Los hechos ocurrieron en la tarde del sábado, aunque hoy han trascendido hasta el Diari. Un hombre, ingresado en el hospital Sant Joan de Reus, se marchó harto de estar aislado.
Salió por la puerta, se fue a la parada de autobús y se subió el de la línea 20 que en aquella hora iba vacío. En la avenida de Riudoms, se bajó y entró en el CAP de Sant Pere.
El hombre respiraba de forma dificultosa y en la mano mantenía la vía intravenosa que estaba conectada al suero en el hospital Sant Joan. Explicó que no quería seguir en el hospital y que le quitaran de la mano la vía.
Los médicos, tras hablar con él y tomar sus datos, lo llevaron a un box aislado y le conectaron de nuevo la vía además de añadirle oxígeno para recuperar la capacidad de respiración necesaria. Los síntomas eran sospechosos de Covid-19.
El CAP alertó por protocolo a Mossos, Guàrdia Urbana de Reus y Salut. Explicaron que estaba débil y que a pesar que la primera prueba de Covid-19 era negativa, se había hecho una segunda ante la sospecha que sí fuera una persona infectada por el virus.
Mientras llegaba una patrulla de la Guàrdia Urbana por si era necesaria su intervención y una ambulancia del SEM, se llamó a la empresa municipal de autobuses para retirar el vehículo y al conductor del turno por prevención. El autobús se desinfectó y el conductor fue a su mútua para hacer un seguimiento de su estado de salud.
El paciente, una vez estabilizado, fue llevado en ambulancia de nuevo al hospital Sant Joan de Reus, unas horas después.