Proyecto para construir una zona residencial en el norte de la ciudad

Incluiría la recuperación de la vieja idea del Passeig Nord, concretamente del tramo entre las pistas de tenis del Reus Deportiu y la calle Vinebre. El nuevo vial serviría para descongestionar el tráfico de la avenida Onze de Setembre

28 enero 2018 10:00 | Actualizado a 28 enero 2018 10:14
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El Ayuntamiento de Reus ha reactivado el proyecto del Passeig Nord de la ciudad para intentar descongestionar el tráfico de la avenida Onze de Setembre, una vía por la que cada día pasa una media de 27.000 vehículos. Para conseguirlo necesita conectar el actual camino que va de la Escola La Vitxeta a las instalaciones del tenis del Reus Deportiu hasta la calle Vinebre, una amplia avenida que nace en la carretera de Castellvell. Son solamente 300 metros, distancia suficiente para abrir un trayecto alternativo que cambiaría la movilidad en la zona norte de la ciudad.
Pero el proyecto no acabaría aquí ya que, tal y como lo tiene planteado el consistorio, también comportaría una importante transformación urbanística en los terrenos por los que pasaría esta ronda. El concejal de Urbanisme del Ayuntamiento de Reus, Marc Arza, recuerda que «la primera opción, cuando nos planteamos abrir esta nueva vía, fue hablar con varios propietarios de los terrenos para conseguir una cesión anticipada. Pero algunos dijeron que no, que preferían que los expropiásemos. El problema de la expropiación era que el presupuesto del proyecto se disparaba hasta los 500.000 euros».

Fue entonces cuando el consistorio pensó una alternativa, «que pasaría por el desarrollo urbanístico de la zona. Que un tanto por ciento determinado de los propietarios estén de acuerdo en construir», añade el concejal de Urbanismo. Para ello han acotado el espacio en dos unidades de actuación y han empezado las conversaciones con los dueños de los terrenos. «Lo ideal es que estos, al menos un 51%, estén de acuerdo con el proyecto de transformación del área en residencial, lo que comportaría que la urbanización –con el Passeig Nord incluida- se haría sin coste alguno para el Ayuntamiento», precisa Marc Arza, quien añade que «el proyecto está bien y lo queremos facilitar porque nos interesa como ciudad».

Eso significa que, si las conversaciones acaban en buen puerto, el consistorio habrá matado dos pájaros de un tiro. Por un lado, habrá conseguido abrir una nueva vía circulatoria por el norte de Reus y, por otro, «seguimos llenando espacios vacíos que quedan en el anillo que rodea la ciudad, para crecer de una manera ordenada y proporcionada», comenta el concejal de Urbanisme.

La reforma de Mas Mainer
La clave que ha llevado a plantear estos cambios a nivel urbanístico y circulatorio en el norte de Reus hay que buscarla en la urbanización de Mas Mainer. Con la construcción de esta zona verde y del Mercadona, la promotora también tuvo que habilitar una rotonda en el cruce de la avenida Onze de Setembre. «La verdad es que esta rotonda ha mejorado mucho la fluidez del tráfico en la zona», comenta el concejal Arza, quien añade que «las colas en horas punta de los coches que llegan desde la carretera de Castellvell ya se han acabado. Y en la avenida se circula mucho mejor que antes».

Pero a pesar de todas esta mejoras, desde Urbanisme quieren ir más allá y ofrecer a los conductores más alternativas a la avenida Onze de Setembre. Actualmente, un coche que quiere desplazarse desde la zona de la avenida Marià Fortuny hasta la carretera de Castellvell, el barrio Gaudí o el paseo Mata, tiene que pasar obligatoriamente por Onze de Setembre. En cambio, la nueva conexión entre la Escola La Vitxeta y la calle Vinebre, entendida como una Ronda Nord, ofrecería un camino alternativo.

Un plan que fracasó: El ARE que nunca existió

La construcción de un tercer anillo de circunvalación que conecte las variantes Sur y Este de la ciudad por el norte es un viejo sueño de Reus. Éste estuvo ligado a la ejecución del Àrea Residencial Estratègica (ARE), el proyecto urbanístico sin ejecutar más polémico que ha tenido Reus. Nació en la época del tripartito como un ambicioso plan de expansión, tanto a nivel residencial, comercial como de espacios públicos, pero la crisis económica lo paralizó hasta que quedó enterrado.
 

Desde el 2009, este proyecto despertó una profunda animadversión, tanto por parte de los residentes de la zona como del gobierno municipal posterior al tripartito, encabezado por CiU. Esto fue así hasta que la Comissió de Política Territorial i Urbanisme de la Generalitat de Catalunya, en marzo de 2014, acordó enterrarlo.

La intención inicial del ARE del Passeig Nord era que la ciudad se expandiera hacia el norte con una superficie total de 112 hectáreas, el 76% de las cuales tenía que destinarse a espacios públicos. El resto era para uso comercial y residencial, y las zonas verdes era uno de los principales pilares de esta actuación. Se preveía la construcción de más de 6.000 nuevas viviendas

 

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