La cirugía menor completa el nuevo CMQ, que ya prepara la segunda fase del traslado

Culmina la primera etapa de la mudanza a la calle Vapor Nou. El Ayuntamiento quiere tener listo este año el calendario para mover la atención que queda en la antigua Clínica Fàbregas

20 septiembre 2021 18:30 | Actualizado a 21 septiembre 2021 07:42
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La primera fase del traslado de servicios del Centre MQ desde la antigua Clínica Fàbregas hacia las renovadas instalaciones de la calle Vapor Nou ha culminado recientemente con la incorporación de la cirugía menor. Esa era la última actividad que estaba previsto reubicar y que aún no se había instalado en el antiguo hospital, tal como detalla el concejal de Salut, Òscar Subirats, que advierte de que la división de espacios no es estanca y que podrían producirse más movimientos si se detectase la necesidad. Esto podría ocurrir, por ejemplo, con determinadas pruebas.

En cualquier caso, la planificación inicial queda así completamente ejecutada, con el nuevo edificio «ya a pleno rendimiento» y con «nuestro objetivo cumplido». Ahora «estamos trabajando en el estudio para llevar allí toda la cartera del CMQ, lo que sería la segunda fase del traslado, y confiamos en poder tener un calendario cerrado antes de que acabe este año 2021», añade Subirats, que indica que hasta el momento «todavía no nos habíamos planteado ponerle fechas, pero ahora tenemos claro que lo queremos hacer».

En cuanto al rumbo que está tomando el CMQ tras el traspaso del Hospital Sant Joan de Reus al Departament de Salut, Subirats expresa que «la misión que tenemos ahora es consolidarlo para que sea capaz de crecer, y crecer significa prestar un mejor servicio a los actuales usuarios y a usuarios nuevos, ampliar la actividad para ofrecer atenciones de Salud Pública y mantener toda la actividad pública que aún conserva el CMQ; en este sentido, formamos parte del ecosistema». A futuro, «buscamos la estabilidad para conseguir su consolidación y poder seguir creciendo, pero hacerlo ordenadamente».

La apertura de los espacios del Vapor Nou este mes de enero se llevó a cabo tras haber reformado en media docena de plantas del antiguo hospital, a razón de unos 400 metros cuadrados por planta. Allí se ubicó toda la actividad ambulatoria, según informó el CMQ en aquel momento: urgencias, hospital de día para atenciones urgentes y de larga asistencia, consultas externas, unidad de exploraciones complementarias y radiología y área de pruebas digestivas. La cirugía sin hospitalización ha sido lo último en incorporarse. En detalle, y tal como precisa Subirats, el nuevo CMQ asume pruebas digestivas que necesitan sedación y cirugía menor y local de baja complejidad que no requiere hospitalización. Un ejemplo de esto serían pequeñas intervenciones por uñas encarnadas o lipomas. Por otra parte, en la calle Gaudí se mantiene la actividad quirúrgica que sí va acompañada de hospitalización y también la cirugía mayor ambulatoria, como serían cataratas, hernias, colecistectomías por laparoscopia o artroscopias de espalda. También quedarían, en la antigua Clínica Fàbregas, algunas consultas externas. En su conjunto, el CMQ realiza cerca de 100.000 visitas al año.

Con la primera fase del traslado, el subterráneo 2 del antiguo hospital se ha reservado para servicios generales mientras que en el 1 está el área de diagnóstico por la imagen y espacios de pruebas diagnósticas de radiología, además de áreas de personal. La planta baja es la de admisiones y urgencias, en el entresuelo se realizan las cirugías sin hospitalización y las plantas primera y segunda son despachos de consulta. En total, a la habilitación de las instalaciones se destinaron más de dos millones de euros. Se espera que el nuevo CMQ, ya completo, mueva diariamente unas 2.000 personas, entre pacientes y personal.

El Ayuntamiento renovó en 2019, en medio de un litigio judicial, el contrato para continuar haciendo uso de los espacios de la antigua Clínica Fàbregas. El acuerdo, en principio, tendría una vigencia de diez años, margen más que suficiente para ejecutar su vaciado y la implantación de toda la cartera de servicios en el Vapor Nou. Pese a esto, el gobierno no quiere demorar la segunda fase del traslado por «una cuestión de organización y atención al usuario, así como de logística», entendiendo que es más sencillo centralizarlo todo en un solo edificio.

Lo primero, fijar fechas

El Ayuntamiento se encuentra «trabajando en el estudio de cómo se podría llevar todo hacia allí» y «confío, y es mi objetivo, que antes de acabar este año podamos disponer del plan para la segunda y última fase del traslado», explica Subirats, que detalla que «somos los primeros interesados en que pueda hacerse pronto, por facilitar toda la atención». Actualmente, «estamos empleándonos en la definición de cómo deberían ser las obras, de la dimensión que estas deberían tomar, y de cómo deberían quedar los espacios; hacer todo esto nos permitirá también conocer más o menos a ciencia cierta el presupuesto que sería necesario para dar el paso». «Si antes pensábamos que no iba a ser tan inminente y que era una cuestión que abordaríamos con el tiempo, ahora hemos decidido, como mínimo, calendarizarlo», añade.

En cuanto a las impresiones que están dejando los primeros meses de funcionamiento del nuevo CMQ en la calle Vapor Nou, Subirats asegura que «todos los ‘inputs’ que nos llegan son buenos por la distribución, por la calidad de las instalaciones» e indica que la percepción es que «tanto los usuarios como los trabajadores tienen una valoracoón positiva del equipamiento, que es moderno, luminoso y más cómodo».

Preguntado sobre las direcciones por objetivos (DPO) que la plantilla cobró tan solo parcialmente en el último ejercicio, cosa que generó malestar y protestas entre los trabajadores, Subirats apunta que «el convenio laboral sigue siendo el del SISCAT y sigue marcando la misma cláusula» y precisa que «si se aprueba un cambio y se modifica esta cláusula, haremos las variaciones; ahira es imposible aplicarlas porque tampoco intervención nos lo permitiría».

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