Piden 15 años por prender fuego a un piso con su pareja dentro en Reus

La víctima tuvo que salir por la ventana y se agarró a unos cables, siendo rescatada por bomberos

22 octubre 2019 20:50 | Actualizado a 26 octubre 2019 23:04
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La Fiscalía de Tarragona pide 15 años de prisión para una mujer acusada de prender fuego al piso de su pareja en Reus en enero del año pasado. Está acusada de un delito de incendio con riesgo para la vida o integridad física de las personas y otro de tentativa de asesinado. Además, solicita el pago de una multa de 1.890 euros por tres delitos leves de lesiones. Finalmente, no podrá comunicarse ni acercarse a menos de 500 metros de la víctima durante 16 años, además de tener prohibido volver al bloque donde ocurrieron los hechos durante el mismo tiempo.

Así lo recoge el escrito de acusación del Ministerio Público. El juicio está previsto del 6 al 8 de noviembre de este año en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Tarragona.

La acusación se dirige contra una ciudadana marroquí, que cuando ocurrieron los hechos tenía 34 años. Según el escrito de acusación, la mujer, en enero de 2018, ocupaba de forma ilegal una vivienda en la segunda planta del número 2 de la avenida Mossèn Ramon Muntanyola de Reus. Dicho inmueble era propiedad de Bankia, que lo había adquirido como consecuencia de una dación en pago de la deuda total que un hombre tenía con dicha entidad bancaria. El anterior dueño permitió que un hombre lo ocupase de forma ilegal.

Convivencia complicada

La relación de convivencia de la acusada con el inquilino era muy complicada y dificultosa, ya que ambos habían protagonizado en diversas ocasiones episodios conflictivos. Discusiones que dieron lugar a que, en alguna ocasión, tuviese que intervenir la Policía. Así, el 28 de enero tuvo que acudir una patrulla ya que la procesada impidió la entrada del hombre en dicha vivienda.

Sobre las dos de la madrugada del 29 de enero, la acusada llegó al domicilio, mientras que el hombre ya se encontraba dentro. Impidió que la encausada accediera al interior, por lo que ella comenzó a gritar para que abriera la puerta y pudiera acceder. Como ambos insistían en sus respectivos comportamientos, acudió una patrulla de la Guàrdia Urbana, a requerimiento de un vecino.

Los agentes pudieron avistar como la acusada portaba consigo una llave, que podría ser la de la puerta de la vivienda. Sin embargo, no giraba. También observaron la existencia de una ventana que daba al rellano de la escalera, pero que no se podía acceder a través de ella al interior, toda vez que tenía rejas. También vieron que en el interior había unos colchones apoyados en la pared y unas telas.

Ante esta situación, junto con los episodios conflictivos que habían protagonizado ambos convivientes en ocasiones anteriores, y la sintomatología que presentaba en este momento la acusada –evidenciaba la ingesta de bebidas alcohólicas–, los agentes le dijeron a la mujer que se marchase. Incluso la acompañaron a la calle. No obstante, pudieron observar que cuando la acusada giraba la esquina de la calle, retrocedía y volvía a acceder a la portería del edificio.

Durmiendo

La acusada retornó a la segunda planta, donde sabía que estaba la víctima. Rompió el cristal de la ventana que daba al rellano y, con algún objeto no identificado pero con capacidad de combustión, aplicó la llama directamente sobre algún elemento de ignición situado en la referida ventana. Prendió fuego y las llamas se extendieron rápidamente por toda la vivienda, mientras la acusada salía huyendo del lugar.

El hombre, que se encontraba en el interior durmiendo –en la habitación cuya ventana daba al rellano de la escalera–, se despertó por el humo y se percató de que toda la vivienda estaba ardiendo, y era imposible salir por la puerta. Intentó salir por la ventana de la fachada del edificio. Se agarró a los cables que colgaban, aguantando en dicha posición hasta que fue rescatado por los bomberos.

Según el escrito, existió peligro de que las llamas se propagaran verticalmente, con salida de gases calientes, pudiendo afectar a las demás viviendas si no hubiese sido por la rápida intervención de los servicios de emergencia.

Lesiones

El inquilino sufrió lesiones consistentes en síndrome por inhalación de humo, quemaduras de segundo grado en orejas, manos y espalda. Dichas lesiones tardaron 160 días en curarse, de los cuales 18 estuvo hospitalizado, tres de ellos en la UCI de la Unitat de Cremats de la Vall d’Hebron de Barcelona.

En el momento de producirse el incendio, las viviendas del edificio estaban ocupadas por personas que mayoritariamente se encontraban pernoctando o durmiendo en sus respectivos domicilios. Una mujer de 34 años sufrió disnea por el humo, al igual que un niño de nueve meses y un hombre de 40 años.

La acusada, en el momento de cometer los hechos, estaba bajo los efectos del consumo de bebidas alcohólicas. Los análisis de las muestras tomadas a la mujer detectaron la presencia de alcohol etílico, cocaína y derivados de cannabis. La procesada se encuentra en prisión preventiva.

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