Una treintena de tractores recorren el Baix Camp para protestar por los bajos precios de la avellana

Un centenar de payeses ha iniciado esta mañana una marcha lenta que se ha detenido en Riudoms y también lo hará en El Morell y La Selva del Camp. El fuerte dispositivo policial está evitando atascos en las carreteras

10 septiembre 2019 08:08 | Actualizado a 18 septiembre 2019 17:34
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Una vez más, los payeses del Camp de Tarragona han tomado la carretera para protestar por el mal estado del sector. Esta mañana, una treintena de tractores y un centenar de payeses se han manifestado por los bajos precios de la avellana y la política que aplica la Llotja de Reus.  “La situación es insostenible. Estamos dispuestos a sentarnos con todas las empresas que sea necesario, pero no puede ser que ellos ganen cada vez más y nosotros cada vez menos", ha manifestado el responsable nacional del sector de la fruta seca de Unió de Pagesos (UP), Rafel Español, que también ha subrayado que el precio que fija la lonja reusense "es irreal". En este sentido, también ha asegurado que los precios de la avellana  que marca la lonja son de 1’70 la avellana negreta por libra, unos 40 céntimos inferiores, de media, a los de Italia y Turquia.

 

Sobre las nueve de la mañana, una treintena de tractores se ha concentrado frente a la sede del sindicato agrario para iniciar una nueva marcha lenta contra la situación que atraviesa el sector de los frutos secos. Antes de arrancar la ruta hasta las principales empresas compradoras de avellanas del territorio, los payeses han desplegado carteles de protesta en sus vehiculos como Cooperatives defenseu-nos! No cedirem al comerç privat! o Defensar un preu just és defensar el nostre territori.  "El precio de la Llotja es injusto y el futuro difícil. Estan marcando unos precios que el comercio no respeta el coste de producción y no el poder vivir del payés ", asegura Marc Sebastià, un joven payés de Alcover que se dedica a la avellana.

Los tractores y los vehículos de los payeses han iniciado la tractorada en dirección a Riudoms, donde se han detenido frente a la empresa Crisol-Arboreto. El fuerte dispositivo policial ha evitado que se produzcan atascos en las carreteras. Una vez llegados a la empresa y acompañados de la música de protesta de Lluís Llach, han criticado los operadores privados que, como Crisol “determinan los precios que publica la Llotja de Reus” y la “situación de abuso que ejercen las empresas que compran avellanas a los payeses catalanes”. Bajo una lluvia respetuosa per insistente, la ruta ha seguido hasta  la empresa J. M. Palau-Fruits Secs del Morell para acabar en las  cooperativas Coselva i Infrusec de la Selva del Camp. Operadores privados que, según Unió de Pagesos, acaban determinando el precio que publica la Llotja.

Un precio para el payés

Los agricultores de la fruta quieren poder vivir de su trabajo. “Si el precio de venda fuera de 3’5 euros o 3 euros, no nos harían falta ayudas. El problema radica que la agricultura está en manos del mercado”, explica Josep Andreu Gasset, de Vila-seca. Pero la Llotja de Reus marcaba esta semana una media de 1,55 euros la libra.

Rafael Español ha señalado que según los datos del Observatorio Agroalimentario del Departamento de Agricultura de la Generalitat, las empresas de la avellana se quedan con el 37% del valor de la comuna en grano que comercializan, mientras que el payés, con el 63% restante “con un quilo de avellana comuna ganan 2’25€ y a nosotros a 3’25, un euro más por tener que trabajar todo lo que trabajamos”. Por eso insta a la Generalitat de Catalunya a que ponga remedio a esta “desproporción”.

Un año ‘horribilis’

Después de la mala cosecha de 2018, en la que la producción de la avellana cayó un 70% por el fuerte temporal y la devaluación de la moneda turca agravó la crisis del sector bajando un 30% el precio, el precio de la Llotja ha sido el golpe final. Había cierta esperanza en el sector, que miraba los precios internacionales con un 2,10 euros la libra en Turquía, principal referencia productora. Sin embargo, el precio no ha sido el esperado y, además, los agricultores siguen esperando las ayudas que de la Generalitat prometió para compensar la campaña de 2018.

“Estamos convencidos de que llegarán, pero las necesitamos ya y pedimos agilidad”, destacaba Esther Gomís, de Unió de Pagesos. Este año, la producción ha sido más buena, el sector está preocupado “la avellana necesita fría y mucha agua” apuntaba Josep Andreu Gasset “no tenemos unos ingresos asegurados y dependemos de la climatología”. Y añade que el precio de venda marcado “ha sido un golpe, pero no nos rendiremos”.

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