Vecinos de Mare Molas critican que el barrio está «sucio» y «mal iluminado»

Piden que se impulse una transformación integral. La moción socialista del pleno de mayo, relacionada con la demanda y aprobada por unanimidad, de momento es papel mojado

09 octubre 2021 09:55 | Actualizado a 09 octubre 2021 09:59
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La transformación del barrio Mare Molas es una demanda que, según recuerdan sus vecinos, «suma años» de trayectoria. Ya en el pleno municipal de mayo, el tema volvió a ser objeto de debate. Los socialistas llevaron una moción, aprobada por unanimidad con enmiendas del equipo de gobierno, que quería «homogeneizar y dinamizar sus calles». ¿Cómo? Rehabilitando edificios, mejorando su movilidad, así como su limpieza e iluminación, entre otros puntos.

La propuesta se enmarcaba, además, en lo que recoge el Pla d’Acció Municipal (2019-2023) y se emparaba en el cumplimiento del objetivo de desarrollo sostenible número 11, sobre la creación de ciudades y comunidades sostenibles, seguras, inclusivas y resistentes.

Habiendo sido aceptados los cambios para que prosperara, los vecinos –consultados en su día– esperaban reuniones para abordar el tema. Éstas, aun así, no se han producido, según exponen desde la asociación vecinal. «De momento, no sabemos nada; lo único que decimos es que la posible remodelación del barrio ha quedado en pausa», corrobora el presidente de la asociación vecinal, Diego García.

Añade, por otro lado, que hay reclamaciones que aún no se han mejorado en materia de vía pública, aspectos que «deberían cambiar». Muchas de las quejas, aporta, ya han sido notificadas en las visitas de proximidad que hace el alcalde Carles Pellicer, pero «aún hay mucho por hacer». «La iluminación es insuficiente. Las farolas, como mucho, alumbran por encima de las copas de los árboles. Y es que son muy altos, hay viviendas a las que se les meten ramas en el interior; [los árboles], de noche, hacen sombra en la acera y no se ve», enumera.

Subraya la zona de arbolado del barrio, especialmente en la calle Mare Molas: «Es desigual, hay árboles que se podan, porque nos dicen que están enfermos, y en su lugar –en algunos rincones– hay ahora arbustos. Creemos que la tipología de árbol, en muchos casos, no es la adecuada».

Dice que, desde el Ayuntamiento, les propusieron «ensanchar las aceras y perder un carril; eso no nos conviene, pues muchos de los negocios de proximidad se ganan la vida con clientes que pasan por aquí en coche, se detienen delante un momento y luego se marchan», aporta.
Nombra, también,  que hay unas cuantas parcelas, de las que «desconocemos si son de titularidad privada o municipal, que nos gustaría que se recuperaran de alguna manera, que se dinamizaran para sumar o zonas verdes o que tuvieran una mejor imagen».

Viendo crecer el barrio

Pasear por el barrio Mare Molas supone darse cuenta de lo activo que está a nivel de servicios. Hay numerosas tiendas de proximidad y con emprendedores que han visto crecer el barrio. Numerosos comerciantes explican que la transformación de éste se ansía, algunos explican que se sienten «abandonados» y otros señalan desperfectos y destacan comportamientos incívicos.

Yvonne, al frente del negocio de puericultura de segunda mano Pumucki, constata que hace cosa de unos cinco años, «cuando anochece –llegados los meses de frío–, estoy intranquila al cerrar, no se ve nada y crea una sensación de indefensión que no me gusta». Lleva en el negocio de artículos infantiles once años y, «últimamente, ha observado ese cambio». Se queja de la suciedad, la poca iluminación y la inseguridad. «El comportamiento de mucha gente, a veces, no da tampoco mucho ejemplo. Con los residuos voluminosos tenemos cada dos por tres objetos que molestan al lado de los contenedores», comunica.

Déficit es la palabra con la que están de acuerdo Eric y Ferran Blasco, del negocio familiar Objectiu Fotògrafs. «La familia llevamos al frente del negocio 38 años  y hemos visto de todo. Creemos que el barrio puede mejorar y presenta un déficit en muchos sentidos», sostienen. Ambos son, además, vecinos de la zona, se han criado allí.

«Hay muchos árboles talados y aceras irregulares. Las fachadas antiguas, además, también muestran que somos un barrio con años de historia. Los casos de incivismo, okupación y, algún que otro robo en la zona ,tampoco ofrecen mucha seguridad», repasan.

Para mostrarse más positivos y en la línea de lo que se apuntaba anteriormente –el dinamismo del barrio por lo que se refiere a su tejido comercial– manifiestan que «estamos muy contentos porque dentro de poco abrirá en la zona un dentista y otro negocio de venta de calentadores; puede que cierren tiendas, pero abren otras». Sobre los cierres, también recuerdan a toda la gente que iba a comprar al supermercado Mercadona. «Sí que hemos notado que,  al cerrar, haya menos gente de paso por aquí», resumen.

Ramon, del negocio El Gripau Blau –comercio ‘hermano’ de otro llamado Montserrat, también ubicado en el barrio– ofrece su testimonio: «Observo comportamientos incívicos a diario, hay gente que deja que sus mascotas hagan sus necesidades en el árbol que hay frente la entrada de mi negocio».

Alude también a que se deberían de replantar árboles y que lo primordial es que «no se hagan obras faraónicas», que los coches circulen por la zona, porque «es el grueso de nuestra clientela, no podemos permitir que dejen calles muertas».

Una interlocución «constante»

Fuentes municipales trasladan sobre el tema que «el Ayuntamiento de Reus mantiene una excelente relación con la asociación de vecinos, así como con el resto las que hay en la ciudad, y la interlocución es constante y fluida». Sobre las peticiones y necesidades vecinales que les han sido trasladadas aseguran que «se han resuelto o se está trabajando en ellas». En los últimos meses, entre otras actuaciones, destacan las mejoras de la acera de la calle Sor Lluïsa Estivill, donde también se ha hecho «una intervención importante en el aparcamiento, con la limpieza general de todo el espacio, retirada de coches abandonados e instalación de iluminación».

Destacan que se ha hecho una limpieza general y pintado las paredes del aparcamiento con acceso desde la calle Font de Rubinat; en la plaza Pedrol Ríos, se han limpiado la pérgola y los bancos, revisado las farolas que no funcionan y repasado el suelo bajo la pérgola. «Hay otras acciones en curso, reuniones previstas y el Ayuntamiento está en constante comunicación con los vecinos para abordar los temas relacionados con el barrio», declaran.

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