Una de resultados falsos

El escándalo de la rifa. El propietario y director del ‘Diario de Reus’ huyó del país por un fraude en la publicación de los números premiados

14 febrero 2021 07:10 | Actualizado a 14 febrero 2021 09:20
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Como en los últimos tiempos han sido noticia escándalos relacionados con supuestos fraudes en resultados electorales y hasta ha habido controversia sobre la publicación de los de hoy, permítanme recuperar un caso relacionado con esta procelosa materia, aunque no referido a elecciones, sino a loterías. Sirva también para desengrasar, en un día muy cargado de política.

La historia se sitúa en 1880. Por aquel entonces se celebraba en Reus una rifa semanal a beneficio de la Casa de la Caritat, una institución benéfica municipal ubicada en el paseo Mata –donde hoy se levanta el cuartel de la Guardia Civil– que fue destruida por los bombardeos de la aviación franquista durante la guerra.

La popularidad de esta lotería era enorme y el sorteo se celebraba cada lunes en el Ayuntamiento, coincidiendo con el día de mercado que atraía a la ciudad a miles de visitantes. Incluso una segunda serie se vendía por toda España. Pese a ser de titularidad municipal, su gestión estaba concedida al empresario madrileño Augusto Vilanova, responsable de la expedición de billetes y del pago de premios, mientras que la impresión de los boletos y de las listas de números premiados iba a cargo de la imprenta de Cayetano Sabater, también propietario y director del Diario de Reus.

Un boleto vendido en Cádiz

A mediados de 1880, un vecino de San Fernando compró en Cádiz un boleto de la segunda serie de la rifa reusense. Al comprobar el resultado en San Fernando se encontró que había ganado los 10.000 reales (2.500 pesetas) del primer premio. Al acudir a la administración de lotería de la capital para cobrarlo, le respondieron que su número sólo había sido agraciado con 40 reales, según la lista recibida en Cádiz. La protesta del jugador permitió averiguar la existencia de dos listados oficiales distintos con números premiados discordantes.

En esa época existía en Reus una feroz rivalidad político-periodística entre el Diario de Reus, monárquico conservador, y Las Circunstancias, portavoz de los republicanos federales, que no tardó en hacerse eco del escándalo: «Ha llegado a nuestra noticia un hecho que, a resultar cierto, sería muy grave, relacionado con la segunda serie de la rifa que se celebra en esta ciudad a cargo de don Augusto Vilanova de Madrid y cuyos billetes y listas de números premiados se imprimen en la imprenta de don Cayetano Sabater, propietario del Diario de Reus. La comisión de beneficencia del Ayuntamiento debe averiguar con urgencia el citado hecho».

El 13 de julio, Las Circunstancias daba los detalles del presunto fraude: «Ambas listas llevaban impreso el nombre del señor alcalde de Reus, estampado el sello de esta Alcaldía y el pie de imprenta del Diario de Reus. Respecto a llevar la firma del señor alcalde nada tiene de particular, puesto que va impresa. Respecto al sello de la Alcaldía tampoco significa nada para los que saben que habiéndose de estampar en centenares de ejemplares, de imposible comprobación, se estampan en el papel en blanco que debe imprimirse luego en casa del señor Sabater conforme con el original y las pruebas que quedan archivadas en la secretaría, y cuyos ejemplares uniformemente impresos está encargado de remitir el señor Sabater a su destino, conforme a las instrucciones que recibe del señor Vilanova».

Las Circunstancias añadió un cáustico comentario: «Don Cayetano Sabater, director y propietario del Diario de Reus, enemigo acérrimo de la inmoral empleomanía, hace cuatro o cinco días que se ausentó de esta ciudad. Ignoramos su paradero».

El juzgado abrió causa criminal y el procesado continuó desaparecido, por lo que a finales de julio los boletines oficiales de las provincias de toda España difundieron orden de detención: «El señor Gobernador Civil encarga a los señores alcaldes de los pueblos de esta provincia, Guardia civil, empleados de orden público y demás dependientes de mi autoridad, procedan a la busca y captura de Cayetano Sabater Pellicer, casado, natural de Reus, impresor, de unos cuarenta años de edad, estatura baja, calvo, bigote poblado, viste de caballero».

No fue hasta el 2 de septiembre que el Diario de Reus dio su versión de los hechos, explicando que Sabater se hallaba «ausente para negocios propios» cuando estalló el caso y «desde entonces hemos dejado de saber noticias, ni del paradero, ni de la salud, ni de los intentos». En consecuencia, asumía la dirección su hermano José María, quien aseguró que «ni siquiera tenía noticia de que hubiese tal segunda serie de la Rifa de la Casa de la Caridad, serie cuya administración y dirección, según se nos ha explicado después, radicaba por completo y absoluto en Madrid, desde donde se remesaban los billetes a provincias. Y aún cuando los billetes se imprimían en Reus, sin embargo salían de aquí sin numerar y se numeraban en Madrid».

José María Sabater no tardó en emprenderla contra el rival con un tropel de descalificaciones, entre ellas la de estar implicado en un fraude anterior: «Pudo toda España leer en los periódicos de Madrid que en Reus se falsificaban sellos de franqueo de periódicos y los tribunales se encargaron de esclarecerlo, como les consta a los hombres del diario aludido».

La respuesta de Las Circunstancias fue recordarle al nuevo director que él era «el maquinista de la imprenta, esto es, el encargado de la máquina donde se tiraban todas las listas de la expresada rifa». Y se permitió añadir una pista sobre el paradero del hermano fugado: «Se ha puesto en salvo traspasando los mares».

Hay que reconocer que las guerras mediáticas del siglo XIX tenían bastante más sustancia que las actuales.

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