¿Volvemos a tener un plan para el Hospital de Reus?

Cuando los políticos prestan demasiada atención a la salud es una mala señal, sobre todo para la salud. Podríamos formular el mismo adagio sustituyendo a políticos por periodistas y la conclusión sería la misma. En Reus, donde la gestión de un Hospital en crisis es responsabilidad de quienes se sientan en el pleno municipal, la cosa ha alcanzado su máxima expresión.

Del Pacte de Salut sólo se ha desmarcado la CUP por considerarlo «una continuación de Innova», argumento que no tiene otra traducción que el afán de la formación anticapitalista de seguir blandiendo el asunto al que deben su gran resultado en las elecciones municipales. En cualquier caso, la ausencia de los cupaires es coherente con su voluntad de endosar el Hospital a la Generalitat.

¿Estamos ante la escenificación de una mera declaración de intenciones? En parte si, pero hay que valorar el acto de ayer como una materialización en sí misma, en este caso del compromiso de no usar la sanidad de manera partidista, consensuar un modelo y recuperar un amplio respaldo político y social sobre el mismo.

¿Es un pacto vacío de contenido? Más bien todo lo contrario. Los 19 acuerdos agrupados en seis ámbitos suponen casi el enunciado de un plan estratégico de la sanidad pública del sur de Catalunya. Teniendo en cuenta que quien pone el dinero y toma las decisiones clave no forma parte del pacto, la clave estará en convertirlo en mucho más que en un loable ejercicio de voluntarismo.

En cualquier caso, parece que volvemos a tener un plan y el esfuerzo vale la pena, porque tener el mejor hospital posible es un objetivo irrenunciable.