Pellicer: «Habrá más Bons Reus en septiembre y en noviembre»

Entrevista. Una década en la alcaldía. Pellicer llega al ecuador de su tercer mandato seguro de que «la ciudad ha avanzado» y convencido de que los Plans de Reactivació y ‘Reus Horitzó 32’ la llevarán lejos

12 junio 2021 06:10 | Actualizado a 12 junio 2021 06:31
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A lo largo de los diez años que acaba de cumplir al frente del Ayuntamiento de Reus, Carles Pellicer ha capeado «una crisis económica, una crisis política y una sanitaria». Gestionar el Mercadal, dice, «no es fácil» y aunque «todo va a parar aquí», explica, «no todo lo puede hacer un alcalde, pero nada se deja nunca sin intentar».

De su trayectoria, el alcalde destaca la reducción de la deuda municipal y que «Reus es una de las ciudades mejor posicionadas económicamente ahora». También haber estado «siempre al lado de las personas».

En el contexto generado por la Covid, subraya la importancia de los Plans de Reactivació y de los Bons Reus, que tendrán nuevas ediciones en los próximos meses. Trabaja, a través del proyecto ‘Reus Horitzó 32’, para definir cómo debe ser la ciudad del futuro pero no quiere, todavía, hablar públicamente del suyo. «Lo anunciaré en el momento que corresponda», se limita a afirmar.

Una década de alcalde, tres mandatos y en cada uno le ha tocado hacer frente a una crisis.

En diez años pasan muchas cosas. En estos en que he tenido la oportunidad de ser alcalde han sucedido temas relevantes como la situación de crisis económica en el primer mandato, que abordamos y pudimos neutralizar. También hemos tenido escenarios políticos complejos durante el segundo mandato y en este tercero se ha dado una crisis de salud, la pandemia, que ha afectado al normal desarrollo de la ciudad y de la alcaldía. Lo afronto todo con optimismo, igual que cuando entré en 2011. Entonces tenía problemas y ahora son muchos menos.

¿El balance, entonces, es positivo?

Es positivo. En general, estoy contento. He procurado hacer las cosas lo mejor que he podido. Seguro que en algunas no he acertado, pero eso forma parte de la naturaleza y de un puesto tan difícil. La ciudad ha ido avanzando y la ciudadanía está con un nivel de aceptación bastante bueno. Dicho esto, son muchos momentos. Todo va a parar a esta mesa. Creo que un alcalde tiene que saberlo todo y procuro tener información de todo aunque, a veces, los temas menores deben confiarse al equipo.

Siempre ha dicho que ejerce las 24 horas del día, los 365 días del año.

Y así es. Es diferente ser alcalde que hacer de alcalde. No se es alcalde, uno hace de alcalde y es un servicio público. Es una apreciación importante porque uno no tiene que pensar nunca que esto es eterno. He tenido instantes buenos, que los retengo conmigo, y también algunos malos, de los cuales he aprendido.

«En los próximos dos años, quiero dejar el Ayuntamiento económicamente todavía mejor de lo que ya está»

¿Cuáles son?

He notado un gran cambio en mí entre el primer año de mandato y este décimo año. Reus es una ciudad grande, de 107.000 habitantes, con sus dinámicas, su idiosincrasia, su manera de actuar. Tiene su qué. Podría elegir muchos días buenos u otros en los que he sufrido. Pero prefiero avanzar. Recuerdo mi relación, al principio, con los bancos, la deuda del Ayuntamiento. Hubo negociaciones duras. Lo positivo es que de 435 millones de euros de deuda ahora estamos a 126.

¿La negociación de Metrovacesa fue de las más duras?

Ese tema fue difícil de desencallar. Tuvimos que negociar y renegociar. Había aquella operación concatenada en que el pago del canon iba hacia FiraReus. Al final llegamos a un acuerdo extremadamente difícil por un centro comercial sobre el cual yo no había votado a favor, pero la estructura de hierro ya estaba. Con un pago pudimos cerrar el tema de FiraReus, que ya estaba en las últimas con los bancos.

