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Los vecinos de Mas Vilanova están hartos de los problemas de convivencia que sufren muchas noches, sobre todo en verano, por culpa de las personas que se concentran en los jardines que hay en el barrio. Además, el presidente de la asociación de vecinos, Valentín Rodríguez, denunciaba ayer que junto con los problemas de botellón y tráfico de drogas que no dejan dormir a los vecinos, ahora, «tenemos problemas con la prostitución». Según explicaba, en algunos casos incluso les han llegado a ofrecer sus servicios.
En este sentido, Jordi Pouget, vecino de la zona, criticaba la inacción del consistorio cuando ya le han comunicado que muchas mañanas los jardines amanecen llenos de botellas y preservativos. Además, también recordaba que el barrio Mas Vilanova es una zona residencial y escolar que cuenta con dos centros educativos.
Por todo ello, desde la entidad vecinal denunciaban la «dejadez» del Ayuntamiento y le exigían que cumpla con sus compromisos. De hecho, lo que más irrita a los residentes de Mas Iglesias es que el consistorio todavía no haya cerrado con una valla perimetral los jardines que rodean las plazas de la Festa Major y del Seguici y, en cambio, publicite que sí que lo ha realizado. Una actuación que fue aprobada en la pasada convocatoria de los presupuestos participativos.
«Tenemos la sensación que nos están tomando el pelo y que una buena medida como son los presupuestos participativos lo único que hacen es generar frustración», declaraba Valentín Rodríguez durante la rueda de prensa celebrada ayer y que contó con la presencia de unas quince personas que residen en el barrio. Él mismo también recordó que, a día de hoy, «no tenemos noticias del Ayuntamiento y tampoco nos han llamado para consultarnos como tendría que ser el proyecto».
Los vecinos de Mas Vilanova también han presentado una propuesta este año, de más envergadura, que consiste en la mejora de todo el pavimento de las dos plazas que hay en la zona.
El futuro del paseo
Desde Mas Vilanova también lanzaron un mensaje a todas las formaciones políticas para que incluyan en sus programas electorales el compromiso de consensuar con los vecinos de la zona cualquier medida que se quiera adoptar en el Passeig Misericòrida. En este sentido, Valentín también pidió que en las decisiones que afecten «a un símbolo de ciudad como es el paseo Misericòrdia» también se tengan en cuenta las opiniones de los ciudadanos que desean expresar su punto de vista sobre cómo debería ser la zona.
