Un centenar de comercios de Reus ya dejan entrar animales, pero es insuficiente para los usuarios

Los propietarios de perros creen que Reus aún está lejos de ser una ciudad ‘pet friendly’
y remarcan que, sobre todo, tienen dificultades para encontrar restaurantes permisivos

20 enero 2020 12:00 | Actualizado a 24 enero 2020 10:51
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«Veo como algo natural que los animales de compañía puedan entrar a los establecimientos comerciales», señala Marta Arrufat, de la tienda de bolsos y complementos Arsopell. Hace unos años, la puerta de entrada de este comercio de Reus luce un distintivo que indica que permite el acceso a perros, «pero en realidad, desde el primer día que abrimos, 30 años atrás, pueden entrar aquí animales», añade. Sin embargo, muchos reusenses aún se encuentran con dificultades para poder acceder con su mascota a muchos espacios de la ciudad.

El pasado 29 de noviembre, el pleno municipal aprobó una moción presentada por el grupo Ciutadans que proponía que Reus buscara la etiqueta ciudad pet friendly, es decir, amiga de los animales de compañía. Esto implicaría que los perros pudieran acceder al interior de los edificios e instalaciones municipales, como vendría a ser el transporte público, además de impulsar campañas para que los estos pudieran entrar en comercios y restaurantes. El consistorio ha empezado a estudiar esta posibilidad y posibles medidas, pero todavía no han cogido forma.

En Reus hay 11.350 perros censados y un centenar de establecimientos que permiten el acceso a estos animales, 85 de ellos pertenecen a la Unió de Botiguers (UB) que lanzó la campaña «Gossos educats, benvinguts». Àlfred Pitarch, presidente de la asociación comercial, explica que la iniciativa ha ido creciendo en los dos años que lleva activa y que cada año genera más aceptación. «Es un valor añadido que le das al cliente. Un animal doméstico educado no da ningún problema», justifica. La cifra que demuestra el buen resultado es que el 80% de los socios de la UB se han sumado a la iniciativa.

Ramiro Roca pasea a Tobby por la calle Llovera y critica que a Reus aún le falta mucho camino para alcanzar estar adaptada a los animales de compañía: «En otros países están incluidos en la dinámica de la ciudad y, aquí, ya va siendo hora», opina. Aplaude que los centros comerciales empiecen a ser permisivos, «pero aún nos encontramos con muchas limitaciones. Se tiene que ir trabajando y, sobre todo, que los amos tengan educación y los animales estén controlados», detalla.

En la ciudad existe un ejemplo disonante en el mundo de la restauración: el Museu del Vermut. Este local no es únicamente un espacio en el que se le permita la entrada de animales, «sino que tenemos bebederos y un bote con galletas para perros», explica Joan Tàpias, encargado del restaurante que asegura que los clientes con perros le agradecen el gesto.

En este sentido, la portavoz de C’s, Débora García, defiende el impulso de la ciudad pet friendly como un beneficio: «si Reus contara con una oferta importante de establecimientos que admitieran mascotas, sus opciones turísticas incrementarían».

Muy poco preparada

Irene Aguilá, de la entidad Gent i Gossos, aplaude la iniciativa pero critica que llegue a hacerse un con un fin comercial. Además, considera que «la ciudad aún no está muy preparada. Por un lado falta el civismo de los dueños y por el otro faltan políticas reales por parte del consistorio».

Por ejemplo, considera que los parques para perros han sido desatendidos y que las distintas iniciativas tienen «deficiencias». Por ello cree que «habría que cambiar la mentalidad en general, si educas y eres responsable de tu mascota, entidades y comercios entenderán que no tiene por qué haber problema y normalizarán su presencia».

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