la pandemia y «ahora el Ayuntamiento carga la factura a los trabajadores»

23 junio 2021 17:20 | Actualizado a 24 junio 2021 10:20
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Los profesionales del CMQ reclamarán cobrar el 100% de las DPO de 2020 y que estas retribuciones por objetivos queden desvinculadas de los resultados económicos del centro. Lo harán a través de «acciones directas y sostenidas en el tiempo». El Pleno del Comité de Empresa ha acordado, por unanimidad, convocar a la plantilla en asamblea para «planificar e iniciar» las movilizaciones, que se llevarán a cabo en los términos concretos que los trabajadores decidan.

Lo ha hecho después de conocer las cifras del último ejercicio, que implican que los empleados recibirán solamente un 20% del importe de las DPO. La opción de la huelga se pondrá sobre la mesa. El propio Comité recuerda que «durante lo peor de la pandemia, el centro y todo el personal destinaron todos sus recursos y esfuerzos a dar un servicio público a toda la ciudadanía de Reus y de las comarcas cercanas, priorizando siempre la salud del territorio antes que el equilibrio financiero». Por eso lamenta que, pese a la dedicación, «ahora vemos cómo el Ayuntamiento carga la factura directamente a los trabajadores, menguando nuestro poder adquisitivo en un año en que muchas familias atraviesan serias dificultades económicas». La plantilla del CMQ está formada por cerca de 160 personas.

Fuentes del Comité explican al Diari que «debemos ser contundentes y realistas: existe una manifiesta falta de voluntad política en el Ayuntamiento de Reus para abordar la problemática» de las DPO. «No comprendemos cómo nuestros representantes políticos nos han abandonado en un año tan difícil», expresan preguntados sobre la cuestión de que el pago se limite a un 20%. Ante la situación, el colectivo de los profesionales se muestra «harto» y está convencido de que «haremos oír nuestra voz». Probablemente la asamblea donde se perfilarán las medidas de protesta se lleve a cabo después del verano y las acciones que se programen comiencen a desplegarse también en ese momento.

Actualmente ya hay una resolución judicial pendiente por un recurso presentado ante el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) a raíz del impago de las DPO de 2017. Aquel año, el gobierno explicó el déficit en que había incurrido el CMQ basándose en la amortización anticipada de su traslado a instalaciones del antiguo hospital, que se ha producido este mes de enero. En las DPO de 2019 también se aplicaron rebajas y las de 2020 se quedarán, de nuevo, en cerca de un 20%, el 21,94%. En 2018, las variables del sueldo sí se cobraron completas.

En ejercicios anteriores

«La situación no es nueva, la venimos sufriendo desde 2017, y cada año hay una nueva excusa para justificar el impago con los ajustados resultados económicos», denuncia el Comité, que añade que «cuando no es el coste de las obras de las nuevas dependencias, es la provisión de unas posibles indemnizaciones judiciales». «Ahora», critican los representantes del personal del CMQ, «la excusa es la pandemia. ¿La de 2021 cuál será? ¿Será entonces la subrogación de nuestras compañeras de Ginsa?». Los trabajadores entienden que «como empresa que ofrece un servicio público, cada año los gastos se ajusten al máximo a los ingresos» pero lo que «no podemos entender ni aceptar» es que «se utilice perversamente el convenio –que es lo que permite condicionar las DPO al balance económico– para obtener una financiación adicional en detrimento del poder adquisitivo de la plantilla». Este año, y restando las DPO, el superávit de la sociedad ha sido de 5,84 euros, según los datos que ha facilitado el Ayuntamiento.

El nombramiento de una nueva gerente, Gemma Espigares, que cuenta con un sueldo de 80.000 euros brutos al año, ha generado también un importante malestar en la plantilla, donde no todos comparten que se impulse esta plaza con tales cantidades y, en cambio, no haya fondos para abonar las DPO.

Que el nuevo convenio lo impida

Estas variables salariales por objetivos representarían, por ejemplo, en el caso de administrativos, celadores y auxiliares de clínica, unos 800 euros. Para demostrar si es legítimo o no que el CMQ no las pague, el Comité debe encargar un peritaje económico que le posibilite discutir las cuentas que la empresa presenta. Esto comporta un desembolso a todos los trabajadores, al cual hay que añadir el precio de la tramitación de las denuncias. El proceso se encarece tanto que puede acabar empujando a los empleados a desistir.

El convenio colectivo del CMQ se encontraría ahora caducado y en período de ultraactividad, sin que se aviste una fecha la aprobación de un nuevo documento. El propósito de la plantilla es que, en este contexto, se retire la cláusula que facilita que el centro no cumpla con las DPO si no se da la situación económica. Esta es también la finalidad de las acciones que habrá: arrancar el compromiso del Ayuntamiento para que las retribuciones por objetivos dejen de estar ligadas a los resultados del ejercicio económico.

Por otro lado, y si no hay cambios, se dará el curioso escenario de que otros profesionales con los que los del CMQ se esforzaron codo con codo en atajar la pandemia, como son los del Hospital Sant Joan de Reus, sí que cobraran el 100% de las DPO. «La discriminación viene dada», tal como detallan fuentes del Comité del CMQ, «por la ley 13/2020 aprobada por la Generalitat en octubre, donde se aseguraba la retribución variable de objectivos al personal del ICS y el CatSalut pero se dejaba en manos de la negociación colectiva el blindaje de esta retribución en las empresas regidas por en convenio del SISCAT, como es nuestro caso». Vistas las circunstancias, «volvemos a hacer un llamamiento a los partidos políticos del Ayuntamiento de Reus, al Consejo de Administración y a la nueva gerencia para que se comprometan a corregir esta injusticia en el CMQ de manera inmediata».

Acelerar el traslado

Sobre el funcionamiento de los nuevos espacios del CMQ en el edificio del antiguo hospital, los trabajadores cuentan que «va según se esperaba y la plantilla está ilusionada». Pese a todo, apuntan que «el Ayuntamiento debe acelerar la segunda fase del traslado para que pueda ser una realidad en tres años», ya que «teniendo en cuenta las carencias del edificio de la calle Gaudí, urge llevar la actividad quirúrgica, la hospitalización, la radiología y los despachos del área administrativa a un solo espacio». Además, los empleados piden «a la nueva gerencia», que «ponga solución a los problemas endémicos, reduzca la temporalidad de más del 40% de la plantilla, fomente la retención de talento, la mejora de la movilidad interna y la revalidación de los cargos de responsabilidad en concurso público cada cierto tiempo para garantizar un buen liderazgo».

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