Ramon Tort: 'Mi reto ha sido mostrar cómo una artista se enfrenta al éxito'

El director cinematográfico Ramon Tort abrirá el Festival Memorimage esta noche a las 21 horas en el Teatre Bartrina de Reus. Lo hará con el largometraje Andrea Motis, la trompeta silenciosa. La propuesta cuenta la historia de la trompetista, expone su manera de transitar por un mundo donde la fama es un valor más preciado que el éxito profesional. Tort retrata una historia íntima y cargada de emociones de un momento único e irrepetible, ese instante lleno de vértigo que embriaga al artista justo antes de dar el gran salto hacia lo desconocido. Con motivo de Reus Ciutat de la Música, después de la proyección, Motis ofrecerá junto a Joan Chamorro un espectáculo.  

¿Cómo surgió hacer la película ‘Andrea Motis, la trompeta silenciosa’? 
Comenzamos hace tres años aproximadamente, porque le salió una gira en Japón con un total de 15 conciertos y pensé que era una idea original, que alguien de aquí se marchara tan lejos para hacer su música. Se sentía que cubrir. 

Emprendió un largo viaje...
Cuando quise ponerlo todo en marcha, empecé a buscar financiación para poder costear el proyecto. Todo fue genial y sirvió para ponerme la miel en los labios, porque vi que había un proyecto idóneo para una película. Me topé con Andrea, que es una persona con una historia muy interesante. Es una artista diferente, que pertenece a un proyecto educativo particular y muy concreto, como es el de Joan Chamorro.    

¿Qué descubrirá el público de Andrea Motis?
Veremos el personaje que hay tras la trompeta. Supongo que en muchas ocasiones la gente cuando la ve tocar se debe preguntar qué tipo de persona es y qué intereses tiene. Yo creo que Andrea, musicalmente, no se caracteriza por ser virtuosa, pero si por transmitir muchas cosas en el escenario. Pienso que esta magia que despierta a nivel personal se intuye cuando se la ve actuar.  

Tres años de rodaje es mucho tiempo, ¿Cómo era su día a día?
Hago un retrato muy íntimo de la persona y de su música. En Japón me di cuenta que era muy interesante estar presente en sus viajes. Valoré poder vivir cada segundo de su proceso artístico, porque no es lo mismo  tener que concertar un día  concreto y grabar. Todo lo contrario, pude tener todo el tiempo del mundo para convivir, me permitió entrar en un plano muy cotidiano.

¿Cómo ha sido la experiencia durante todo este tiempo?
Andrea y yo hemos forjado una relación de amistad que seguramente se ha construido a partir de esta vivencia. Yo lo primero que le dije a ella y a Joan Chamorro es que los primeros espectadores de la película tenían que ser ellos, porque necesitaba su conformidad. Cuando te dedicas a explicar la vida de alguien significa mucha responsabilidad. A nivel personal importa mucho la visión que le quieran dar a tu vida a través de una película. 

¿Cómo se sentía Andrea cuando recopilabas sus experiencias?
Tenía que sentirse cómoda. Este factor se trabajó en todo momento. No quería un producto adulterado, sino claro y muy real. Yo me siento cómodo explicando cómo la veo y ella también. 
En la película trata las dudas y las inseguridades de la artista. ¿Cuál ha sido su forma de abordarlo?
No he tenido que recrear nada, porque mi presencia ha pasado desapercibida. Lo que hago normalmente cuando trabajo en un documental es mirar, haciendo que la cámara esté lo menos presente posible. Eso implica rodajes muy largos. Pero es que antes de iniciar este proyecto con Andrea, ya había hecho otro documental con Sant Andreu Jazz Band, un proyecto surgido en el aula y del que ha formado parte la misma Andrea. Así pues, mi presencia en este sentido no condicionó en ningún momento, ya había cierto trato. 

¿En qué momento se encontraba Andrea cuando decidió iniciar el proyecto?
En uno muy importante. Cuando empezamos a pensar en la parte de la historia de Andrea que más nos interesaba, nos dimos cuenta que estábamos viviendo junto con ella un momento clave: acababa de firmar con una discográfica importante y tal vez lo que tenía delante era un gran cambio de vida. 

¿Qué  idea tenía al principio?
El objetivo era reflejar en la película cómo digiere todo este giro vital y artístico. Lo hace con una calma absoluta. Gracias a eso, mi reto ha sido mostrar cómo una artista se enfrenta al éxito: con humildad, todo lo contrario a una diva. Muchos asocian excentricidad con popularidad y eso no siempre es así.