Quejas vecinales por la «estrechez y el pésimo estado» de varias aceras de Reus

Las calles del Canal, Tetuán, Orient y Manresa son algunas de las que acumulan baldosas rotas y levantadas

01 septiembre 2018 14:23 | Actualizado a 06 septiembre 2018 10:54
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«Se acumulan las baldosas levantadas y rotas. Son un peligro». Esta es la queja y la sensación que tienen los vecinos de varias calles de la ciudad como Benidorm, Peñíscola, Orient, Manresa o Tetuán, y que abarcan barrios como el Carrilet, Horts de Miró y Jardins de Reus, entre otros. «Tenemos bastantes calles que tienen las aceras en pésimo estado y algunas siguen siendo demasiado estrechas», asegura el presidente de la Associació de Veïns El Carrilet, Salvador Cabré. Señala las calles Tetuán y del Canal como dos de las más «perjudicadas». «Hace tiempo se mejoró la acera de un lado de ambas calles, pero quedó pendiente el tramo desde la avenida Jaume I hasta Josep Maria Prous i Vila. Son aceras muy estrechas», asegura el dirigente vecinal. Yolanda, que lleva 15 años viviendo en la calle del Canal, dice que «hace muchos años que las aceras están en pésimo estado, lo que dificulta el paso de las personas que tienen que utilizar una silla de ruedas o carritos de bebés». Otra vecina, que lleva dos décadas viviendo en la zona, asegura que «nos hemos quejado muchas veces pero seguimos igual». «Deberían arreglarlas porque para las personas mayores supone un peligro», añade. El presidente de la Associació de Veïns El Carrilet asegura que los problemas también afectan a «calles como Eduard Toda y Ronda de Subirà». «No lo decimos nosotros, se puede comprobar que muchas baldosas están rotas o levantadas. Más de una vez se han tropezado», asegura Marcos. «Lo que hace falta en la calle Tetuán es una reforma integral, porque el barrio hace tiempo que está muy deteriorado», añade. 

«Las aceras de la calle Monestir de Poblet son demasiado estrechas por culpa de los postes de luz que obstaculizan el paso», comenta el presidente de la Associació de Veïns Monestir, Alfonso Berbel.

«Están fatal. Vivo en la avenida Marià Fortuny y cada día vengo andando para comprar el pan en la calle Orient. Y con el carrito de la compra es muy difícil pasar», comenta Teresa. La misma opinión comparte Mireia, quien explica que «ni las aceras ni la limpieza está a la orden del día». Desde la Associació de Veïns del Barri Horts de Miró, además de la calle Orient, también señalan «que las aceras del entorno de la plaza de la Purísima Sang son muy estrechas, y también están en mal estado en el Camí de Valls y la calle Pere de Lluna, a la altura  del Forn de Pa Marrakech». «El barrio Horts de Miró es uno de los que peor está, y hay muchas quejas vecinales», comentan desde la entidad.   

En la calle Monestir de Poblet la situación se repite. «La calle se ha convertido en una zona de paso para los niños y niñas que van al colegio Teresa Miquel i Pàmies. Las aceras son demasiado estrechas por culpa de los postes de luz que obstaculizan el paso», comenta el presidente de la Associació de Veïns Monestir, Alfonso Berbel. En su opinión, «sería necesario ampliar las aceras pero en contrapartida se perderían zonas de aparcamiento. La solución creemos que pasa por soterrar la línea».

La ‘raíz’ del problema
«Lo que ocurre en la calle Manresa es que las raíces de los árboles levantan las baldosas de la acera», explica la presidenta de la Associació de Veïns Jardins de Reus, Amaia Magallanes. Reconoce que recientemente el Ayuntamiento ha revisado la zona y sustituido alguna de las piezas en mal estado, pero «todavía quedan zonas que necesitan más mantenimiento». «En la calle Igualada también hay algunos puntos que habría que reparar. Lo mismo ocurre en un tramo de la calle Maria Cortina i Pascual, a la altura de la Barraca de Pinocho», explican desde la entidad vecinal. «La acera está en pésimo estado porque las baldosas se levantan en muchos puntos, lo que supone un peligro para los viandantes por el desnivel que provocan», afirma Xavier. «La única solución sería sacar los árboles, pero luego nos quedaríamos sin sombra. Así que ya nos hemos acostumbrado», asegura. 
«En varias ocasiones hemos reclamado una mejora, pero nuestro turno nunca llega. La respuesta que siempre obtenemos es que es una cuestión presupuestaria, pero confiamos en que algún día nos toque a nosotros», confían desde el barrio Carrilet.

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