Prevenir gracias a lo que nos dice el agua

Salud. Aigües de Reus y el área de Salut Pública del Ayuntamiento mantienen los controles analíticos de las aguas residuales para la detección precoz de la Covid-19

05 noviembre 2021 19:30 | Actualizado a 06 noviembre 2021 06:58
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El ciclo del agua ofrece información de la ciudadanía, es testimonio de la actividad del agua y esos datos pueden gestionarse de forma estratégica, potenciando así la prevención. Con esta idea, desde el laboratorio de Aigües de Reus y el área de Salut Pública del Ayuntamiento mantienen los muestreos y los controles analíticos de las aguas residuales en diferentes puntos de la ciudad. El fin es disponer de datos sobre la presencia del virus SARS-CoV-2 y, de esta manera, hacer seguimiento del estado epidemiológico y de propagación de la Covid-19.

Los análisis se suelen hacer en diferentes puntos de la capital del Baix Camp y tienen como finalidad precisar la cantidad de ácido ribonucleico perteneciente al virus SARS-CoV-2 y que hay en las aguas residuales. Estas muestras se empezaron a recoger en mayo de 2020, en pleno confinamiento estricto. Los resultados de estos estudios constatan que las personas infectadas por el virus, tanto si manifiestan síntomas como si no, excretan restos del virus en sus heces. Dicha información se puede conseguir, además, antes de que se lleve a cabo el diagnóstico.

En este sentido, el técnico de salud Pau Gallès distingue que, aunque no es competencia municipal, la vigilancia epidemiológica «es una herramienta con la que podemos avanzarnos a la hora de cuantificar la incidencia del virus y actuar allí donde haga falta». Estos controles analíticos en las aguas residuales para la detección precoz del virus también permite identificar cuáles son los puntos críticos y de mayor riesgo.

«No hay nada al azar. Si hay más incidencia en un barrio que en otro siempre es porque hay una serie de características sociodemográficas que lo propician. En muchos casos, aun así, no podemos hablar de causas concretas, puede que muchas no tengan suficiente contundencia estadística. Lo que sí podemos decir es que suele haber más incidencia en la zona sur de la ciudad, por ejemplo», manifiesta.

Mapificar todos los indicadores recabados en los muestreos les ha permitido organizarse y obrar de forma estratégica. El concejal de Salud del Ayuntamiento de Reus, Òscar Subirats, explica que la intervención de la concejalía con esa decisión municipal (de mantener los controles), «pretendía promocionar y proteger la salud». «Desde el principio, actuamos incrementando el área de inspección con indicadores útiles como: la geolocalización que fijaba el CatSalut cuando diagnosticaban un caso y, por otro lado, estaban los muestreos de las aguas residuales, que nos permitían definir las zonas en las que había más o menos presencia del virus, eso nos permitía actuar de forma concreta», expresa.

Coordinación con entidades

Toda la información reunida se comunicaba a las entidades y asociaciones vecinales para poder coordinar una serie de recursos. «Era un trabajo transversal en el que también estaban implicadas diferentes concejalías municipales, como Servicios Sociales y Medio Ambiente», señala Subirats. «Cuando nos encontrábamos con las entidades –apunta Gallès– también nos ofrecían otro tipo de información, como qué factores podían propiciar la incidencia; queremos hacer estudios sobre la correlación con las características sociodemográficas».

Las tiendas de alimentación

Haciendo un poco de retrospectiva, el técnico de salud rememora los inicios de estos controles. «Al principio, operábamos de forma totalmente reactiva, priorizamos estar en contacto con las tiendas de alimentación, las más esenciales, y observábamos esta cadena, para que la seguridad alimentaria estuviera garantizada», manifiesta.

Explica que el sistema que han desarrollado es «puntero», que ofrece margen para actuar y que lo que se ha hecho desde la Estación Depuradora de Aguas Residuales de la ciudad es «ir más allá, incluyendo la información por barrios». Este modelo crea un marco a través del cual «trabajamos con la prevención» y puede «aplicarse en otras situaciones», asegura Gallès. Gracias a la información que le proporciona el agua se observan tendencias y se pueden identificar patrones, si los hay.

Trabajar los indicadores por barrios es algo, continua Subirats, que «sólo han hecho en Barcelona y en Reus –a pesar de no tener la competencia, insiste–, pero nos ha servido para dar una respuesta rápida, eso nos da mucho valor». La gestión de este sistema preventivo es «de primera línea», describen. Al menos hasta finales de octubre, se han realizado hasta 456 controles analíticos y la previsión es que se sigan realizando hasta finales de año.

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