Ha terminado en anécdota, pero podría haber tenido otro final más catastrófico si el calor hubiera alterado las condiciones de seguridad de la botella.
La historia empieza con un coche viejo aparcado dentro del depósito de vehículos de Reus, concretamente un Seat Ibiza. En el interior del mismo llevaba una bombona de oxígeno para un paciente, probablemente el titular del coche, que necesita este complemento para respirar mientras duerme.
La Guàrdia Urbana de Reus retiró el vehículo de la vía pública al titular del vehículo, de unos 50 años de edad en verano. Éste ni se había molestado en irlo a buscar durante estas semanas y el coche permanecía dentro del depósito aparcado con otros vehículos.
La empresa suministradora de las botellas de oxígeno tuvo conocimiento de que la botella no estaba con el paciente en su casa, sino en el maletero de su coche, aparcado en el depósito de Reus.
Ante el riesgo de que el calor pudiera provocar alguna alteración con este gas y la necesidad de recuperar este material médico, la empresa solicitó a la Guàrdia Urbana de Reus recuperar la botella de oxígeno. Se hicieron gestiones con el propietario, que no quiso saber nada ni del coche ni de la botella, según ha podido saber el Diari.
Ante esta situación, la Guàrdia Urbana autorizó a la empresa a entrar en el depósito y recuperar la botella de oxígeno. Se da el caso de que el vehículo no estaba cerrado, por lo que no se forzó ninguna cerradura.