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Aurora, Pilar y Maria Carme están concentradas haciendo punto de media. Es laborioso, pero esto no les impide charlar de ellas, de su vida y de su barrio: el Niloga. De hecho, la actividad la hacen cada miércoles de 17 a 19 horas en la nueva sede de la Associació de Veïns 25 de Setembre, en el número 4 de la calle Castellvell. «Es una de las primeras actividades que estamos realizando. Hemos organizado una decena con la finalidad de dinamizar el barrio y, sobre todo, porque tenemos a muchas personas mayores que están solas y, así, tienen un espacio donde hacer cosas y, a la vez, establecer y reforzar la amistad con los vecinos», explica el presidente de la asociación vecinal, Josep Ramon Ferré.
Entre las actividades –que tienen un precio simbólico– hay asesoría de imagen, gimnasia, punto de cruz o clases para coser a mano y a máquina, entre otras. «Ya está todo organizado y tenemos las personas que las dirigirán. Ahora estamos en proceso de inscripciones y, a medida que se van haciendo grupos, vamos empezando», detalla Ferré.
La actividad de punto de media es de las primeras que se han puesto en marcha y está dirigida por Aurora. «Esta técnica tiene infinidad de posibilidades: gorros, bufandas, bolsos, vestidos...», explica. Pilar, la más joven del grupo de este pasado miércoles, estaba empezando a elaborar un jersey. «Ya había hecho anteriormente, pero hace muchos años, y ahora me venía de gusto retomarlo», explica. Por su parte, Maria Carme también tiene experiencia, «pero en casa no hago nunca punto de media. Necesito una guía, y en este sentido, Aurora me ayuda». De repente, se da cuenta de que algo va mal. Aurora coge la pieza y tras examinarla señala un punto anterior que tenía un error.
«No es nada difícil. Cualquiera puede hacerlo. Es sólo cuestión de práctica», asegura Aurora. Ella tiene más de 40 años de experiencia. Recuerda que empezó en el colegio, igual que sus compañeras. «Aún me acuerdo de mi primer jersey», dice sonriendo.
Aunque punto de media, igual que el resto de actividades, se han planteado principalmente para gente mayor, «aquí pueden venir de todas las edades y de cualquier barrio», señala Aurora, que anima también a los jóvenes a atreverse con las agujas.
