Reus: un Viernes Santo de fe, a puerta cerrada, en la Puríssima Sang

La función de la Agonía y las ‘Tres Gràcies’ se realizan de forma consecutiva, con la imagen del Sant Crist movida dentro del templo

03 abril 2021 08:28 | Actualizado a 03 abril 2021 08:32
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La función de la Agonía –también conocida como Las Siete Palabras–, y las ‘Tres Gràcies’, en el marco del programa oficial de actos de Semana Santa de la Reial Congregació de la Puríssima Sang de N.S.J. de Reus, se celebraron ayer de forma consecutiva en el interior del Temple de la Puríssima Sang de la ciudad a causa de la pandemia y no en el exterior como era habitual. 

La jornada del Viernes Santo empezó pasadas las doce y media del mediodía, con la entrada de la parroquia controlada, pues el aforo estuvo limitado. El ingreso puntual de los fieles en la parroquia (así como de representantes de las diferentes cofradías de la ciudad que confirmaron su asistencia por correo), fue precedido por un reparto de números, que localizaron a todos y cada uno de los asistentes de forma estratégica  en los bancos. El objetivo se centró en garantizar las debidas distancias entre las personas. 

El orden y el protocolo fueron elementos, como se intuye, presentes en el encuentro, así como el silencio y la solemnidad, que se fueron sucediendo durante el sermón. El inicio de la función de la Agonía tuvo lugar tras una breve intervención musical compuesta de voces adultas y blancas. Los Armats de la Puríssima Sang, ataviados con sus armaduras y cogiendo sus lanzas con firmeza, se dejaron ver, por su parte, alrededor de los bancos en los que se sentaba la gente, separada rigurosamente. Fue entonces, a toque de corneta, cuando aparecieron los portadores de la Reial Congregació cargando el Sant Crist de la Sang. La cohorte romana recorrió un espacio escaso hasta dejar la imagen en el altar.

En otro tiempo, la obra de Modest Gené hubiera recorrido las calles de Reus desde la Prioral de Sant Pere hasta el Temple de La Sang; pero en plena pandemia, la talla policromada en la cruz tuvo menos movimiento de lo acostumbrado. Estuvo expuesta ante la ciudadanía reusense asistente, mientras sacerdotes de las diferentes parroquias de Reus dieron vida a las últimas palabras que pronunció Jesús en la cruz, las siete, las cuales fueron descritas como «su último testamento». 

Las intervenciones, más allá de repasar las narraciones de los Evangelios Canónicos, expusieron temas de actualidad como la repercusión económica y social de la pandemia, pero también se destacó el perdón, la ayuda al prójimo, la soledad y la generosidad. Sobre la primera palabra –Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen–, se destacó que Jesús «no piensa en él mismo, lo hace en sus verdugos; llora por los justos y los pecadores», se acotó. Dicha idea fue recogida como una «gran lección  para el perdón; no se puede considerar éste como una debilidad, todo lo contrario». 

Diferentes melodías religiosas se hicieron hueco entre frase y frase. La segunda –Te aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso– fue idónea, por otro lado, para hablar del comportamiento de los crucificados que acompañaron a Jesús. Éstos ponían en duda su condición de santo. «Si es verdad lo que dices, ¿por qué no te salvas a ti mismo, y a nosotros?». Uno de ellos, Dimas, «un ladrón arrepentido, llega a convertirse en los últimos momentos», se puntualizó. 

Acabadas Las Siete Palabras, fue el turno de las ‘Tres Gràcies’. Entre el público, reinaron el silencio y la expectación. Los portadores del Sant Crist recorrieron el camino que llevaba a la puerta de entrada con el Vexilla Regis sonando de fondo y, una vez allí, abrieron las puertas del templo. El Sant Crist vio la luz y todos los asistentes quisieron inmortalizar el momento con sus móviles. «¡Viva Crist Rei!», se gritó, y los asistentes coronaron el acto con un «¡viva!» al unísono, mientras la imagen se alejaba de la puerta. 

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