El operativo policial antidroga en Riudecanyes también investiga vínculos con el yihadismo

Los vecinos, testigos del despliegue, explican que los Mossos sospechaban de la relación de alguno de los inquilinos de los chalets abordados con el terrorismo yihadista

21 marzo 2018 13:04 | Actualizado a 29 marzo 2018 06:57
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La calle Travadells, en la urbanización Mar de Riudecanyes, ha sido ocupado literalmente durante dos horas largas en la mañana de este martes. El vial tiene una hilera de chalets color caqui o marrón claro, de los cuales cuatro de ellos eran el motivo de este despliegue descomunal de efectivos.

El operativo estaba diseñado desde hacía tiempo a raíz de una exhaustiva investigación previa en la zona por parte de la Unitat d'Investigació (UI) de los Mossos de Reus.

En los cuatro chalets se podría cultivar en su interior marihuana y ser un punto de abastecimiento de droga, que se camuflaba en cafeteras industriales con destino Europa.

La presunta actividad ilícita de los cuatro chalets de la urbanización Mar de riudecanyes, no terminaría en un asunto de drogas a gran escala. Había un segundo tema de interés relacionado con el yihadismo, aunque fuentes oficiales de los Mossos sólo admiten que el operativo en esta urbanización tenía el objetivo de desmantelar la posible plantación indoor de marihuana y decomisar todo el material relacionado con ello.

Recuerdos de un agosto trágico

Los vecinos se han visto poco después de las nueve de la mañana sorprendidos por el gran número de vehículos policiales: furgonetas antidisturbios, coches no logotipados, patrullas de Seguridad Ciudadana... lo que dejaba entrever que la operación era a gran escala.

Acompañaban a los agentes una secretaria judicial, puesto que el auto que ha permitido la entrada y registro de los chalets la había emitido el Juzgado de Instrucción número 2 de Reus pocas horas antes.

Los vecinos, confinados en las casas, han explicado que la primera imagen del macrooperativo les ha llevado a relacionarlo con los autores de los atentados terroristas de Barcelona y Cambrils, ya que días después de lo ocurrido el 17 y 18 de agosto de 2017 se conoció que los yihadistas habían quemado su documentación en un restaurante abandonado en una de las urbanizaciones del término municipal de esta localidad del Baix Camp, donde celebraron su 'última cena' y donde podrían haber recibido parte de su adoctrinamiento.

Las sospechas vecinales no están muy desencaminadas, si bien la versión oficial de Mossos d'Esquadra afirma que es una operación contra el tráfico de droga y de salud pública y que todavía sigue abierta la investigación.

Lo cierto, según han aportado otras fuentes no oficiales, es que algunos de los inquilinos o visitantes de estos chalets en los últimos meses podrían tener vínculos con el terrorismo yihadista.

Y precisamente esta posible relación de algunos de los investigados explicaría el gran número de efectivos y las precauciones que han tomado los Mossos en la entrada simultánea en los cuatro chalets.

El registro ha verificado la existencia de plantaciones indoor de marihuana y gran material para el cultivo de esta droga. Además, se ha detenido a una persona y no se descarta que se arresten otras más. La cifra de personas investigadas sería de media docena aproximadamente.

Uno de los agentes ha sido atendido en el consultorio médico de Riudecanyes por un golpe en una pierna. Él mismo ha pedido volver al operativo y no ha sido necesario evacuarlo a un hospital.

Las cafeteras y su compartimento secreto

Según ha podido saber el Diari después de consultar con varias fuentes es que para mayor seguridad de esta plantación indoor, los chalets se habían comunicado entre sí con pasillos diseñados para la huida en caso de irrupción policial.

Otro de los datos que se ha conocido es que durante la vigilancia hubo una gran cantidad de visitas, asegura el vecindario, entre las cuales una furgoneta con cafeteras industriales.

En ellas, en un operativo llevado a cabo días atrás, se descubrió que eran tapaderas para el transporte de cogollos con destino a Europa. Y a raíz de la verificación de las sospechas, los investigadores pidieron al juez un registro en los chalets antes de que pudieran desmantelar la plantación ante la presión policial que se estaba ejecutando.

Las cafeteras venían de Holanda. Fueron descargadas en una empresa de transportes de Reus y desde allí, en furgoneta particular llegaron a Riudecanyes, donde en un compartimento interior se colocaba la droga lejos de cualquier sospecha y evitando el rastreo canino.

En la mañana de hoy, uno de los sospechosos ha sido detenido en el chalet de la calle Travadells. Se le imputa un delito contra la salud pública por tráfico de drogas. La operación sigue abierta para intentar detener a los otros sujetos que tendrían relación con este delito además de su vinculación (aún sin confirmar) con el terrorismo yihadista o con sus redes de propaganda o adoctrinamiento.

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