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Reus ha incrementado un punto en el porcentaje de recogida selectiva respecto al año 2019. O lo que vendría a ser lo mismo: en la ciudad, en 2020, se ha reciclado el 33,5% del total de la basura producida. La cifra, sin embargo, dista mucho de los planes de la Unión Europea, que estipuló que en el año 2030 los residuos municipales deberían lograr un reciclado de, al menos un 60% de lo generado.
Por ello, el consistorio hace tiempo que impulsa distintas campañas para aumentar la recogida selectiva y la semana que viene presentará un plan dedicado, de forma exclusiva, a las grandes empresas y productores de residuos.
Esto se debe a que, a raíz de estas campañas divulgativas promovidas por la concejalía de Medio Ambiente, se detectó que algunos comercios utilizan los contenedores de forma poco respetuosa a pesar de tener disponible el servicio de recogidas especiales por algunas fracciones de residuos (por ejemplo el cartón a las zonas más comerciales).
«Queremos poner el foco en la restauración y los comercios», señala el concejal de esta especialidad, Daniel Rubio, que prevé que, una vez se ponga en marcha este plan -del cual se conocerán los detalles próximamente- Reus podría llegar a incrementar hasta en cinco puntos su porcentaje de reciclaje en tan solo un año.
A falta del cierre de datos definitivo por parte de la Agència de Residus de Catalunya (ARC), las cifras de 2020 indican incrementos «notables» respecto al 2019 en la recogida de envases (+14,5%), vidrio (+8,7%) fracción orgánica (+6,4%) y papel y cartón (+5,2%). Unos datos que han hecho reducir en un 1,3% la fracción de residuos.
«Son números importantes, sobre todo en la parte de la materia orgánica, que es la más difícil de lograr», valora Rubio, quien explica que, a pesar de tener haber un incremento en las fracciones individuales, tan solo se ha subido un punto en el cómputo global porque a diario se generan toneladas de basura. Por eso, añade, es importante incidir en los grandes generadores de residuos y, a la vez, seguir insistiendo en que la gente no deje de reciclar. «A pesar de que las campañas de concienciación del consistorio funcionen bien, los datos no son para aplaudirnos», reconoce el concejal de Ara Reus.
Más islas de contenedores
«Hay que tener en cuenta que se trata de un año especial, debido a la pandemia», matiza Rubio, que pone la vista más atrás e indica que si se hace una comparativa con los últimos 5 años, en Reus se ha pasado del 23% al 33.5% actual (más de 10 puntos porcentuales).
Uno de los principales reclamos de los ciudadanos con los que ha podido hablar el Diari es que Reus debería tener más contenedores de reciclaje y mejor ubicados. «Es una vergüenza que en las islas de contenedores lo que falte más es el separado de plástico y envases, justo del que más se genera», señala Maite, vecina del casco antiguo de Reus, que asegura que el depósito de contenedores para esta materia le cae a cinco minutos andado. «Hay pocos contenedores amarillos (los del plástico) y siempre están todos llenos», añade Julián, vecino de la calle Salvador Espriu.
En este aspecto, el concejal de Medio Ambiente dice ser consciente de la carencia pero asegura que la oferta mejorará notablemente cuando se ponga en marcha el nuevo contrato de recogida de la basura. La adjudicación, sin embargo, sigue paralizada a la espera de la resolución judicial del recurso presentado por Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) al Tribunal Català de Contractes del Sector Públic en referencia a la adjudicación a UTE Valoriza Servicios Medioambientales Romero Polo.
Contenedores inteligentes
Mientras tanto, el consistorio está focalizado en implantar un nuevo sistema de recogida de residuos basado en las nuevas tecnologías. Por un lado, la intención es instalar contenedores inteligentes que funcionen a través de una tarjeta individual de identificación y, por otro, sustituir los actuales contenedores soterrados del centro de la ciudad por islas emergentes, un proyecto que cuenta con un presupuesto de 2.282.075,46 euros.
El Ayuntamiento espera ahora recibir la financiación de la Agència de Residus de Catalunya tras no ser seleccionada en los fondos FEDER de la Unión Europea. Algo que no ha frenado el impulso del proyecto ya que desde se ve muy factible recibir esta ayuda que «llegaría a cubrir una parte más elevada del coste total del proyecto», explica Rubio, que detalla que la línea de ayuda podría ser de hasta 1,5 millones de euros. La convocatoria se abre este mismo mes y la resolución se conocería en junio.
En el caso concreto del sistema de identificación de usuarios de los contenedores, se realizaría a través de tarjetas personales y únicamente en los contenedores de la fracción orgánica y residuos. «Serían contenedores cerrados que se abrirían a través de una tarjeta que permitirá reconocer al usuario», detallaba el concejal. El sistema iría también acompañado de una línea de bonificaciones para que «quien mejor recicle, menos impuestos de la basura pague». De esta forma, se busca incentivar a la ciudadanía a reciclar mejor.
La segunda medida será eliminar los contenedores soterrados del núcleo antiguo y sustituirlos por islas de contenedores emergentes. El sistema funcionaría como deixalleries móviles de pequeño formato y «permitirá hacer llegar todas las fracciones a aquellos puntos de la ciudad que por la configuración del espacio urbano imposibilita instalar baterías de contenedores», remarcó el concejal de Medi Ambient.
