Reus: «Hace un tiempo que no se ven nuevas ocupaciones en pisos del barrio»

Habitatge compra inmuebles cerrados, los bancos blindan más propiedades y la tensión baja en Gaudí y Mas Pellicer

03 julio 2021 18:50 | Actualizado a 04 julio 2021 05:53
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«Hemos notado que ha habido venta de pisos de entidades bancarias y, sobre nuevas ocupaciones, estos días, al menos no tengo constancia», explica la presidenta de la Associació de Veïns del barri Gaudí, Maria del Mar Escoda, que precisa que «está teniendo lugar una cierta relajación en este aspecto y notamos menos problemas en algunas comunidades».

Fuentes de la Agència de l’Habitatge de Catalunya precisan al Diari que la Generalitat ha acometido una compra de seis inmuebles en esta zona, pertenecientes a bancos y que se encontraban en desuso. Todos «están ya adjudicados y entregados». Desde Mas Pellicer, el presidente de la Associació de Veïns I de Maig, Eduardo Navas, expresa que «aunque evidentemente hay intentos y muchos, porque no es una cosa que se pare, hasta donde yo sé hace como cinco meses que no se consuma una nueva ocupación en el barrio». El cambio lo atribuye Navas a «que Habitatge ha puesto sistemas de seguridad y algunos bancos parecen tomar medidas». Históricamente estos últimos se centraban en sus activos de más valor.

En la otra cara de la moneda está el Carme, donde Josep Machado, presidente de la Associació de Veïns L’Harmonia, lamenta que «los bancos no se hacen cargo de sus inmuebles porque no les importa en absoluto cómo esten; aquí hay muchos pisos vacíos y puedo asegurar que las ocupaciones no cesan». Residentes en este punto de la ciudad tuvieron que tapar por su cuenta y de su bolsillo, hace muy poco, dos inmuebles donde habitaban «ocupas problemáticos». Mínimo uno de ellos sería «propiedad de un banco que no se ha preocupado de la situación».

Alquileres sociales

En el caso concreto del barrio Gaudí, Habitatge detalla que los seis pisos que ha adquirido los ha comprado mediante el sistema de tanteo. Un séptimo piso «se encuentra en trámites», según la Generalitat. Escoda apunta que, a raíz de este movimiento, «hemos visto caras nuevas en el barrio; la primera reacción fue de alerta, pero luego hemos confirmado que se trata de alquileres sociales y de emergencia y aquí recibimos a todo el mundo con los brazos abiertos».

La presidenta de la entidad vecinal subraya que el hecho de que a estas viviendas se les dé un uso lícito las saca del circuito de las ocupaciones y eso «aporta tranquilidad». Se trata, especifica, de pisos que «se arreglan y luego se entregan». El barrio recibe positivamente esta solución y considera que «es uno de los pasos que tendría que dar el Ayuntamiento de Reus». Además, en esta área en general «se están vendiendo pisos» y «hemos percibido, diría que en dos comunidades, que está viniendo gente joven; eso revitaliza el barrio y la asociación los acoge con agrado».

Otras zonas, como el Carme, se quejan de que las entidades financieras se desentienden

Escoda, que manifiesta que «no tenemos ahora mismo la percepción de ocupaciones recientes», responde, preguntada por hasta dónde los bancos atienden sus propiedades en el barrio, que «están encima, van y vienen». «No sé si hay alguna entidad con más dejadez pero en general están viniendo», añade, y recuerda que «con la Covid-19 todo se paró, también esto, y parece que se está recuperando; a los mismos bancos les conviene que los pisos estén bien porque la sensación es que hay más demanda y un piso destrozado no se vende tan fácil». También «hay comunidades que han empezado a trabajar con administradores y les ha ido mejor» y «en el barrio hay pisos de bancos con puestas antiocupas y alarmas».

Precisamente hace pocos meses, en abril, en el barrio Gaudí tuvo lugar un amplio despliegue policial para acabar con conexiones irregulares al suministro eléctrico que acabó con el levantamiento de actas por una decena de pisos ocupados. «Cualquier cosa que se haga desde las fuerzas de seguridad es bienvenida», valora Escoda sobre la conveniencia de intervenciones así, que pueden tener también un efecto disuasorio entre quien piense en atreverse a reventar un inmueble. La asociación de vecinos espera que la tendencia a la baja en las ocupaciones incívicas, aún incipiente, tenga continuidad en el tiempo y se consolide.

Falta presencia policial

«Parece que Habitatge se ha puesto las pilas, colocó puertas sin cerraduras, algunas alarmas y en un piso hemos visto que también hay rejas; algunos bancos también están al tanto de que no se pueda entrar en los suyos», explica Navas, al frente de I de Maig, en Mas Pellicer. «Ahora lo que hace falta», dice, «es que las viviendas de las que dispone la Generalitat gracias a que no se están metiendo los ocupas se den a quien se tienen que dar y tengan así una finalidad».

La percepción de una bajada de las ocupaciones «no significa que no haya intentos, que intentos hay cada dos por tres y el último quizá ayer mismo, sino que quiere decir que los ocupas lo tienen más difícil para entrar». Con eso, «en el barrio vamos a estar más tranquilos». Navas también confía en que «a medida que vayan viendo que colarse aquí no es tan fácil como antes, empiecen a desistir». Y aclara, en la línea de la mayoría de entidades, que «lo que nosotros rechazamos son las ocupaciones conflictivas, no tenemos nada en contra si una familia se ve en la calle y se tiene que meter sin entrar en disputa con nadie». La mayoría de los que revientan pisos en el barrio «lo hacen para juergas y para plantaciones de marihuana», expresa Navas, que avisa que «esto se tiene que acabar».

Pese a todo, «la situación no está resuelta, falta seguridad y está muy claro que lo que necesita el barrio, y lo que venimos reclamando ya no sé desde cuándo, son patrullas a pie», destaca Navas, que lamenta que «además, aunque todo vuelve a la normalidad, las Comisarías de Proximidad de la Guardia Urbana sigan cerradas sin que tenga ninguna justificación».

Para Josep Machado, presidente de la Associació de Veïns L’Harmonia del Carme, «los bancos no facilitan nada». Su punto de vista es muy distinto a los anteriores: «Quisiéramos que los bancos estuvieran al tanto, que hicieran caso, hablar con ellos es una odisea y nunca se aclara nada», lamenta. Con relación a la función de vigilancia y denuncia que desempeñan muchas entidades vecinales en la ciudad, admite que «no es la que nos toca pero nos vemos obligados a hacerla igualmente porque, si no, ¿quién se haría cargo de eso?». Ciertamente la semana pasada vecinos del barrio tapiaron dos bloques ocupas en la calle Alt del Carme y en Closa de Freixa. Les costó unos 1.800 euros, peses a que la titularidad de por lo menos uno de ellos «pertenece a un banco que no lo cuida».

Caixabank es una de las entidades con pisos en Reus a través de Building Center. Fuentes del banco indican que «siempre protegemos nuestros activos de la forma más efectiva y no dependiendo tanto del valor del inmueble como del riesgo de ocupación». «Que nos ocupen una vivienda es un problema por la pérdida patrimonial pero también por el malestar que lógicamente crea en los vecinos», sostienen.

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