Una reusense, pendiente de su salida de Bali

La reusense Elena Martínez (40) ha quedado atrapada en mitad de un viaje por la crisis del coronavirus. Lleva unos tres meses de viaje en solitario. Su aventura finalizaría en Japón si no fuera por la situación de excepcionalidad. Ha estado en Myanmar, Vietnam, prolongó su estancia hasta Malasia y llegó a Filipinas. Una vez en el aeropuerto le llegó que, al día siguiente, cerrarían fronteras. «Entonces decidí ir a Bali. Allí, al menos, conocía a gente española –Galicia y Las Palmas, por ejemplo–, en mi misma situación», resuelve. El billete de vuelta a Barcelona lo tenía, además, desde Manila el próximo 8 de abril, pero «como en el momento en que cerraron fronteras en Filipinas cambié mi destino hacia Bali, todo se modificó», recuerda.

Martínez lleva más de dos semanas en la isla, donde, tal y cómo expone, «se respira cierta tranquilidad». «Estamos haciendo vida normal, aunque la información que nos lleva de cómo se gestiona la situación aquí es muy escasa», expresa. Al cancelar Emirates los vuelos, Martínez se ha quedado sin opciones. «No está operado y no tengo la certeza de que puedan reembolsarme el dinero. Me puse en contacto con la embajada de Yakarta, desde donde la información llega cuentagotas», dice la empresaria.

Afirma que desde allí le hicieron llegar la información sobre las compañías que operaban para poder volver a Europa. A partir de aquí, inició una búsqueda de vuelos por internet. La situación con la que se encontró fue que, a la hora de hacer la solicitud de compra, los vuelos acababan siempre por cancelarse. «Nadie nos comunica nada sobre la situación vivida en Bali, sabemos que hay infectados, mortalidad y que no se deja entrar a nadie», añade Martínez y pide que «las compañías aéreas y embajadas se pongan de acuerdo para ofrecer una solución sencilla y unificada».