El domingo por la tarde cuatro agentes de los Mossos d'Esquadra evitaron un asesinato en plena calle de la Sardana. Dos hombres, por una disputa de drogas, fueron los protagonistas de esta historia que terminó de la mejor manera posible: sin heridos.
La historia que se explica en la siguiente pieza periodística empezó a media tarde, cuando la información que entró en la central del 112 era que había una pelea con cuchillos en la calle de La Sardana.
La víctima vio al agresor y empezó a correr alejándose de los cuatro agentes, que al ver al hombre con el cuchillo tuvieron que reaccionar en fracción de segundos. El agresor pasó por el lado de los agentes con la misma actitud amenazante y con el arma blanca dispuesta a matar a la víctima.
Y en aquellos microsegundos de pánico e incertidumbre, uno de los agentes sacó su arma reglamentaria y disparó. Hacia el cielo, de forma disuasoria. La detonación frenó las intenciones del agresor, que terminó dejando el cuchillo en el suelo.
Luego se pudo reducir, neutralizar y detener. El más que posible asesinato se había evitado y nadie, en una calle atestada de personas, había resultado herido. A pesar del riesgo que conllevó la situación, las dos patrullas actuantes resolvieron el conflicto de la forma más segura posible.