Empezó gobernando con el PP y después lo ha hecho con ERC y Ara Reus.

En 2011 pacté con el PP porque creía que tenía que hacerlo. De hecho, no se podía pactar con nadie más. Estuvimos bien tres años y luego rompí por las circunstancias políticas. En el segundo mandato gobernamos en lo que yo solía llamar minoría absoluta y aprendimos mucho. Mantenernos cuatro años así obligó a poner en marcha la habilidad negociadora con todos y eso mismo fue lo que hicimos. Aún nos estábamos recuperando de la deuda pero salimos adelante y los servicios no se vieron afectados en ningún momento.

«Con el Hospital hicimos lo que había que hacer. La mayoría de los municipios que aún quedan así también lo están negociando»

Salió airoso de dos cuestiones de confianza.

Me tuve que someter a eso. El alcalde se arriesga a que haya un concejal que se presente como candidato alternativo y, si no, aprueba sus presupuestos. La operación no cuajó por parte de la oposición. Ya se intuía que era difícil, pero yo no estaba del todo seguro. En la segunda, ya tenía más garantías. No me descabalgaron y aprobé los presupuestos. Fue complejo gestionar un ayuntamiento tan poliédrico, pero lo logramos y así comenzamos a invertir.

¿Y, por fin, la mayoría que buscaba?

En el tercer mandato he mantenido el pacto con ERC y Ara Reus y, por lo tanto, esto nos ha permitido gobernar en mayoría. La cosa cambia, pero siempre he intentado hablar con los grupos municipales.

Se le ha echado encara, a menudo, justo lo contrario.

Bien, cuando se dice esto y al invitar a los grupos a ser artífices del plan estratégico ‘Reus Horitzó 32’ no quieren… Es la prueba. No es que no seamos facilitadores del diálogo sino que hay algunos que no están interesados en hablar. A pesar de esto, tanto yo como la vicealcaldesa mantenemos las puertas abiertas y seguiremos intentándolo.

¿Cómo vivió la doble investidura de 2019 después de que el acuerdo se cerrase en el último momento?

He salido tres veces alcalde pero he sido investido cuatro. Y eso también es un caso especial. Hubo que repetir la votación. Fui alcalde el día que tocaba, pasé a estar en funciones tres o cuatro días y volví. Fue un momento difícil, lo recuerdo, porque las negociaciones no habían sido fáciles pero salieron bien. Estoy contento de gobernar con ERC y con Ara Reus. Pero en ese momento la situación era difícil. Me tuve que poner al frente, tuve que negociar muchas cosas yo mismo y, al final, cuando ya estaba todo atado vino esto de repetir el nombramiento. Eso tengo que reconocer que me impactó. Pero lo afronté, seguí y aquí estoy.

¿Qué le queda por hacer en estos al menos dos años por delante?

Quiero dejar el Ayuntamiento económicamente aún mejor de lo que está, que está muy bien, dejar la ciudad con el mínimo posible de deuda. Y en estos momentos Reus es ya de las menos endeudadas. También quiero hacer las inversiones que dijimos que haríamos, ejecutándolas totalmente o iniciándolas si no hay más tiempo. Los procesos administrativos las ralentizan. Finalizaremos las que se pueda, pondremos en marcha otras y las que no se pueda las proyectaremos para el próximo mandato y las llevaré a cabo yo o lo hará otro.

¿Sigue en pie la intención de que el 2019-2023 sea el mandato de las inversiones?

Tenemos el centro acuático, la Hispania, el apeadero de Bellissens. La Boca de la Mina estará pronto, tenemos el Raval Santa Anna que empezará la peatonalización a finales de año, las obras del Centre Cívic Gregal se harán en 2022, el skatepark está aprobado y en breve se licitará, la ‘V Verda’ ha iniciado las licitaciones, y el Centre Social el Roser está avanzando. Reus Energia es una realidad y presentaremos el proyecto de la zona del Carrilet. Son grandes obras sociales, deportivas, cívicas, de juventud, de comercio.

