Reus creará vivienda social en edificios municipales abandonados

El consistorio trabaja en proyectos que vinculen el acceso a la vivienda y la cooperación social. Se ha iniciado un estudio para aplicarlo en el número 16 de la calle Vallderoquetes

18 mayo 2021 19:20 | Actualizado a 19 mayo 2021 18:37
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El Ayuntamiento de Reus está estudiando implantar un nuevo modelo de acceso a la vivienda en la ciudad. Una fórmula que vaya más allá de los pisos de protección oficial y que se centre dotar los espacios con una función habitacional a la vez que social. Es una opción en estudio, que contemplaría modelos de oferta como la masovería urbana –ceder un edificio a cambio de que los inquilinos lo cuiden– o bien la vivienda cooperativa.

Según explica la concejal de Urbanismo y presidenta del Consell Municipal de l’Habitatge, Marina Berasategui, ya se ha pensado en tres edificios de propiedad municipal en los que se podría aplicar esta filosofía: el número 16 de la calle Vallderoquetes; la antigua caserna de la Guàrdia Urbana de la calle del Roser y la antigua escuela Rubió i Ors de la calle Rafael de Casanova 6.

«Son edificios de la zona del centro que podrían abarcar proyectos de regeneración urbana», señala la concejal, que indica que cada uno de ellos se encuentra en un distinto estado de conservación pero que guarda el mismo perfil: edificios en desuso de valor patrimonial al que darles una nueva función.

En este aspecto, Berasategui reconoce que el Consell Municipal de l’Habitatge (CMH) «ha abierto el debate del modelo de acceso a la vivienda», algo que se ha acogido desde el gobierno como una posibilidad de dar respuesta a la falta de vivienda social: «cuando juntas nuevos modelos de acceso y propiedad con un proyecto de carácter social y comunitario es cuando surge la magia y se puede generar un impacto en el entorno y la sociedad».

Vallderoquetes, primer paso

El edificio que ha inspirado la apuesta por los nuevos modelo de vivienda es el número seis la calle Vallderoquetes, justo al lado de la plaza de Catalunya. Este llevaba tiempo desocupado y entre enero y abril del 2021 hubo dos derrumbes parciales al interior de la parte de los forjados que afectaron el tejado. El consistorio se vio obligado a actuar de emergencia para conservarlo.

Al plantearse el futuro de este patrimonio municipal se empezó a estudiar varias posibilidades. La operación se ve como el primer paso para que el edificio pueda transformarse a través de un proyecto de vivienda «innovador, renovador, diferenciador y de calidad». De hecho ya se está elaborando un pequeño estudio para saber cuántas viviendas podría incluir (de momento parece que una docena) y como se debería hacer la transformación.

Desde el consistorio apuntan que la idea requerirá tiempo y paciencia, ya que es un proyecto amplio que puede unir distintos colectivos e intereses, como la cooperativa de viviendas, el Economat o la Casa d’Oficis de Mas Carandell, algo que podría ser bien visto por parte del gremio de la construcción del Baix Camp, que pide formas más ágiles de tener aprendices.

Con todo, Marina Berasategui subraya el carácter transversal de un proyecto de vivienda «renovador e innovador», que va más allá de ofrecer un espacio en el que vivir. La concejal se marca el mes de junio para tener «más o menos claro el proyecto» y por ello iniciará pronto reuniones con los colectivos interesados con este tipo de proyecto y hará una exposición preliminar de la idea en el Consell Municipal del Habitatge.

Mientras tanto, la prioridad es la de realizar las tareas de apuntalar y limpieza de las runas, así como las obras necesarias para consolidar la cubierta del edificio y distintos elementos del forjado para conservar el edificio. El coste de la actuación de emergencia es de 92.962,88 euros (IVA incluido). Se pretende que del 13 de mayo al 20 de junio, aproximadamente, se haga la obra de la estructura y cubierta.

Los nuevos modelos planteados convergen la función social con el acceso a la vivienda

Un proyecto a medio plazo

Los otros dos edificios que entrarían en el proyecto están en otros puntos de actuación. Por un lado, en la antigua caserna de la Guàrdia Urbana se ha visto afectada y requiere una actuación urbanística. Sin embargo, fuentes municipales aseguran que se podría llevar a cabo. También se estudia darle esta utilidad a la antigua escuela Rubió i Ors, incluida en el Inventario del Patrimoni Arquitectònic de Catulunya y que actualmente guarda el material del Arxiu Comarcal del Baix Camp.

El consistorio defiende que todos los tres edificios están en un área de la ciudad que consideran bien ubicada por su cercanía con el centro y dónde se ha analizado un potencial para desarrollar proyectos de vivienda. «Tenemos los edificios, la necesidad de acceso y ahora tenemos que trabajar en el marco legal y económico que posibilite la gestión», destaca Berasategui, quien apunta que el consistorio podría financiar una parte y que además buscaría subvenciones vía Generalitat y Estado Español a partir de temas de economía solidaria y vivienda.

Por su parte, la concejal de Economia y Vivienda, Teresa Pallarés, destaca que el gobierno de Reus «tiene abiertas distintas líneas de trabajo para ampliar el parque de vivienda social y de alquiler». En este aspecto, señala que «trabajamos con fórmulas más clásicas y con experiencias más novedosas en colaboración con entidades y cooperativas» para garantizar el acceso a la vivienda.

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