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El conseller de Empresa i Coneixement, Ramon Tremosa, ha dirigido una carta al gobierno español y al presidente de Aena, Maurici Lucena, para que el ente acepte renegociar las condiciones de los alquileres de los comercios y restaurantes de los aeropuertos de El Prat, Girona y Reus ante las caídas drásticas de viajeros, que han sido de 75,8% en el primer caso y de más del 90% en los otros dos.
En la misiva, el consejero expone que ve con «inquietud» la intención de Aena de cobrar el 100% del alquiler del 2020 y afirma que la posición «inmovilista» del ente «pone en serio peligro de quiebra la gran mayoría de comercios y restaurantes así como el mantenimiento de miles de puestos de trabajo».
Tremosa lamenta que el ente cambiara las condiciones una vez ya tenía acuerdos en «estado muy avanzado» y que constaba de cálculos de las rentas sobre una base variable y sin límite temporal mientras se alargara la pandemia junto con prórrogas de larga duración. Ahora, critica que si los inquilinos no aceptan las condiciones Aena ejecute los avales a principios de marzo con el 100% de las rentas garantizadas de 2020 de un importe que «puede llegar a ser hasta siete veces superior al nivel de rentas reales en el período de entre marzo y diciembre », subraya.
El consejero, que contrapone esta situación con la de empresas de restauración de otros países de la UE, ha reclamado al Ejecutivo que interceda con Aena en considerar que el ente «prioriza los intereses privados de algunos grupos por encima la supervivencia de los puestos de trabajo».
El conseller hizo llegar ayer por la mañana por carta estas demandas a la vicepresidenta y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño; a la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto; a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz; el ministro de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, y al presidente y consejero delegado de Aena, Maurici Lucena.
Por su parte, ayer el presidente de Aena, Maurici Lucena, dejó claro que la posición de la empresa se mantendría «inamovible» al considerar que la compañía había hecho también sacrificios al dejar de cobrar más de 800 millones con las condiciones que propone.
En el caso del Aeropuerto de Reus, durante la pasada temporada de verano no abrió la cafetería. El resto de locales también permanecieron prácticamente todos cerrados, a excepción de alguna empresa de alquiler de coches. Por lo tanto, hace ya un año que estos establecimientos estás con la persiana bajada. De hecho, este pasado verano la imagen de aeródromo reusense nada tenía que ver con la de cualquier otro verano. Las cifras hablan por sí solas: la temporada cerró con una caída de más del 95% de pasajeros respecto 2019 (de los 579.299 pasajeros entre junio y agosto del año anterior a los 24.622 durante el mismo periodo en 2020). Además, esta temporada de invierno el Aeropuerto se ha quedado sin vuelos comerciales, con lo que no hay prácticamente actividad.
