El convenio del Hospital Sant Joan de Reus, el quebradero de los trabajadores

El CatSalut aseguró que se mantendrían las condiciones, pero los sindicatos desconfían de un anuncio en el que no hay documentos

06 diciembre 2018 12:03 | Actualizado a 15 diciembre 2018 20:28
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Los distintos comités de empresa de las empresas afectadas por la decisión del CatSalut de absorber el Hospital Sant Joan, exigen concreción. Fuentes sindicales desconfían del anuncio del CatSalut porque no se han esclarecido los flecos y abundan las dudas sobre cómo se realizará la absorción y bajo qué términos se dibujará la nueva sociedad. 

Francesc Roig, del sindicato SAE de enfermería, recuerda que «el convenio de los trabajadores del Sant Joan finaliza el 31 de diciembre de 2019», precisamente la fecha límite impuesta por el CatSalut para crear la nueva empresa. «¿En qué medida tendremos la posibilidad de renegociarlo con los privilegios que ahora tenemos?», pregunta Roig.

Desde GINSA, Carles Bergadà, el presidente del comité de empresa, también desconfía del anuncio: «hace un año que Antoni Comín nos prometió un consorcio que ahora no ha sido viable. Durante este tiempo ¿qué han estado negociando?». 

Aunque los sindicatos admiten que la solución aplicada era la única solución posible, aseguran que hace falta depurar responsabilidades por la mala gestión que se ha hecho en el Sant Joan. Es la tesis que sostiene Jordi Martí, de la sanidad primaria gestionada por Reus. 

Lo que aún está por ver es qué ocurrirá con el Centro MQ, que trabaja con mutuas privadas, con la nueva sociedad. 

«Hemos regalado el Hospital y perdemos capitalidad y prestigio»

La sociedad civil de Reus ha esgrimido a través de las redes sociales el descontento provocado por la decisión de «regalar» el Hospital Sant Joan a la Generalitat. 

Agentes económicos y civiles consultados por el Diari, admiten que «poco margen cabía cuando se ha dejado que pase el tiempo y que las opciones se redujesen hasta el absurdo», pero consideran que «debería haberse luchado por la joya de la corona». 

Isaac Sanromà, presidente de la Cambra de Comerç de Reus, asegura que «resulta desconcertante la solución adoptada» teniendo en cuenta la importancia histórica del hospital y la complicidad de la sociedad civil. Aunque admite que falta información, critica que «tenemos la sensación de que volvemos a perder una de las estructuras de capitalidad» de Reus. 

Termina concluyendo que «estamos ante un cambio de modelo que resulta inquietante porque consideramos que no es el que corresponde a una ciudad como la nuestra». Una sentencia que comparten otros agentes económicos que no han querido opinar públicamente. 

«El paciente ya está muerto»

Valentín Rodríguez, presidente de la Federació d’Associacions de Veïns de Reus, admite que la solución era la única posible, pero critica que «perdemos capitalidad y referencia». 

Considera que la ciudad «se convertirá en otra más» y que la toma de decisiones dejará de hacerse «en el Mercadal» para pasar a dictarse desde «la Travessera de les Corts». 

Muy crítico es también con la lectura política que puede desprenderse de la decisión: «de forma intrínseca nuestros gobernantes admiten que son malos gestores, que no han sabido gestionar el hospital y que ha tenido que venir la Generalitat a hacer lo que no han sabido hacer». 
El punto positivo, para Rodríguez, es que «el paciente ya está muerto», y que «después de meses de agonía habrá tranquilidad para los trabajadores». 

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