«Si el juez pide que quitemos el lazo, si hay una sentencia, lo respetaremos como hemos hecho siempre, pero ahora no la hay»

¿Han sido útiles los Plans de Reactivació Econòmica i Social frente a la Covid?

Ahora económicamente estábamos bien, nos habíamos salido de la minoría y nos viene la pandemia. Creo que el de Reus es el ayuntamiento que ha hecho más Plans de Reactivació del país: 9 millones de euros en dos ediciones no lo ha hecho nadie. Hemos volcado dinero público para ayudar a las personas sin tener que ir a crédito, con dinero propio. Hay que estar al lado de las personas. Esto es el fruto del esfuerzo del primer y el segundo mandato. Estamos en una situación financiera óptima. En cuanto a la Covid, pido a la gente que se vacune. La ciudadanía en general se ha portado muy bien y pido un último esfuerzo. Volver a la normalidad depende de todos.

Los Bons Reus han sido una de las propuestas estrella.

Con esta potencia, prácticamente solo los hemos hecho nosotros. Los volveremos a sacar previsiblemente hacia septiembre y de nuevo en noviembre, porque tenemos la capacidad de hacerlo, de sacar 720.000 euros a la calle para ayudar a la gente a comprar y a las tiendas a sobrevivir. Esto son medidas extraordinarias. También debo decir que no durarán siempre.

¿Por qué no?

No son infinitos. Son una buena medida pero son para momentos puntuales, para situaciones complejas o contextos en que se necesite actuar.

Pocos días después de su traspaso a la Generalitat, los trabajadores del Hospital Sant Joan denuncian recortes sociales. ¿Fue una buena idea la operación?

Hicimos lo que teníamos que hacer. Teníamos un hospital muy bien preparado pero el Ayuntamiento no tenía capacidad para aguantarlo. La prueba es que la mayoría de ayuntamientos que están todavía así en el país también están negociando. En este momento las necesidades de sanidad son diferentes a las de los años 80. Tenemos que gestionar servicios públicos de otro tipo, pero los servicios sanitarios no forman parte de la competencia municipal.

Estamos muy contentos con el hospital que tenemos, la ciudadanía no ha notado cambios. Había una deuda muy importante que afrontar y esto ahora nos posibilita dar otros servicios a la ciudad pero manteniendo el hospital. Además, hemos recuperado todas las garantías que habían sido depositadas por el anterior gobierno, como Pich Aguilera.

¿El planteamiento de la Festa Major de Sant Pere cambiará si mejora la situación sanitaria para esas fechas?

No, este año no tendrá otra forma. Será el modelo que hemos anunciado, con el Carrer de la Festa pero sin Tronada. Que estemos mejor no significa que hayamos salido de la pandemia. Debemos ser prudentes. Cuando llegue Misericòrdia hablaremos de Misericòrdia pero ahora, por Sant Pere, no podemos hacer más. Sería muy arriesgado y una temeridad actuar de otra forma. Me duele decir que no pero lo dije hace tiempo para que quedase claro. Ni podemos hacer una Tronada para cuatro ni una Tronada telemática. La Tronada es lo que es: calor, gente, olor a pólvora, todo.

Cs ha llevado al juzgado el lazo de la fachada del Ayuntamiento. ¿Lo retirará?

Había una pancarta que siempre había estado allí, nos pidieron que la quitásemos y la hemos quitado. Estaban la pancarta y el lazo. Ahora queda el lazo. Si el juez lo pide, lo quitaremos. Si hay una sentencia. Siempre hemos respetado las sentencias. En época de elecciones, cuando recibimos notificación, la quitamos. Cuando Cs nos denunció la pancarta, recurrimos. Aún la tenemos recurrida y no se ha acabado. Pero el juez nos dijo que la teníamos que quitar como medida provisional y lo hemos hecho. Si llega un punto en que nos dicen que no hay nada que hacer, no lo habrá; pero hemos recurrido siempre. Como nadie ha dicho nada del lazo, está puesto.

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