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La nueva parada de bus urbano de la línea L60 (que une la plaza del Nen de les Oques con el Tecnoparc) a su paso por la avenida Salou, esquina con calle Mercè Rodoreda, está ya prácticamente lista. Los operarios están trabajando en ello desde el pasado 26 de enero y, ahora, ya está habilitada la plataforma para facilitar el acceso al autobús y se ha instalado el poste en el que se indica el número de parada (239) y su nombre (Mercè Rodoreda), además de indicar información de servicio a los usuarios sobre la L60 y un plano sobre las distintas rutas.
La nueva parada responde a una demanda vecinal del barrio Fortuny que, como recuerda la presidenta de la asociación de vecinos, Cori Balanyà, hacía al menos dos años que estaban batallando. La importancia de todo ello es que la parada tiene que evitar que los usuarios del bus que residen en el barrio Fortuny crucen la avenida de Salou por en medio, como viene sucediendo, «y es que algún día pasará algo...», exclama Marina De Liras, vecina de Mas Iglesias. Esto sucede porque el bus de la L60 pasa por la parte de la avenida de Salou que pertenece a Mas Iglesias. El barrio Fortuny se encuentra al otro lado de avenida, con cuatro carriles de circulación por en medio (dos por sentido). Muchos de estos usuarios bajan en la actual parada ‘Urbanització Mercader’, en la calle de Joan Salvat Papasseit, y en ese punto no hay ningún paso de peatones que permita cruzar con seguridad, por lo que muchos son los que optan por apresurar el paso y travesar los cuatro carriles a pesar de la inexistencia de ningún paso. Para evitar que esto suceda, o al menos poner facilidades para evitar la imagen, la Associació de Veïns del Barri Fortuny pidió al Ayuntamiento crear una nueva parada en la avenida de Salou que estuviera al lado de un paso de peatones. La propuesta fue la creación de este nuevo punto a la altura de la calle Mercè Rodoreda, que ya se está materializando.
Un joven vecino de la zona opina que no era necesario. Señala un poco más allá y recuerda que a pocos metros hay ya otra parada. Se trata de la de Maria Aurèlia Capmany, a unos 120 metros de la que se está construyendo. «Se trata de la línea de bus del Hospital Sant Joan. Muchos vecinos que la usan son mayores que vienen del centro hospitalario, y es necesario poner facilidades y que haya una parada lo más cercana posible al barrio, al lado de un paso de peatones», señala Cori Balanyà. Recuerda que la parada actualmente usada por estos usuarios es la ubicada en la calle de Joan Salvat Papasseit. Está al lado de un descampado, la acera está en muy mal estado y sin un paso de peatones cercano que cruce la avenida.
«Con la nueva parada ganamos en seguridad y también comodidad. Tendrá más visibilidad, con mejor iluminación», añade Balanyà. Fuentes municipales señalan que también estará equipada con bancos y papeleras. «Todo lo que sea mejorar, lo veo bien, aunque en realidad hay pasos de peatones a unos 100 metros de aquí», opina por su parte Miquel Àngel Lucea, desde la calle de Joan Salvat Papasseit. Cuando pasan pocos minutos de las 12.15h, baja en esta parada un usuario, Joaquín. Explica que no usa habitualmente esta línea, pero sí que cree necesario que se pongan facilidades. Por su parte, Marina De Liras también señala que hay «mucha vagancia» por parte de la gente, que prefiere arriesgar en vez de andar unos metros y pasar por un paso de peatones.
Cambios en la L10 y L11
Otro cambio de Reus Transport en las líneas de bus es el de la L10 (barrio Montserrat-barrio Gaudí) y L11 (Montserrat-Llibertat). En este caso, ambas líneas modifican el final de trayecto y la última parada pasa a ser la ‘Flix 2’ en vez de la de la calle Montsant, como se hacía hasta el momento. El inicio del trayecto se seguirá realizando desde la calle Montsant. El objetivo del cambio es reducir las molestias vecinales que causaba que el inicio y final de trayecto se hiciera en la misma calle, con lo que el bus estaba demasiado tiempo en este punto.
