Crecen las quejas ciudadanas por problemas de limpieza, seguridad y jardinería en Reus

Junto a las vinculadas a vía pública, copan 1.100 de las 1.613 reclamaciones al Ayuntamiento en 2021. Los vecinos piden contundencia contra el incivismo en la basura y patrullas a pie

16 abril 2022 18:00 | Actualizado a 17 abril 2022 17:05
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En el Ayuntamiento de Reus entraron, en 2021, un total de 1.613 quejas formuladas por vecinos sobre cuestiones de ciudad. La mayoría guardan relación con problemas de limpieza (512), seguridad (228), jardinería (198) y vía pública (172). Y son 476 más que en 2019, el último ejercicio sin pandemia. Precisamente en estos cuatro ámbitos se ha concentrado el incremento de las inquietudes más cotidianas para los ciudadanos.

«Teníamos tapas de contenedores rotas, había muchos que estaban del todo obsoletos y nos faltaban depósitos en varias calles», explica el presidente de la Associació de Veïns L’Harmonia del Carme, Josep Machado. En el barrio se habían acumulado en anteriores meses algunas deficiencias ligadas a la limpieza que «se han ido resolviendo». Y es que el aumento de reclamaciones coincidió con el tramo final de la contrata de basuras en Reus, largamente prorrogada con FCC y que dio el relevo a Reus Net ya con el año avanzado.

En cuanto a la recogida neumática, «se está notando que se presta más atención para que la gente no deje allí cosas que no debería», precisa Machado, que incide en que «el Ayuntamiento ha puesto inspectores y está muy al tanto de lo que pasa». Y es que, más que al funcionamiento del servicio, los episodios de acumulación de residuos que a veces se dan alrededor de los contenedores los atribuye el presidente vecinal «al incivismo».

«Esto ocurre en algunos puntos. Por ejemplo, en la calle O’Donnell siempre hay muebles y trastos en el suelo», indica Machado, que dice que «no es muy normal ensuciar por ensuciar y, con los incívicos, hay que apostar primero por informar pero también sancionar si no se hace caso». «La ciudad es de todos y no tenemos por qué sufrir el resto lo que hace mal una parte», destaca.

Si en las reclamaciones de limpieza ha podido tener algo que ver la extinción de la anterior contrata de basuras, en las de seguridad quizá también haya influido el cierre de las comisarías de proximidad de la Guàrdia Urbana que se decretó con el estado de alarma y no llegó a revertirse hasta enero de este mismo 2022. Recientemente, la policía local también ha estrenado una comisaría móvil.

«Estamos igual o parecido»

Eduardo Navas, presidente de la Associació de Veïns I de Maig, fue uno de los vecinos que reiteradamente pidió la reactivación de estos espacios. Pese a lograrlo, la situación en el barrio es «precaria», según indica, y dice que «estamos igual o muy parecido». Navas formula de nuevo una petición que ha hecho en muchas ocasiones. «Realmente necesitamos que haya patrullas a pie y patrullas nocturnas, es la única solución que encontramos a todo lo que pasa», especifica. Aunque «lo que vemos nosotros es que la comisaría fija de la Urbana se abre o no dependiendo del trabajo que haya ese día», la móvil «suele venir, aparca y llama la atención, y eso ya es algo porque probablemente disuadirá a algunos».

El tercer apartado que más quejas levanta según los datos del Ayuntamiento es el de la jardinería, seguido por la vía pública, que ocupa la cuarta posición. Algunos barrios habían apuntado el año pasado problemas con la poda, restos de vegetación o deterioro de las aceras.

La presidenta de la Associació de Veïns del barri Immaculada, Esperanza Torrijos, comenta en este sentido que «tenemos bastante mal la plaza de Celdoni Vilà i Torroja, los árboles han levantado las aceras y cuando uno aparca y abre la puerta le da en el bordillo». «Nos gustaría que se solucionara pero hay que hacer obras, seguramente en toda la acera porque las raíces ya lo han afectado todo, y todavía no se han llevado a cabo», explica.

Con una visión global de lo que ocurre en la ciudad, el presidente de la Federació d‘Associacions de Veïns de Reus (FAVR), Marcos Massó, opina que «efectivamente hay que tener en cuenta el tema de la contrata de basuras» porque «aunque los trabajadores ponían todo su empeño, si no contaban con las herramientas necesarias, llegaban hasta donde podían y aún gracias que podían seguir haciéndolo». «Las comisarías habrán traído quejas», constata, aunque, en cuanto a la inseguridad, Massó destaca que «se trata de un problema que teníamos hace diez años, lo tenemos hoy y lo tendremos probablemente también dentro de diez años si se nos vuelve a preguntar».

Respecto a la vía pública, «me parece que es imposible subsanar todo lo que se puede producir porque todos comunicamos nuestras particularidades y queremos que las arreglen». «Las reclamaciones tienen que estar y es importante que el ciudadano sepa que hay un lugar al que dirigirse», concluye, pese a que «buena parte de ellas posiblemente vienen por el mismo incivismo de la gente que no ve que la ciudad es su segunda casa».

Entre mayo y noviembre

En 2021, la media de respuesta del Ayuntamiento a las quejas se ubicó en 54,28 días. El 81% de las que se formularon están ya cerradas mientras que el 19% restante se mantienen pendientes de resolución. Las propuestas llegaron al gobierno mediante formulario web (560), la centralita (428), la sede electrónica (376), presencialmente (233) o por correo electrónico (16). Procedieron de hasta 1.077 solicitantes, 937 de los cuales eran personas físicas. La mayoría de las reclamaciones se concentraron entre los meses de mayo y noviembre, siendo junio (177) y el propio noviembre (172) los que más casos coparon.

Fuentes municipales consultadas sobre el incremento de las quejas y sus causas responden que «el buzón del Ayuntamiento de Reus forma parte de la política de proximidad» y que «el objetivo es hacer partícipe a la población de la mejora de la ciudad», y detallan que el sistema «es solo una parte del circuito de resolución de las propuestas, que sigue con la actuación del departamento municipal competente y la comunicación de la resolución final a la persona». Las mismas fuentes destacan que «esta proximidad se promueve», entre otros, «desde alcaldía» con los programas de visitas a los barrios y con las convivencias.

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